Personificadas como deidades, las Reinas Chulas hicieron alusión a la Ley de Movilidad, la agresión de policías a manifestantes pacíficos y al incompleto presupuesto de Cultura, durante su discurso al recibir la Medalla al Mérito en las Artes en la ALDF.
Ciudad de México (elsemanario.com).- El viernes pasado se entregó la Medalla al Mérito en las Artes en el recinto de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Entre los galardonados estuvieron Armando Manzanero, Leonardo Nieman y Ariosto Otero. Sin embargo, fueron las Reinas Chulas quienes aprovecharon la tribuna para hablar en nombre de la comunidad artística y declarar de forma manifiesta su postura política frente al reciente desempeño de los legisladores en la capital.
Al comenzar el discurso y saludar a los legisladores, Santa Rita se corrigió diciendo “Híjoles, si está medio pelón empezar con lo de honorables dado que la clase política mexicana está más quemada que el Teletón”
Por su parte, Buda denunció que la promesa de dedicar el dos por ciento del presupuesto a cultura, que sería de tres mil mdp, fue casi de la mitad de lo esperado, habiendo recibido mil mdp menos. Además mencionó que parte del presupuesto se pierde al estar dentro del mismo rubro con los deportes y festivales. “Nosotros hacemos milagros pero no reestructuramos el tejido social”, afirmó.
La Coyolxauhqui denunció la Ley de Movilidad, advirtiendo que los “ciudadanos de a pie” seguirán saliendo a las calles, y que los legisladores deberían limitarse a hacer su trabajo sin incurrir de sobrepasar sus obligaciones puesto que algunas acciones puede ser vistas como traición a la patria.
El acto de estas actrices no sólo se limita a la actividad y producción artísticas, sino a la búsqueda de un ejercicio político en donde se apropian de espacios y tiempos que originalmente se tienen destinados para otra cosa. Esto forma parte de una serie de acontecimientos en que los galardonados con premios o reconocimientos locales o nacionales aprovechan el podio que se les ofrece para exigir la resolución de diferentes problemas ante legisladores y el Poder Ejecutivo. Otro caso fue el de la entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos. La exigencia rebasa las calles.
