La guerra contra el conocimiento científico y la tecnología

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La evolución ocurrió y no se puede entender la biología sin ella. Las vacunas salvan vidas y el cambio climático es una realidad.

Ciudad de México.- En pleno siglo XXI, en la llamada era del conocimiento, cuando la ciencia y la tecnología han alcanzado niveles de desarrollo cada vez más sorprendentes con repercusiones en todos los ámbitos de la vida social y económica, se ha desatado una violenta guerra contra diversas expresiones de la racionalidad, la inteligencia y el desarrollo científico y tecnológico. No se trata solamente de los actos criminales del Estado Islámico o de otros grupos extremistas o de fundamentalísimos de diverso signo religioso o ideológico. Este rechazo a la racionalidad se da también en países desarrollados y no sólo por minorías que viven en ellos.

En 2013, como lo señala en un artículo reciente la revista National Geographic, ciudadanos de Portland, Oregón, una de las pocas ciudades en Estados Unidos que no fluorizan el agua, bloquearon un plan para hacerlo, sosteniendo sin ningún fundamento técnico o científico que el fluoruro podía ser dañino contra la salud.

De igual forma, hay un movimiento contra las vacunas infantiles en Estados Unidos, lo cual hace vulnerables a las personas a diversas enfermedades como el sarampión y la tosferina. El rechazo a la vacunación ha crecido. Actualmente en la Unión Americana 46 estados permiten objeciones religiosas y 19 el rechazo con argumentos filosóficos.

Asimismo, un tercio de los estadounidenses cree que los seres humanos han existido en la forma actual desde el principio de los tiempos.

Pero hay temas de mayor trascendencia global y que no sólo contrastan hechos con creencias, sino que obedecen a intereses económicos corporativos particulares. El problema es que pueden hacer que la humanidad pague un alto precio al hacer prevalecer el interés particular sobre el general.

Recientemente el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, integrado por cientos de científicos que trabajan bajo el marco de la ONU, publicó su Quinto Informe en los últimos veinticinco años. Se confirma con claridad el consenso de los científicos del mundo. La temperatura de la superficie de la tierra se ha incrementado en los últimos 130 años por la acción humana, incluido el uso de combustibles fósiles que sería la causa dominante del calentamiento global desde mediados del siglo XX. Sin embargo, menos de la mitad de los estadounidenses cree que la tierra se calienta porque los humanos usan fuentes de energía de origen fósil.

Hay quienes consideran que los activistas contra el calentamiento global, en realidad tienen como objetivo atacar al libre mercado y a la sociedad industrial.

Es claro que las organizaciones financiadas por la industria de los combustibles fósiles han apoyado a “especialistas” para crear confusión en este aspecto. A esto se suma el temor de que cambios en el modelo energético encarezcan el crecimiento de la economía.

Pero también parece claro que la gente utiliza sus conocimientos para reforzar sus creencias que ya han sido asumidas por su cosmovisión.

Pero estos problemas no son solo temas de opinión. La evolución ocurrió y no se puede entender la biología sin ella. Las vacunas salvan vidas y el cambio climático es una realidad. Es también una de las principales amenazas para la supervivencia de la humanidad. Esto está más allá de los intereses de poderosos grupos de inversionistas. Hay que insistir en la importancia del método científico. Hay que insistir con la verdad.

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