Salvador Flores Bautista, César Gómez Cruz, José Adán Álvarez Hernández, Enrique González Santa y Cristhian Yobani López Becerril. A ellos y sus familias un humilde pero sentido reconocimiento.
Ciudad de México.- Mientras cinco muchachos de la Gendarmería murieron en un ataque lleno de cobardía por parte de la delincuencia organizada, la principal noticia en los medios de comunicación era la muerte del luchador conocido como el “Perro Aguayo”, hijo de aquel extraordinario exponente de la lucha libre mexicana. La verdad es que yo no sabía que su hijo se dedicaba a este rudo deporte y me queda claro que la falta de regulación en los cuadriláteros hizo que no hubieran servicios de emergencia, lo que llevó a este joven a perder la vida; esto resulta sumamente triste cuando de un deportista se trata, pero hay otras noticias que casi no se dan a conocer. En México tenemos problemas de inseguridad que en algunos estados de la República resultan graves y aunque los índices de violencia y delincuencia van a la baja, todavía tenemos que seguir luchando en contra de este flagelo social. Para ello la Comisión Nacional de Seguridad, en coadyuvancia con las otras seis divisiones de la Policía Federal, lucha de manera sistémica y entregada para defender a quienes aquí vivimos, defensa en la que se pierden vidas de muchachos mexicanos con una enorme vocación de servicio, muchachos muy jóvenes que recién habían ingresado a la Gendarmería, sus nombres: Salvador Flores Bautista, César Gómez Cruz, José Adán Álvarez Hernández, Enrique González Santa y Cristhian Yobani López Becerril. A ellos y sus familias un humilde pero sentido reconocimiento. Desgraciadamente, de esto los medios de comunicación casi no dieron cuenta a sus auditorios, como si fuera normal lo acontecido: Mataron a cinco policías y la sociedad casi ni se entera debido a la irresponsabilidad de los medios de comunicación, que si en verdad se comportarán como medio de información, estarían más alejados de los vicios de forma y fondo que sufrimos los ciudadanos, quienes no sólo no estamos debidamente informados, sino que mediante una comunicación manipuladora se destacan sólo aquellos hechos que a estas empresas de comunicación les conviene y casi siempre para defender intereses particulares o de grupo. Yo puedo entender que la lucha libre es un negocio de las empresas, particularmente de las televisoras, y que traten de conmover a la gente para que se sume a su audiencia, pero cubrir “periodísticamente” el sepelio de este joven deportista y no cubrir el de los asesinados por quienes laceran a México, me parece por lo menos injusto, si no es que antipatriótico. Son muchos los héroes en esta lucha para defender la seguridad en nuestro país, muchos de ellos han perdido la vida, y de ello casi nada se sabe. Pienso que si se informara sobre estos casos, se lograría una alianza empática entre sociedad y policías, misma que resulta tan necesaria para combatir a los criminales. Los policías no son ciudadanos de segunda y quienes así quieran verlo no ayudan a encontrar el México en paz que tanto deseamos.
