Se trata de una de las encíclicas más importantes en la historia de la Iglesia por su impacto político, económico y cultural.
Ciudad de México.- El Papa Francisco emitió la Encíclica “Laudato Si”, sobre el cuidado de la naturaleza, la preservación del medio ambiente y el futuro de la humanidad refiriéndose a el “Cuidado de Nuestro Hogar Común”, el planeta Tierra.
Se trata de una de las encíclicas más importantes en la historia de la Iglesia por su impacto político, económico y cultural. Este mensaje está en la línea de la “Rerum Novarum” de León XIII en 1891, que estableció la llamada doctrina social de la Iglesia, o de la “Pacem In Terris” de Juan XXIII en 1963, en el muy delicado contexto de la guerra fría. Para algunos observadores este posicionamiento papal es de la magnitud de la lucha de Juan Pablo II por la libertad frente al totalitarismo comunista.
Esta Encíclica tiene una visión ecológica del planeta. Se trata de un llamado no sólo a los católicos sino que el mensaje se dirige a toda la comunidad internacional. En esta ocasión la Iglesia católica se sitúa del lado de la ciencia y respalda a la comunidad científica que ha probado, más allá de toda duda razonable, que el calentamiento global es causado principalmente por el hombre. Añade que los países desarrollados tienen una gran responsabilidad para detener esa tendencia que afectará principalmente a los más pobres del mundo. Pero no se queda en ese punto, sino que va más allá en diversas consideraciones de carácter social y económico. Hace un llamado para una transformación profunda tanto de la política y la economía, como de los estilos de vida para detener la degradación ambiental, critica el consumismo y el desarrollo irresponsable y llama a una acción global.
El cambio climático, sostiene el líder de la Iglesia Católica, es un problema global con graves implicaciones ambientales, sociales, económicas, políticas y para la distribución de los bienes. Representa uno de los principales retos para la humanidad actualmente.
Para la comunidad científica éste era un mensaje muy esperado, para darle una dimensión moral a los esfuerzos por detener la destrucción de la naturaleza y hacer llegar un llamado que ha sido difícil de difundir entre la gente. Las reacciones a favor y en contra no se han hecho esperar.
Este mensaje papal se suma a los esfuerzos que viene desarrollando Ban Ki-Moon, el Secretario General de las Naciones Unidas, y se realiza en los meses previos a la Cumbre sobre el Cambio Climático que se celebrará en País en diciembre de este año, en el que se espera que se tomen soluciones concretas importantes frente a este problema.
De igual forma, este posicionamiento de Francisco está en línea, en el aspecto ecológico, a la reunión del G-7 de principios de este mes en los Alpes Bávaros. En esta sesión las siete economías de mercado con más altos ingresos del mundo, Estados Unidos, Japón, Alemania, el Reino Unido, Francia, Italia y Canadá anunciaron compromisos para descarbonizar sus países durante el siglo XXI. Quedó claro que de no controlarse las emisiones de combustibles fósiles la temperatura del planeta se seguiría incrementando con consecuencias potencialmente devastadoras para la producción global de alimentos, mayores niveles de los océanos, grandes sequías, inundaciones importantes, olas de calor devastadoras y temperaturas extremas.
En suma, con la Encíclica “Laudato Si” estamos frente a un documento de alto impacto económico, político y cultural a nivel global.