Los prejuicios en México son una práctica muy arraigada y el rechazo o discriminación contra las personas con un tono de piel más obscuro al “aceptado” o “deseado” es, tal vez, el más reproducido.
México (elsemanario.com).- El tener prejuicios es una práctica inherente en el comportamiento y la cultura de los mexicanos, lamentablemente esto en muchas ocasiones deriva en actos de discriminación contra las personas que son “diferentes” o que se salen de la cotidianidad percibida como “normal”.
El tener un tono de piel más moreno de lo “aceptado” o parecido al “ideal” o tener una piel afrodescendiente son causal de prejuicios y discriminación, todo porque esta característica sale de los estereotipos propuestos por la mercadotecnia y la publicidad en México o por la apariencia aspiracional adquirida de la influencia estadounidense.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Discriminación, realizada en 2010 por el Conapred, las personas más propensas a sufrir algún tipo de prejuicio o discriminación en el país son las de origen indígena o afrodescendiente.
Según el estudio, ser de piel (más) morena, ser indígena o afrodescendiente son motivos para recibir insultos en la calle, sufrir maltratos o ser víctimas de agresiones que violan las garantías individuales.
Esta condición evidencia que en México, el color de piel es motivo para rechazar y marginar “a un sector de la población que, además de ser mayoritario, no tiene las características físicas de grupos de población que, en todo caso, estarían más relacionados con características europeas o norteamericanas”, concluyó el Conapred.
Entre los resultados que arrojó la encuesta se destaca que: el 15% de la población consultada manifestó que sus derechos no han sido respetados debido a su color de piel. Cerca del 40% opina que a la gente se le trata de forma distinta según su tono de piel.
Sin embargo, la encuesta también refleja la condición de rechazo y proclive al prejuicio ya que, el 23% señala que no estaría dispuesta a compartir casa con personas de otra raza. Además, el 16.5% piensa que los indígenas son pobres porque no trabajan lo suficiente.
Y es que el tener un tono de piel más oscuro que el aceptado o aspiracional por una parte de la población, se liga con otros prejuicios que son relacionados con un atributo físico, como el ser feo, raro o no ser “estético”.
La situación ha sido señalada por organizaciones protectoras de los derechos humanos en México como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) e internacionales como la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos que, han expresado su preocupación por la situación de desventaja y vulnerabilidad en la que se encuentran los pueblos y comunidades indígenas en el país.
En el caso de la población afrodescendiente, para quienes los prejuicios y discriminación son casi invisibles en la opinión pública y las instituciones de gobierno, pues pocas veces ha sido incluida en la agenda de las políticas públicas, sin embargo, eso no hace menos injustificable el hecho de que siga siendo excluida de la estructura social de México, pues no dejan de ser mexicanos.
En México viven –de acuerdo al censo de población del INEGI 2010– 15.7 millones de personas de origen indígena y 450 mil habitantes afrodescendientes. Pueden parecer pocos comparados con los más de 120 millones de mexicanos en la actualidad, sin embargo, también tienen derecho a vivir una vida libre de prejuicios y discriminación y todos somos responsables de evitar o erradicar este tipo de prácticas negativas.
Mañana acompáñanos en EL SEMANARIO, donde continuaremos abordando el tema de los prejuicios y la discriminación en México.
Por I. Nava
