El mayor logro radica en la eficacia del trazo escénico y la sencillez para contar una historia sumamente conmovedora.
La mismísima Kristin Chenoweth (ídolo de quienes aman los musicales) ganó el Tony por su interpretación de Sally en You´re a good man, Charlie Brown. Este trabajo la posicionó a un status de estrella que después explotó con Wicked; al escuchar sólo las canciones del niño Brown no entendí bien a bien el hilo conductor de la historia ni mucho menos por qué se convirtió en uno de los capítulos más importantes de la historia de Broadway y semillero de grandes figuras de la escena teatral gringa.
Pepe Valdés, productor junto con Leyenda de la versión mexicana llamada Eres bueno, Charlie Brown, ha asegurado en varios programas que el espectáculo es para un público adulto con un humor ácido. La adaptación hecha por él mismo, afirma, resalta la esencia de la obra y gracias a tal concepción decidió ponerla en un horario nocturno donde esta audiencia pudiera pagar un boleto (los miércoles a las 20:30 hrs.).
A mí me causó muchísima curiosidad cómo Valdés lograba adaptar una historia que tiene un humor muy gringo (con tintes de sitcom y stand-up) y confirmar la idea de ser un montaje con mayor resonancia en los adultos. Y no dejaba de pensar cómo empataría la nostalgia de la caricatura, por lo menos en varias audiencias de nuestro país, con esta lectura desenfadada de los personajes.
Al ver montadas las canciones escuchadas en Itunes y la reinterpretación de Anahí Allué y Jacobo Toledo de varias escenas que vi en YouTube de lo realizado por Chenoweth y equipo vario, encontré varias situaciones interesantes. La primera de ellas radica en la estructura de la historia mediante viñetas; este sentido anecdótico funciona para hacer un símil de cómo se veía la caricatura a través de episodios; no hay una historia central, es un pastel repartido en rebanadas iguales para cada uno de los personajes a manera de planteamiento coral.
Efectivamente el humor es ácido pero, a diferencia de lo esperado, se hace con la clara intención de mover a un público infantil. Clark Glesner, autor del libro y la música, y Andrew Lippa, quien hizo un tratamiento en 1999, usan a los personajes de la pandilla de Charlie Brown para hablar de la añoranza adulta por la infancia; embala personajes de niños (incluido el propio Snoopy) para hacer un retrato menos idealizado: la inocencia no es sinónimo de personalidades naive.
La mirada de la infancia imita y reinterpreta la realidad sin embrollos mentales adquiridos a través de los años. El público adulto se siente aludido desde esa añoranza y el público infantil se conecta por ver su mundo recreado. Esta versión hecha en el Teatro Milán se basa en el revival de Lippa (hecho por Chenoweth) y enmarcado por el humor de Los Simpsons y South park.
Sin embargo, Eres bueno, Charlie Brown no sólo se queda en esta recreación sino se centra en la amistad entre niños para empatizar con la anécdota (esto se puede ver más evidente en el número final). Por eso creo que la evolución lógica del montaje será pasar a un horario matutino los fines de semana en una segunda temporada.
El mayor logro de Allué y Toledo, como gestores escénicos, es el énfasis que hacen en la corporalidad de los personajes. Hay un trabajo minucioso en el gesto y energía para hacer más grande la comedia y afianzar el ritmo (por cierto muy bien logrado). Mi única preocupación viene al final: se pierde la fuerza de la hora cuarenta y cinco anterior y no tiene la suficiente contundencia para ser un punto climático.
“En realidad el público paga un boleto por segundos o minutos de un montaje” aseguraba un maestro querido; toda una compañía trabaja con su voz, cuerpo y energía para llegar a ciertos picos emocionales que serán indelebles en la mente y el corazón de la audiencia. En mi caso hay dos de estos episodios/canciones en Eres bueno…: (perdón por mi referencia en inglés) The doctor is in y Suppertime (sobre todo esta última debido a las relaciones entre los personajes y los guiños de Snoopy a una figura de preacher que son hilarantes).
El ensamble es poderoso en cuanto a su técnica y experiencia. Me sorprende el enorme rango actoral de Hiromi Hayakawa para interpretar a Lucy en … Charlie Brown y ser otros personajes en Mentiras o Bule Bule El Show; se está apuntalado como una de las figuras icónicas del musical en México. Rogelio Suárez constata su pericia para llevar una comedia en sus hombros; la revelación de este montaje se llama Sebastián Treviño (Snoopy) quien se vuelve el personaje más entrañable de todo el montaje.
Eres bueno, Charlie Brown es un musical brillante en fondo y forma. El mayor logro (y motivo para correr y comprar un boleto) radica en la eficacia del trazo escénico y la sencillez para contar una historia sumamente conmovedora.
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Eres bueno, Charlie Brown
Libreto y música: Clark Glesner
Tratamiento: Andrew Lippa
Teatro Milán (Calle Lucerna 64 esquina con calle Milán)
Miércoles 20:30 hrs.
Twitter: @CharlieBrownMex
Twitter: @pezdeoro1972