Ayer hablaba de Polonia, y hoy en Grecia la situación empeora. No cabe duda de que como te ven te tratan. Mientras la Unión Europea concilia con Polonia de una manera delicada, al gobierno de Grecia lo siguen obligando a implementar medidas de austeridad cada vez más severas (que en mi opinión no son la respuesta). En realidad, Grecia se ha transformado en el hermano incómodo de la Eurozona, a tal grado que las potencias de Occidente están analizando la autorización para que este lunes 22 de mayo, los representantes de las finanzas de la Eurozona decidan o no desbloquear el tercer rescate económico por otros 7.5 billones de euros adicionales a los 260 billones de euros que ya le han sido canalizados.
Grecia es el país con la tasa de interés más alta de Europa, lo anterior sumado a los frecuentes recortes sociales, han provocado que la economía de este país se siga sumergiendo cada vez más. Hace unas horas, el parlamento de este país aprobó las nuevas medidas de austeridad que le fueron solicitadas, por lo que la Confederación de Trabajadores y varios ciudadanos molestos en general, han llamado a una huelga, lanzando bombas tipo molotov y cuetes, recibiendo la respuesta de la autoridad con gases lacrimógenos. La desesperación aumenta en la población griega.
Grecia se enfrenta con acreedores de alto calibre, buitres del dinero que aflojan, pero no sueltan con lógica de verdadero rescate ordenado y estratégico hacia la propia prosperidad y desarrollo de Grecia, sino de rescate a su propio financiamiento inmediato.
Polonia está a un paso de un colapso democrático, pero eso no es sustancialmente prioritario, pues su “estómago económico” está lleno. Paradójicamente Grecia lucha por la estabilidad interna en todos los aspectos y Europa quiere su dinero. ¡No cabe duda que el dinero mata carita!
¿Qué será de la Grecia temerosa de perder su capacidad crediticia y no la de generar prosperidad acordada con sus acreedores para sostenerla?
¡Buen día!
Samuel Podolsky
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