Es como los rompecabezas clásicos…. se reconoce una esquina, un ángulo y a partir de allí comienza el proceso de embonar las piezas. A veces no es tan simple y el rompecabezas es circular o esférico y entonces lo que se busca es una pieza donde se reconoce la forma con que nos sentimos más familiarizados.
A la escala de un país, pensar el rompecabezas es oficio de todos. México tiene110 millones de socios en la tarea, más quizá. No todos actúan al mismo tiempo ni con el mismo entusiasmo, ni con el mismo nivel de organización o metodología, pero todos en algún momento se aplican al ejercicio.
Desde la perspectiva política, pensar la Nación, es trabajo natural. El Ser político, es en esencia un pensador y un actor en el cuerpo social. Se reclama filósofo y obrero. Le animan fuerzas basadas en la experiencia personal, familiar, en su lectura de la historia, su formación, en su capacidad para navegar el presente y proyectar el porvenir. El político no piensa que el país es un rompecabezas totalmente desbaratado, reconoce que hay estructuras pre-armadas aquí y allá y se da a la tarea de completar algunos trozos.
Pero, quizá el mejor político, no sólo buscará estas complexiones sino que, basado en su práctica, en su trabajo intelectual, en su formación y capacidad de diálogo, acompañará a otros actores, no necesariamente reconocidos como políticos al origen, para realizar el arduo trabajo de complexión.
México ha tenido históricamente muchos hombres políticos que han proveído al país de un trabajo de interpretación, que han avanzado en su construcción. Algunos lo han hecho como diría Enrique Krauze, en forma de Caudillos o de Redentores, otros, más modestos y numerosos, como funcionarios y actores de su presente. Administradores, ingenieros, abogados, más recientemente economistas y hasta publicistas se han aplicado a la tarea política.
Recientemente en Panamá, en el marco de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la región Iberoamericana, por muchos calificada como desangelada por desatendida por los mandatarios de una decena de países de la región, animamos en nuestra condición de Ingenieros Sociales, por séptima ocasión en este marco, Vanguardia Iberoamericana, un foro en que 250 jóvenes menores de 29 años, venidos de 25 naciones, las 22 Iberoamericanas mas los Estados Unidos, Puerto Rico y Haití. En el primer caso, los Latinos, son ya la cuarta nación iberoamericana, sin reconocimiento oficial por cierto, Puerto Rico, en su triple condición de Estado Libre Asociado, Caribeño e hispanoparlante y Haití, cuya cercanía con la región se da de modo natural e histórico…
Los jóvenes allí reunidos se dieron a la tarea de pensar la agenda regional y vaya que lo hicieron. Asumieron así una función política, desde la mayor libertad posible (sabemos hoy, en la era de Voyeur Brother que toda libertad es intersticial).
Por resultado “pusieron” un Acta*, donde establecen las prioridades regionales en materia de Educación, Derechos Humanos, Desarrollo Económico, Seguridad, alfabetización mediática y Movilidad Académica. Su documento señala acciones prioritarias en estas materias, no solicitan nada, no piden “chichi” ya saben beber leche y asumen por compromiso, el observar, acompañar críticamente y producir conocimiento para ponerlo al servicio de los gobiernos y motivar a la sociedad civil, para formarse y dialogar con el mundo industrial y los medios de comunicación.
Agregan en su programa, una noción que poco a poco permea en el ejercicio de buscar la solución al laberinto y la complexión del rompecabezas: llegar a la igualdad de oportunidades por la vía del apalancamiento de la igualdad de posiciones.
La provocación es grande para los países y el grupo Mexicano no es ajeno al reto. Jóvenes como Rosa María Espinoza (IMJUVE), como Laura Garciandía, (RED Ayúdalos a llegar) como, Julio Arias (The Wharton Schoool, University of Pennsylvania) y un nutrido grupo de estudiantes poblanos que acudieron a Vanguardia Panamá, apoyados por el Gobierno de su Estado, están ya trabajando en estos compromisos y habrán en un año de rendir cuentas. Una buena práctica que quizá los jefes de estado y Gobierno pudieran aplicar para sí.
El quiebra-cocos mexicano, es muy complejo y tiene quizá más piezas que los del resto de países en la región, pero hay que resolverlo. Un primer paso es la construcción del imaginario. Para Pensar México, las reformas existentes mas las necesarias como la reforma social (un nuevo contrato…) son un primer referente. A la luz de ellas puede animarse una nueva efervescencia en el país.
Se trata de bajar a nivel de la cancha, al lugar de los pelotazos, los balones que bien apuntan los jóvenes de Vanguardia y desde allí comenzar la construcción no basada en un debate o en una consulta sino en el diálogo permanente, dúctil y comprometido en todos los niveles de la organización social, para dos cosas: armar hacia adentro un país de socios y mostrar hacia afuera una nación atractiva y confiable. Entrémosle con ellos.
*El Acta vanguardia Iberoamericana, Panamá 2013 puede ser consultada en el sitio: Vinculación.org.
El autor es Ingeniero Social y con gusto permanece en diálogo con sus lectores:
Twitter @gtmelo,