En un mundo donde la sobreinformación nos desinforma, es importante no perder de vista dos acontecimientos recientes que toman una relevancia muy especial sobre la política exterior de México.
Desde hace unos meses México se ve obligado a cuestionarse por primera vez en décadas, sobre los pilares de la estrategia que tiene que construir para diversificar sus relaciones multilaterales mientras que el proteccionismo de Estados Unidos de América representa serias amenazas sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte –TLCAN–.
Independientemente del rumbo de las negociaciones sobre el TLCAN, la relación bilateral con Estados Unidos seguirá por razones económicas, migratorias y geopolíticas, siendo el eje central de la política exterior mexicana.
Por esta precisa razón vale la pena tomar en cuenta el mensaje que pronunció recientemente el Presidente francés, Emmanuel Macron en el Congreso durante su visita a Washington, D.C.
Más allá de observar los calurosos y repetidos aplausos por parte tanto de los Parlamentarios Republicanos como de los Demócratas estadounidenses, el fondo de su discurso nos convoca a reflexionar sobre los puntos de coincidencias en los valores compartidos entre Francia y México. Fue sumamente refrescante escuchar a este líder mundial utilizar tantas referencias históricas, tantas convicciones y sobre todo con planteamientos que no dejan de generar esperanza frente a la gran incertidumbre que nos plantean los retos del proteccionismo, del terrorismo, del calentamiento global y de la inteligencia artificial.
En efecto, el Presidente Macron ha enfatizado la necesidad de reforzar las instituciones multilaterales, de defender el libre comercio, de unir esfuerzos para preservar nuestro planeta, y de generar una reflexión global sobre los retos económicos, políticos y sociales de la tecnología digital. Estos conceptos son precisamente los que en repetidas ocasiones el gobierno mexicano ha reiterado como valores fundamentales de su política. En este contexto, no cabe duda que es pertinente preguntarse si no sería oportuno para México definir un plan de acción para que los vínculos con Francia puedan transitar de una relación de gran amistad hacia una relación de socios estratégicos.
De hecho Francia, al igual que otros países europeos como Alemania (quien recientemente honró a México como invitado especial de la feria de Hannover), ha sido un actor que se ha involucrado con toda su influencia para apoyar la modernización del Tratado entre México y la Unión Europea –TLCUEM– que se anunció en días pasados.
Este tratado es de suma importancia no sólo por los aspectos tan relevantes para promover el comercio con esta región del mundo que hoy resulta ser el segundo socio comercial de México, y porque los valores fundamentales que respalda Europa son los mismos que los de México, sino porque Europa firmó hace algunos meses un tratado similar con Canadá, lo que constituye un fuerte activo para México frente al comercio de América del Norte.
El reciente anuncio de la firma de TPP11 es también una noticia importante porque abre muchas oportunidades para la expansión del comercio de México con países de América Latina y de Asia donde los crecimientos económicos son de los más elevados.
En un mundo donde los retos globales como la economía, el libre comercio, la desigualdad, el calentamiento del planeta y el crimen organizado ya no se pueden resolver por ningún país en forma unilateral, será sumamente interesante escuchar la opinión de los candidatos a la Presidencia de la República Mexicana sobre estos temas en el segundo debate.
Bienvenido, querido Fédéric, a las páginas de El Semanario. Tu visión internacional enriquecerà el debate. Enhorabuena!