En la industria de contenidos audiovisuales, se identifica una dinámica competitiva basada en la generación de más y mejores producciones originales, universos extendidos y nuevas historias. En este sentido, productoras cinematográficas y de televisión, operadores de telecomunicaciones y jugadores digitales han emprendido esfuerzos de generación y adquisición de nuevos productos, alianzas estratégicas para la producción y distribución de contenidos, así como la fusión e integración de empresas de contenidos para fortalecer su posicionamiento en el mercado.
Es así como desde inicios de la década presente han tenido lugar sucesos como la compra de Marvel por The Walt Disney Company en 2010, la adquisición de Lucas Films por este mismo conglomerado de entretenimiento en 2012, la integración de NBCUniversal como división de contenidos audiovisuales de Comcast desde 2013 y la posterior compra de DreamWorks por este gigante de telecomunicaciones en 2016, así como la reciente fusión de AT&T con Time Warner y la ya aprobada concentración Disney-Fox (21st Century Fox).
Mercado Dinámico con Potencial Concentración de Mercado
A pesar de tratarse de un mercado que se caracteriza por su dinámico ejercicio de recursos de inversión para la generación de contenidos y el lanzamiento de nuevas plataformas para hacer llegar estos de forma directa a las audiencias, los casos de concentración ameritan una revisión y supervisión por parte de las autoridades regulatorias. Esto último, debido a la potencial existencia de incentivos para explotar ventajas competitivas y competir de manera desleal con otros jugadores de la industria.
Por tal motivo, es menester que al tratarse de estas operaciones los reguladores analicen y monitoreen métricas e indicadores sobre su participación de mercado en términos de audiencia y partición publicitaria, número de competidores en el mercado, relevancia de los contenidos para los consumidores, la posibilidad de provisión exclusiva y exclusión a otros jugadores, entre otros factores.
Estas atenuantes fueron consideradas por el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos en los casos de concentración de Comcast-NBCUniversal y Walt Disney-Fox, al identificarse potenciales vías de actuación anticompetitiva por parte de las empresas compradoras. En la primera operación (Comcast-NBCUniversal) se determinó que sus contenidos deben estar disponibles para todos los operadores de distribución en línea, mientras que en la fusión Disney-Fox se impuso la prohibición de incorporación de canales deportivos de la cadena Fox por el elevado poder de mercado que alcanzaría en el segmento deportivo al poseer ESPN.
Una condición similar fue definida al aprobarse en la Unión Europea pero en lo que toca a contenidos culturales, mientras que en Brasil, el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) de Brasil falló de manera similar al Departamento de Justicia de Estados Unidos, al encontrar una marcada preferencia por los contenidos deportivos del nuevo conglomerado que podría resultar en condiciones de acceso adversas para las audiencias en aquel país.
Lecciones para la Aprobación de Concentraciones en México
Si bien esta industria es una que registra condiciones competitivas en la generación y provisión de contenidos a las audiencias, es deseable que este escenario permanezca en el largo plazo. Es por ello preciso que los órganos reguladores alrededor del mundo permanezcan en alerta ante el riesgo que representa la concentración de jugadores en el mercado para el interés de los consumidores y el dinamismo que caracteriza al mercado.
La imposición de condiciones a este tipo de operaciones de órganos de competencia en Estados Unidos, la Unión Europea y Brasil constituyen una lección para México, para el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y para la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), autoridades que están próximas a definir su posición en el caso Disney-Fox.
Para este y eventuales casos de concentración, la voluntad del regulador debe enfocarse a proteger, incluso ex ante, los intereses de las audiencias y los consumidores mexicanos.