Mañana morirás

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El Santo Grial era la irrealidad, la libertad de inventar y perseguir un estado poético enajenado, rebelde, destructivo de lo visible, empecinado con lo inexistente. La realidad ofrecía lo mismo que ofrece hoy: suciedad, pobreza, enfermedad, ignorancia y puritanismo, el progreso de la Revolución Industrial inventó otra forma de explotación, la urbana, la nueva clase social, los obreros desplazaron a los campesinos. La Royal Academy de Londres imponía los cánones post renacentistas en la pintura y la escultura, la educación procuraba la belleza de Rafael. En la actualidad tener el arte VIP resuelto es el privilegio de los artistas, el arte está hecho, la gran mayoría es un readymade, o carece de dificultad técnica y teórica, no sucedió lo mismo en el siglo XIX en Inglaterra.

Dante Gabriel Rossetti decidió destruir su actualidad regresando al pasado. Mitificar lo que no vivimos, convierte en inalcanzable al pasado, lo idealizamos, el pasado de los prerrafaelitas, gestado por un dios pagano llamado Botticelli, fue erótico como el Nacimiento de Venus, y medieval. Rossetti reunió una cofradía que se defendió con pintura, poesía y música de las miserias de una sociedad que hoy sigue casi idéntica, es deprimente ver lo poco que evolucionamos y lo embaucados que estamos con el dogma del progreso. Dante Gabriel, nombre de poeta y ángel, y sus amigos, John Everett Millais y William Holman, tenían menos de veinticinco años, obviamente no padecían el infantilismo del arte contemporáneo VIP, ser artista emergente significa ser estúpido por vocación de juvenil.

Beata Beatrix.
“Beata Beatrix”, Dante Gabriel Rossetti, 1870 (Fuente: WikiArt).

Los prerrafaelitas se absorbieron en un perfeccionamiento técnico que les diera acceso a la creación de una belleza que únicamente podía existir si ellos la inventaban. Estudiaron el esfumato, copiaban a Giotto, a los artistas del primer Renacimiento y del Medioevo. “Aunque la gris línea esté lejos, y aunque tu alma navegue más y más distante, aun detrás de esa lejanía, habrá más mar”, escogió Rossetti, es la “elección” de pintar y pensar, “piensa y obra, mañana morirás”. La crítica los atacó, la Academia los expulsó y aún hoy son incomprendidos, la Tate Britain acaba de cerrar una exposición antológica y los críticos la acusaron de “inútil, insoportable y belleza vacía”, en esta época utilitarista hasta la belleza debe generar rendimientos, como si alcanzar un estado sublime fuera parte del ingreso per cápita.

El prerrafaelismo regresó a los mitos en un momento que los eslóganes políticos y del progreso controlaban el pensamiento, Marx publicaba El Capital, no había sitio para el paganismo, el puritanismo arrojó a la depravación y al incesto a la sociedad inglesa, la persecución contra los homosexuales culminó con el encarcelamiento de Oscar Wilde, y un trío de jóvenes decidieron pintar retablos de héroes, dioses inexistentes y damas que bebían arsénico y cerraron la puerta de la conciencia. Es la aventura de crear la que hoy extrañamos, la de una rebeldía absoluta, hoy en el estancamiento conformista de lo políticamente útil y correcto.

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