Nuevas herramientas para un viejo problema

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Cada vez más, los elementos físicos, tanto de infraestructura que componen una ciudad, como sus habitantes, están generando una gran cantidad de información que es necesario procesar para diseñar y planear el futuro de una ciudad.

Ciudad de México.- La planeación urbana en nuestro país es uno de esos tantos temas que son determinantes para nuestro desarrollo como sociedad pero que, una y otra vez, se maneja de forma discrecional o, en el mejor de los casos, con un alto grado de incompetencia.

Todos hemos visto un edificio, centro comercial, estadio, calle o puente que claramente pensamos: ¿A quién diablos se le ocurrió hacer esto? Cotidianamente observamos como, misteriosamente, aparece un edificio de veinte pisos en una calle en donde solamente hay casas de cuatro, o bien, un conjunto de oficinas en medio de una zona residencial, así como un gimnasio, papelería o escuela que, poco a poco, va creciendo en espacio hasta convertirse en un nudo vial con consecuencias negativas para los vecinos.

La realidad es que los Planes de Desarrollo Urbano son, en la práctica, una especie de Constitución local que plasma en ellos la evolución de nuestra sociedad; las actividades económicas que se llevan a cabo, la dinámica de los flujos de personas en su desplazamiento diario, el tipo de transporte disponible, la calidad de los espacios para la recreación y expresión cultural, etcétera.

La evolución del urbanismo como rama de la arquitectura ha sido notable en las últimas décadas y su contribución la podemos apreciar en muchas ciudades modernas del mundo. Estas son expresión de un trabajo complejo, especializado y multidisciplinario. Hoy el urbanismo se nutre de la visión y aportación de una gran cantidad de disciplinas y, recientemente, del análisis y procesamiento de grandes cantidades de datos para una planeación cada vez más efectiva y eficiente en el uso de recursos.

-Hoy, afortunadamente para los ciudadanos -y estoy seguro que para muchas autoridades locales- no están solos ante el reto de llevar a cabo una mejor planeación de nuestras ciudades, ya que pueden utilizar al Internet como una plataforma de cooperación multidisciplinaria con alcance internacional. Permitiendo abrir el proceso de definición a especialistas y no especialistas que valoren las características de la geografía del lugar, de su particular demografía, de sus capacidades económicas, y de su dinámica social y cultural. Todo esto a fin de construir una auténtica planeación urbana basada en un enfoque científico, utilizando datos duros y tomando en cuenta las mejores prácticas internacionales en esta materia.

Hace aproximadamente un año, John Tolva, el Jefe de Tecnología de la Ciudad de Chicago, en una conferencia exponía como hoy los “arquitectos tradicionales” y los “arquitectos de información” enfrentan el mismo problema con herramientas y especialidades diferentes, y en donde ambos tienen soluciones a los problemas que enfrentan cada uno. La realidad, señala Tolva, es que cada vez más, los elementos físicos, tanto de infraestructura que componen una ciudad, como sus habitantes, están generando una gran cantidad de información que es necesario procesar para diseñar y planear el futuro de una ciudad, anticiparse a sus necesidades y proponiendo nuevas formas de convivencia y desarrollo.

No obstante, a lo que señala Tolva como un gran reto presente en todo ejercicio de planeación urbana, lo puntual es que hoy las herramientas necesarias para hacer una mejor planeación, están disponibles a cualquier oficial municipal del mundo.

Cabe señalar que el camino a la modernidad no solo pasa por grandes reformas, la realidad es que caminar hacia el desarrollo social y económico es realmente un compromiso con nuestro tiempo, esto es, echar mano del avance tecnológico, del conocimiento, de las nuevas formas de atacar problemas añejos con herramientas nuevas y sobre todo, un compromiso con nosotros mismos y de como aspiramos a vivir en sociedad. La planeación urbana puede sonar como algo lejano, algo que incumbe a especialistas, sin embargo, la realidad es que esto tiene todo que ver con transitar hacia una sociedad más incluyente y más justa.

Para cerrar esta entrega, quiero insistir en una idea central que ha regido siempre mi acercamiento con la tecnología y es que el Internet es la gran herramienta de cambio social de nuestra era. En ella podemos encontrar la solución a una gran cantidad de los problemas que nos aquejan como sociedad, redefinir nuestra relación con el gobierno que nos damos y avanzar en nuestra capacidad de ciudadanos de definir las reglas que rigen nuestra convivencia.

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