Dice el refrán, “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Sin embargo, ante los embates que México ha sufrido por parte del presidente Trump, ningún país del mundo se ha pronunciado.
Si analizamos la historia del mundo, la realidad es que la constante ha sido que los países poderosos abusen de los más débiles. Las modalidades son varias, pero en general las grandes potencias han invadido, bombardeado, intervenido y manipulado sus políticas internas mediante presiones económicas de distintas índoles como el caso de los aranceles o acuerdos de aislacionismo.
En teoría, para evitar los abusos, establecer reglas de convivencia y comercio entre los países y lograr un mejor futuro para todos, se formaron organismos como la ONU, la OEA, la OMC, entre otros, con la idea de que los países que se adhieran, respeten las reglas y se comprometan a defender los intereses legítimos de todas las naciones.
La historia nos enseña que a veces la intervención de estos organismos ha funcionado y otras no, pero cuando surgen casos de atropello flagrante, cuando menos se han manifestado con evidencia de la situación, y de alguna manera han influenciado para aminorar los abusos.
En el caso de México, el presidente Trump lleva mucho tiempo hostigándonos hasta finalmente amenazarnos con los aranceles ‒y probablemente con algunas otras cosas que hoy todavía no sabemos‒ de manera prepotente y basado en su superioridad económica y militar. No obstante, es de llamar la atención que nadie salió a defendernos, ni los organismos internacionales, ni país alguno, todo el mundo guardó silencio, ni Venezuela, Cuba, España, Argentina, Brasil, Colombia, ni Canadá, ¡NADIE!
Lo lógico sería pensar que es necesario defender a México de estos abusos porque a la larga hay una alta probabilidad de que también a ellos se les vayan encima y nadie los defienda tampoco.
En mi opinión, es de sumo relevante que México se reposicione en el mundo, cabildeé con los países más afines y logre acuerdos de solidaridad y defensa grupal. Las amenazas del presidente Trump apenas empezaron y podemos seguir con esta situación seis años más, lo cual puede ser muy doloroso.
En ese sentido, urge que sensibilicemos a los organismos internacionales y a los países más afines a nosotros de hacer una defensa conjunta, entre más aislados estemos, más endebles seremos.
Una oportunidad de oro hubiera sido asistir a la convención del G20 pero nuestro presidente la dejó pasar, probablemente no se siente capaz de engañar a ese grupo con su famoso dicho de YO TENGO OTROS DATOS