En América Latina, México lidera en fuga de talentos

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Migrar en aras de buscar un mejor estilo de vida es algo muy común en países de América Latina, sin embargo, la migración altamente calificada que contribuye significativamente al crecimiento económico agregado podría costarle a México más de 100 mil millones de pesos, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Banco Mundial.

Pero no hablamos solamente de la migración altamente calificada, pues cerca de 1.2 millones de mexicanos han dejado el país, convirtiendo a México en el país número uno de América Latina en permitir la fuga de cerebros.

En entrevista con El Semanario, el doctor Andrew Almazán, director de Investigación del Centro de Atención al Talento (CEDAT), precisó la importancia de retener al talento mexicano en tiempos de crisis.

El especialista en Desarrollo Cognitivo e Innovación Educativa, indica que la falta de oportunidades educativas, laborales o sociales en el país de origen son los factores más comunes por las que una persona talento emigre del país de origen, no obstante, la crisis sanitaria podría acentuar esta cifra de manera exponencial, perdiendo un invaluable recurso capital humano.

La fuga de cerebros es parte de un fenómeno llamado Disgenesia Poblacional –explica el egresado de Harvard– donde la inteligencia promedio de un país disminuye paulatinamente. Esto causa consecuencias negativas para un país ya que se reducen las posibilidades de desarrollo, competitividad y a largo plazo las mismas condiciones socioeconómicas de la sociedad. En México esto es muy común que ocurra de jóvenes y adultos talentosos que se van a Estados Unidos y Canadá o países de primer mundo como los de la Comunidad Europea.

“La pérdida para un país con la partida de una mente excepcional es de 70 mil dólares en promedio. El National Center for Education Statistics (NCES) en Estados Unidos, estimó que el costo de educar a un niño (lo cual incluye desde el nacimiento, crianza y manutención) es cercano a los 70 mil dólares por persona al momento que cumplen 18 años”.

Esta pérdida constituye para México como país de origen, un aproximado de 15,468 alumnos talentosos mexicanos solamente en Estados Unidos, que al término de los próximos 4 años podrían calificar como fuga de cerebros, según datos del Institute of International Education.

“Eso sería una pérdida de mil millones de dólares, sin contar los aportes o avances que estos alumnos pudieran desarrollar en su vida laboral activa”, enfatizó Almazán Anaya “en que esta pérdida de talento mexicano sería para nuestro vecino norteamericano, una contribución fuerte para su recuperación económica post-pandemia, que estas semanas ya da muestras de haber iniciado”.

Crónica de una fuga anunciada

Sumando a la creciente crisis sanitaria por el Covid-19, que impacta a la economía mexicana, el ambiente psicológico predominante de pesimismo y el lento desarrollo económico, incentiva a los jóvenes mexicanos a buscar su desarrollo fuera del país, pero esto sólo atrasaría más el crecimiento económico del país.

Como ejemplo de su estudio, Andrew Almazán, mencionó que las naciones con mayor riqueza tienen una alta correlación entre sobredotación y variables financieras, “A mayor habilidad cognitiva, mayor alfabetización e inclusión financiera, mayor desarrollo de los mercados financieros, mayor ahorro y más planeación a largo plazo”.

En esa planeación a largo plazo, el director del CEDAT estima que en los próximos cuatro años, mínimo 15,000 jóvenes talentosos nacidos y formados en México estarán estudiando alguna licenciatura fuera del país, lo que en 10 años, esto podría llegar a los 100,000 conforme los niños y jóvenes sobredotados se preparen para emigrar: “sin duda tendrá un impacto negativo en el desarrollo de la economía mexicana y las ciencias; por ejemplo, la creación de patentes y empresas”.

Pero, aun con todo el escenario negativo, el joven sobredotado de tan solo 26 años, sostiene sus esfuerzos, no en los que se fueron, sino en los que todavía permanecen en el país. Lo único que necesita son mil, mil niños sobredotados que al crecer, podrían generar el impacto de un millón de personas en edad económica activa.

El reto tanto para Andrew como para el CEDAT es mantener dentro del país a ese talento a través del Programa de Potenciación Intelectual. Dicho programa primero detecta a los niños y jóvenes con pruebas de CI altos para, posteriormente, desarrollar su inteligencia ofreciendo a estos jóvenes un ambiente psicoeducativo óptimo para reducir este mensaje psicológico de la necesidad de emigrar, y al final poder integrarlos exitosamente en universidades mexicanas de alto prestigio.

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