La bioética pretende, en su concepción más purista, establecer puentes que sirvan para conectar las ciencias humanísticas con las ciencias de la vida. La idea es establecer canales de contacto, por ejemplo, entre la ética y las diversas tecnologías relacionadas tanto con el inicio como con el final de la vida. De igual forma hay que señalar que la bioética hinca sus raíces en tres elementos fundamentales, la laicidad, la cientificidad y la racionabilidad de su argumentación.
Ahora bien, en el contexto actual la bioética se enfrenta a un problema crucial y nada baladí: la época de la post-verdad. Trump inauguró oficialmente esta época con sus múltiples mensajes en Twitter, sin embargo, el problema entre pos-verdad, internet y bioética realmente antecede ese momento.
Como ya adelantamos, la bioética es esencialmente laica y científica y no puede ser de otra manera si pretendemos analizar racionalmente las diversas implicaciones de la aplicación de un sinfín de nuevas tecnologías y sus implicaciones en la vida de los seres humanos. En consecuencia, al igual que sucede con la ética, es posible encontrar diferentes corrientes bioéticas, lo que no es admisible es, por ejemplo, hablar de una bioética cristiana.
Ahora bien, en el tema que nos ocupa, la red puede contribuir positiva o negativamente al desarrollo de la bioética. Así, en diversos momentos se han hecho virales noticias cuya veracidad es dudosa, pero que han impactado fuertemente, particularmente en redes sociales. Incluso ha habido casos de periódicos serios que han caído en la trampa, uno de ellos fue el rotativo “El País” que en enero de 2013 difundió —en primera plana— en sus versiones digital e impresa, una imagen en la que se mostraba —supuestamente— al entonces presidente venezolano Hugo Chávez siendo entubado.
Como era de esperarse la imagen dio, literalmente, la vuelta al mundo en pocos segundos; ésa es la virtud del internet, la rapidez con que fluye la información.
Ahora bien, a los pocos minutos de su publicación electrónica, cientos de cibernautas mediante redes sociales como Facebook o Twitter, veían y compartían la imagen atribuida a Hugo Chávez. Al final y en muy poco tiempo ―también gracias a la red―, se supo que la noticia era falsa y que la imagen ni siquiera correspondía al entonces presidente de Venezuela.
¿Qué fue lo que pasó?, y ¿por qué hemos titulado este editorial como “Bioética e Internet”?
En una primera instancia es evidente que, en aras de ganarse la primicia noticiosa, el diario El País faltó a las más elementales reglas de la ética periodística al no verificar la veracidad, no sólo de la supuesta imagen de Chávez, sino de la información que de la misma se derivaba. El periódico faltó a la ética, además, al atribuir como verdadero un hecho falso.
Pero esto, ¿qué tiene que ver con la bioética? Pues una vez hechas las aclaraciones por parte del periódico, se supo que la imagen fue obtenida de un video subido en 2008 a la red de youtube, en el cual era entubada una persona que padecía acromegalia.
Pasada la euforia por el tropiezo del rotativo, pocos se han preguntado quién era el falso Hugo Chávez, e incluso y lo más delicado —en términos bioéticos—, parece que a nadie le ha importado preguntarse si esta persona autorizó la publicación de su proceso de entubamiento en youtube. El video aún se encuentra en dicha plataforma y es fácilmente localizable.
Un segundo caso, pero en sentido inverso fue el de Laura Herrera, quien era una joven estudiante de medicina en la Universidad Nacional de la Plata en Argentina y quien padecía leucemia, por lo que necesitaba urgentemente un trasplante de médula ósea.
Los compañeros de Laura iniciaron en su momento una campaña en Facebook para ayudarla. La campaña fue denominada “Ayudemos a Laura” y la misma resultó un éxito.
Después de algunos meses, Laura consiguió lo que ella denominó como “su alma gemela” y después de varios fracasos, el 15 de marzo de 2013, Laura Herrera escribió:
HABEMUSSS ALMA GEMELA… sí, sí como leyeron: hay donante para mi médula!! El tratamiento que me acondicionaría para el trasplante, sería el mismo que destruiría esta enfermedad residual…
Lamentablemente y aun habiendo encontrado a su “alma gemela”, Laura falleció el 7 de julio de 2014. Un hecho que también hay que destacar es que la página de Facebook “Ayudemos a Laura” se convirtió en un medio para promover la donación altruista de médula ósea. Si bien Laura ya no vive, la idea original ha servido más allá de ella misma, ya que la página sigue activa ayudando a otros que como Laura necesitan de la solidaridad del prójimo. De hecho, al momento de escribir esto, el sitio sigue activo y cuanta con más de 7,000 seguidores.
Como podemos ver, las redes sociales y en general el internet, tienen cada día más un impacto bioético indiscutible, a esto hay que sumar que diariamente aparecen sitios especializados en materia bioética.
En este caso particular hemos querido destacar los dos lados de una misma moneda, la mala o inapropiada utilización de la red y la buena o apropiada utilización de la misma. En el primer caso, faltando a las más elementales reglas éticas y bioéticas, y en el segundo, contribuyendo a concientizar a los individuos en temas de incidencia bioética como la donación de médula. Así de maravilloso o perverso puede ser el internet.
www.bioderecho.org
Notas complementarias:
¡Buen arranque, querido Héctor!
La difusión con seriedad de la Bioética mediante por este medio promete ser muy productiva y relevante.
¡Felicidades!
Luis.
Gracias mi querido Luis. Un abrazo grande.
¡Buen arranque, querido Héctor!
La difusión con seriedad de la Bioética por este medio promete ser muy productiva y relevante.
¡Felicidades!
Luis.
Había pensado en que el internet es un arma de doble filo casi para cualquier tema, sin embargo no lo había pensado desde la bioética, qué interesante, por otro lado doctor, ¿por qué no es admisible hablar de la bioética cristiana? o es algo que no existe, o se puede pensar como una de tantas perspectivas, o definitivamente ¿es impensable?
Hola Mónica.
En los hechos hay quienes hablan de bioética Cristiana. Sin embargo, la bioética surge como una respuesta científica [por lo que necesariamente es laica] y racional a los dilemas que nos presentan los grandes avances biotecnológicos.
Magnífico aporte al debate emergente de Bioetica y redes sociales
Gracias. Edmundo, seguiremos abordando este tipo de temas apasionantes.