Los Locos Addams cumple con el objetivo de entretener a pesar de una historia fallida y canciones sosas.
Ciudad de México.- Nadie puede detener el éxito de Los Locos Addams en el Teatro Insurgentes. Me sorprende cómo el poder de la nostalgia y la posibilidad de ver a “estrellas” en vivo y a todo color hacen olvidar que este musical tiene una de las peores historias del género. Ninguna de las canciones es entrañable y ninguna escena se volverá icónica en el inconsciente colectivo.
En esta reinterpretación de la familia Addams, Merlina es una adolescente quien está convencida de casarse con un joven fuera de los estándares de su oscura y exótica familia. Cuando ésta se entera de las intenciones de su pequeña, todo el mundo pega el grito en el cielo porque no quieren mezclarse con alguien fuera de su clan, sin embargo, aceptan tener una cena con el novio para conocer a sus pariente políticos.
El evento se vuelve un desastre cuando ambas familias se enfrentan y tratan de convencer a sus respectivos hijos de abandonar la idea del matrimonio. La anécdota se ha contado miles de veces en diferentes tonos e historias. La incorporación de guiños al programa de televisión son efectivos, aunque ninguna de las rutinas cómicas sorprende. El conflicto se acaba a la media hora; hay partes poco contundentes y reiterativas.
En Broadway fracasó, pero las enormes filas en la taquilla cuentan una suerte diferente en México. Todo el público está ansioso por chasquear los dedos al ritmo de la música del programa de televisión; los niños son orillados por los padres a reconocer a Merlina y al Tío Lucas. El espectáculo funciona porque el público recrea una experiencia más divertida en su cabeza que en la realidad.
A lo largo de las dos horas y media de función, se hace gala de una manufactura impecable. Tina Galindo y Claudio Carrera tienen el know how y la sensibilidad para atender las expectativas de la audiencia quien compra un boleto en el Teatro Insurgentes. Cada cuadro está planteado para impresionar ya sea por un gusto estilizado o por los millones invertidos en cada elemento de la escena.
Susana Zabaleta juega entre su personalidad y la de Morticia para atrapar al espectador; este papel será el más recordado de toda su trayectoria. Jesús Ochoa, quien interpreta a Homero, es un caso particular entre los actores del país porque se le perdona todo: no importa que no tenga el entrenamiento vocal y corporal para hacer un musical, al final de la función, él recibe la mayor ovación del público. Y, a decir verdad, si no fuera por su carisma y espontaneidad la obra se volvería pesada.
Para Gloria Aura, Merlina, es el momento que la catapulta como una estrella y le dará el reconocimiento peleado por años. Todo el ensamble es una muestra de precisión y técnica depurada; ellos sostienen a los actores con renombre y los cuidan en todo momento. Un reconocimiento especial merece Marisol del Olmo, la madre del novio advenedizo, porque es un talento fuera de serie; ella necesita estar más en el género y obtener el reconocimiento popular. Con su trabajo se pone en el radar para lograr una carrera como actriz prestigiada. Los Locos Addams cumple con el objetivo de entretener a pesar de una historia fallida y canciones sosas.
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Los Locos Addams
Libro: Marshall Brickman y Rick Elice
Música y letra: Andrew Lippa
Teatro Insurgentes (Insurgentes Sur 1587, colonia San José Insurgentes)
Jueves y viernes 20:30 hrs., sábados 18:00 y 21:00 hrs., domingos 18:00 hrs.
Twitter:@pezdeoro1972
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