La tendencia hacia el retroceso democrático no es oriunda de los países de Medio Oriente y de Sudamérica; avanza a Europa a pasos agigantados. En palabras de Jacek Kucharczyk, se dirige a una “democratura”, una mezcla de democracia y dictadura.
Aunque Polonia es uno de los países más ricos de la Unión Europea (UE), su gobierno ha tomado una serie de medidas que estarían por poner en jaque la estabilidad de la UE y su política interna.
En menos de dos años la sexta economía de la UE encabezada por el presidente Andrzej Duda, quien recién el mes pasado nos visitó con “pompa y circunstancia”, ha moldeado la ley para tomar posesión del Servicio Civil, llevar a los medios públicos a un estado de estatización, tomar la Fiscalía General y neutralizar el Tribunal Constitucional: órgano encargado de garantizar la democracia en Polonia.
Estos hechos han generado que la mayoría de los países miembros de la UE, se pronuncien (aunque con gran suavidad) en contra del inevitable caos que se vislumbra. La Unión Europea está blindada por un discurso de libertad y democracia; en el fondo, el hecho de que Polonia esté irrumpiendo en el aspecto democrático es una amenaza surgiente a la propia UE, pone en riesgo económico naciente a toda la región.
El día de ayer se llevó a cabo una reunión ejecutiva de los Estados miembros en Bruselas. El eje central de la convención giró en torno a salvaguardar el estado de derecho de Polonia. Con delicadeza y diplomacia, Alemania, Francia, Italia y España, recordaron la importancia de cumplir las reglas constitucionales, lo anterior sin hacer mención directa a Polonia, ¡no vaya a ser que se enoje!
¿Será que Polonia se convertiría en el Venezuela de Europa? Con populismo el partido gobernante ha podido garantizar su estancia en el poder; una muestra de la necedad del eurocentrismo imperante durante siglos. Esto nos demuestra que los malos entendidos del populismo se dan hasta en las mejores familias.
Y usted ¿qué opina? Empecemos un análisis de detalle.
Samuel Podolsky
@sampodol
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