Para encontrar lecciones de desarrollo sostenido no debemos voltear a ver a Finlandia o a Corea, miremos al sur. Perú se ha convertido en uno de los países de Latinoamérica que más está atrayendo el interés internacional. En 2018 las ciudades de Lima y Cusco se encontraron dentro de los 10 destinos más visitados en Latinoamérica según el Global Destination Cities Index; en ese mismo año el país andino fue galardonado como el mejor destino gastronómico y cultural del mundo por los World Travel Awards.
En los últimos 20 años, Perú se ha convertido en un referente para los países de América Latina. En el periodo 2002-2013, fue uno de los países de esta región que tuvo más dinamismo en su economía, creciendo a un ritmo del 6% anual (México logró apenas el 2% anual promedio). Entre el 2005 y 2013 el país andino logró reducir el porcentaje de pobreza al pasar de 52.2% al 26.1 por ciento. Y en 2018, mientras que en México la inflación promedio se situó en 4.9%, en Perú fue de 1.3 por ciento.
Para descifrar este crecimiento, hay que remontarse a los años 80, en los que Perú estaba atravesando por una crisis económica derivada en gran medida por la implementación del modelo de sustitución de importaciones, el cual disparó la deuda pública y provocó una hiperinflación –que en 1988-1989 se colocó por encima del 1,000%–. Aunado a esto, el narcotráfico y los grupos terroristas se extendieron por todo el país ocasionando la muerte de más de 30 mil personas. Todo en conjunto, generaba un ambiente de incertidumbre en ese entonces.
A partir de los años 90 e inicios del 2000, se dio inicio a la implementación de un exhaustivo plan de reformas estructurales, el cual incluía la sustitución de la moneda que se tenía (el Inti), por el nuevo sol peruano, la reformulación del sistema tributario, la apertura comercial y el establecimiento de mecanismos de control fiscal. Logrando revertir la crisis económica de los años 80.
La estabilidad macroeconómica de este país, que hemos visto en los últimos años, ha sido producto de políticas de Estado iniciadas hace casi 30 años; políticas que han tenido bajo control el déficit y la deuda pública, y que trascendieron los cambios de gobierno. En Perú, las distintas fuerzas políticas se pusieron de acuerdo en los aspectos fundamentales en materia económica y política, y dieron continuidad a este modelo de desarrollo. Estas decisiones fueron los cimientos que propiciaron el crecimiento del empleo y una mayor recaudación fiscal, que llegó a 19% del PIB en 2014 (en México la recaudación fiscal es de 14 por ciento).
No obstante, Perú es un país de contrastes. Mientras que el PIB ha tenido un gran crecimiento, el trabajo informal representó el 66.3% en 2018 y la inversión en ciencia y tecnología apenas rebasó el 0.1%. México invierte en este rubro el 0.48%.
Según el índice de Estado de Derecho del World Justice Project, Perú se situó en el lugar 60 de 113, por encima de México que ocupa el lugar 92. Sin embargo, aun dista mucho del nivel que tiene Chile (lugar 27) o Uruguay (lugar 22). Uno de los factores que mide este índice es la ausencia de corrupción, aspecto en el cual Perú ha tenido avances que han llamado la atención global de manera escandalosa: cinco expresidentes han sido acusados y procesados por delitos vinculados a la trama de Odebrecht; uno de ellos se suicidó en abril y otro fue capturado el mes de julio pasado.
Perú tiene todavía muchos rezagos y un arduo camino por delante, pero todo indica que sus élites han logrado grandes consensos sobre el país que quieren ser y el rol que quieren jugar en la economía global. Si no pierden el rumbo, en los próximos 30 años podrían acercarse al pleno desarrollo. Esos grandes consensos están ausentes en México.
Carlos, buen dìa, tu articulo me indica que hay remedio para nuestro país, veo tres cosas que no tenemos, y habrá que ver como sin esto puede mejorar el país. las tres: (1) Un gobierno federal que en principio va contra los consensos requeridos, es autoritario y Ya. (2) Un Congreso donde arrasa morena y sus afiches, esto puede o no cambiar en el 21, (poco probable) y (3) Un temor (justificado o no) de la actuaciòn e involucramiento de la sociedad civil.
Con su experiencia y con el hecho que cinco Estados están en la búsqueda de actuar como región para lograr mejor situaciòn de crecimiento y desarrollo, Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato y Jalisco, que se puede sugerir y tratar con los ejecutivos de estos estados para aplicar las buenas practicas de Perú, Chile y Uruguay.
En lo personal y en la medida de mis capacidades estarè listo para actuar.
Saludos
Adolfo Gòmez V.