Para Piketty, en las últimas décadas el rendimiento del capital ha sido mayor que el crecimiento de la economía.
Ciudad de México.- El libro de Thomas Piketty: “El Capital en el Siglo XXI”, publicado en 2013, ha tenido una fuerte repercusión a nivel mundial, ya que analiza el aumento de la desigualdad tanto a nivel global como en varios países.
Para Piketty, en las últimas décadas el rendimiento del capital ha sido mayor que el crecimiento de la economía, por lo que quienes contaban inicialmente con ese capital en forma de inmuebles, herencias o patrimonio, obtuvieran mayores beneficios del crecimiento, que quienes dependían de su trabajo. Esto conduce a un capitalismo patrimonialista.
El libro ha provocado fuertes polémicas en los medios académicos y políticos. Sus críticos sostienen desde observaciones metodológicas, conceptuales y empíricas, hasta cuestiones ideológicas al plantear que una sociedad obsesionada con la igualdad es estacionaria, sin crecimiento ni progreso económico y social. Asimismo, se han formulado críticas a las soluciones fiscales planteadas por Piketty, para combatir la inequidad a través de gravámenes a la riqueza.
El tema de la desigualdad estará presente en el próximo Foro Mundial de Davos, a través del Oxfam. En 2014 esa organización internacional publicó un reporte en el que señala que el uno por ciento más rico de la población mundial, detenta una riqueza 65 veces mayor de la que posee la mitad de la población de la tierra, (alrededor de 3600 millones de personas). Cita Oxfam un estudio de Credit Suisse, en el que sostiene que en tanto el diez por ciento de la población mundial posee el 86 por ciento de la riqueza, el 70 por ciento más pobre detenta solo el tres de la producción a nivel global. Asimismo, la directora ejecutiva de Oxfam, Winnie Byanyima, que co-presidirá el Foro Mundial de Davos, del 21 al 24 de enero asevera que el uno por ciento de la humanidad tendrá más de la mitad de la riqueza global en 2016, por lo que urge tomar medidas correctivas, ya que de lo contrario se afectará el crecimiento económico. Las críticas no se han hecho esperar, incluso en México.
Por su parte, Alicia Bárcena, secretaría Ejecutiva de la CEPAL recordó recientemente que si bien América Latina y el Caribe no es la región más pobre del mundo, continúa siendo la más desigual. Bárcena sostiene que la experiencia de los modelos neo-liberales aplicados en los años ochenta y noventa, permitió alcanzar tasas de crecimiento altas y sostenidas pero al mismo tiempo acentúo las desigualdades y la inequidad en la distribución del ingreso.
Por último, cabe referir el reciente libro de Ricardo Raphael, “Mirreynato. La Otra Desigualdad”, en la que destaca, en el caso de México, las expresiones sociales de las élites política y económica, producto de la concentración del poder. El autor se pregunta, ¿por qué el tránsito a la democracia electoral en México vino acompañada por una concentración sorprendente de la riqueza y el poder en unas cuantas manos? Añade Raphael que resulta paradójico que la democracia, el régimen político que aspira a la igualdad ante la ley, ha derivado hacia un esquema orgulloso de la sistemática e injusta asimetría. Sin duda son temas de reflexión a nivel global y nacional, que exigen una amplia discusión.