“Las obras completas de William Shakespeare abreviadas” es una cátedra de cómo se debe tratar el remontaje de cualquier historia. Esta obra se estrenó en el año 2002 con un elenco multiestelar en el Centro Cultural Helénico; había muertos y heridos por conseguir un boleto en cada función. El éxito financiero de la puesta en escena se debe, en gran medida, a una serie de decisiones adecuadas a nivel de dirección.
Antonio Castro, el director de esa temporada, logró conectarse con el público por tres razones: un ritmo vertiginoso del montaje; pocos recursos plásticos para concentrar la atención del público en el trabajo del actor y, por último, una adaptación de la obra para la sociedad mexicana de aquel tiempo. “Las obras completas de William Shakespeare abreviadas” es un recorrido por diferentes episodios de las 37 obras del autor inglés en un tono cómico, por momentos satírico por otros fársico, en donde se revela la grandeza de su producción literaria y, de forma muy velada, se invita a conocer los textos originales.
La empatía del público hacia el trabajo de Shakespeare se debía a que se desmitificaba su figura. No se presentaba como un objeto de museo, inalcanzable; tampoco se enfrascaba en una sofisticación para caer en la incomprensión absoluta. El mayor acierto del montaje, apreciado en la adaptación, radica en cómo demostraba la conexión entre el trabajo de Shakespeare y la cultura mexicana; se ponían a la luz las coincidencias en pasiones, traumas, formas de comunicación, idiosincrasia. Y estas similitudes no tienen nada que ver con una lógica histórica; este autor, al ser el gran hito de la literatura dramática occidental, podría identificarse con cualquier cultura.
En el 2012 Castro se atreve a hacer un reestreno de la obra. Retoma los mismos elementos que le dieron éxito en la temporada pasada con la diferencia de tener una nueva adaptación apropiada a las circunstancias culturales de la época. El resultado, de forma sorprendente, supera a su predecesor; la obra captura el interés del público para dejarlo satisfecho, complacido, extasiado.
El trabajo actoral es titánico. Rodrigo Murray, Osvaldo Benavides y Arath de la Torre conforman un elenco fuerte en cuanto a técnica; ellos poseen el talante necesario para conducir el veloz ritmo del montaje durante dos horas; el desgaste a nivel físico y mental es brutal. El mejor símil que puedo encontrar con el espectáculo está en la lucha libre; el placer que causa la pelea se parece al placer de ver a un actor en un esfuerzo de mil revoluciones por segundo.
Rodrigo Murray, único actor que estuvo en la temporada pasada, complejiza su trabajo y brinda al espectador momentos renovados con sátira política. Arath de la Torre se consolida como uno de los mejores actores de su generación; tiene la energía y habilidades necesarias para la escena; su buena reputación en la televisión se confirma en el teatro. Por último, Osvaldo Benavides destaca por su más brillante intervención en la comedia. Estos tres actores merecen una ovación de pie.
Cabe mencionar que “Las obras completas de William Shakespeare abreviadas” se presenta en un nuevo espacio teatral en la Ciudad de México: el Teatro Ignacio López Tarso. Este acontecimiento siempre es digno de celebrarse a pesar de la crisis y disminución de público de este año.
El montaje de Castro complejiza la escena y encuentra nuevas posibilidades expresivas. Demuestra la madurez del teatro mexicano, fomenta nuevos públicos y comprueba cómo la comedia es necesaria en tiempos sociales tan turbulentos como los que vivimos. Vaya a comprar sus boletos ahora porque, sin duda, como en su temporada pasada, habrá muertos y heridos para disfrutar el gran trabajo de Murray, De la Torre y Benavides.
“Las obras completas de William Shakespeare abreviadas”
De: Adam Long, Daniel Singer y Jess Winfeld
Adaptación: Flavio González
Dirección: Antonio Castro
Teatro López Tarso (Avenida Revolución s/n esquina Francisco I. Madero, colonia San Ángel).
Viernes 19:00 y 21:30 hrs., sábado 18:00 y 20:30 hrs., domingos 17:15 y 19:45 hrs.