Telecomunicaciones (tele-presencias y tele-acciones)

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Si algo bueno trae la Nueva Ley de Telecomunicaciones, es efervescencia nacional. Habrá que estar muy atento para leer entre líneas las verdaderas motivaciones de los actores, todos ellos reactivados.

Hay acaso una amenaza velada en la posición del Actor Preponderante en el sentido de anunciar la inhibición de sus inversiones. Que no ha,  el Incumbente en turno, acaso ya suficientemente adelgazado sus empresas proveedoras de servicios que por cierto proveen con cada vez menos eficacia? (usuarios dixit).

La situación saca a la luz nuevos y viejos interlocutores. Las declaraciones van y vienen.  Irán y vendrán…. Allí están los que saben y todos los que no sabemos, creando un conjunto de opinionistas entrenados algunos, amateurs los mas, defensores de posiciones anquilosadas en la presión de los salarios, los intereses y las ideologías.

Ciertamente que el tema trae consigo consideraciones técnicas muy importantes pero sobre todo consideraciones económicas. Basta echar un vistazo a la situación de las acciones tanto de América Móvil como de Televisa para darse cuenta que la falta de diálogo entre los afectados interesados dominantes y el gobierno termina no beneficiando a nadie.

Hace unos 20 años,  un grupo de amigos, números dos en las organizaciones, decidimos promover una conversación interesada entre las partes con objeto de darle fuerza al país y beneficiar a los actores industriales a través de un diálogo para los mejor.

Creamos así CODIAC, (convergencia digital asociación civil). Ingenuamente pensamos que nuestros siempre referidos números uno habrían de hacernos caso en la orientación.  Telmex, Televisa, TV Azteca, Banamex, algunos amigos periodistas y algún financiero, cooperamos en esa tarea que, -reconozcámoslo- dio muy pocos resultados en la práctica, aunque nos permitió  conocer algunos elementos del entre-juego.

Gatilleros del fuego amigo dispararon a sus asalariados espurios, para  acusarnos de protagónicos en las columnas de los diarios entonces mas leídos, pero la historia siempre paciente en sus juicios parece estar dándonos la razón.

Imaginemos por un momento que Televisa y Telmex hubiesen llegado a un acuerdo para asociarse en la provisión de contenidos y en el desarrollo de los mas lúbricos pipelines para lograrlo. Consideremos que en vez de enflacar a Telmex y engordar a América móvil se hubiere pensado en la ecuación contraria. Que Televisa en vez de invertir en la compra frenética de cableras y telefónicas al borde de la quiebra, se orientara en la provisión de contenidos mejores. No me refiero a cuestiones moralinas o de contenidos profundos, no, pienso mas bien, en pagar mejor a sus técnicos, a sus editores a sus ingenieros del audio y de la luz, a sus tramoyistas a sus arquitectos diseñadores de las escenografías, a sus guionista (seguimos teniendo diálogos pésimos e irreales).  Todo esto daría por resultado mejores contenidos. Es sumar dos mas dos (un no brainer).

Imaginemos que los bancos  trabajaran sobre los pipelines de la infraestructura común de telecomunicaciones. Que Televisa y TV Azteca y la televisoras del estado compartiesen las mismas torres. (las dos grandes televisoras cubren aproximadamente el 98% del territorio nacional).

Todo esto pudo ser. Y sin embargo por resultado sólo tenemos una nueva ley de telecomunicaciones que lejos de satisfacer a estos actores principales parece sólo complacer a quienes por distintas razones precipitaron su salida a la luz pública.

Este es un nuevo punto de inflexión en el tiempo, pero los protagonistas -parafraseando al Kundera que nos recodara recientemente Rafa Perez Gay  “… están pasando por el presente con una venda en los ojos…  y una vez transcurrido voltearan a mirarlo para descubrir lo que pasó… En aquél momento de las Reformas”.

Puntuales llegarán los ángeles cobradores para tocar a su puerta y preguntar a quienes ya no serán.  Enrique, Carlos, Emilio, Emilio, Emilio, Emilio (Azcárraga, Chuayfet,  Lozoya, Gamboa) que hiciste de las Reformas que te diera el Señor?.

Celebro porque me gustan quienes toman riesgo con consciencia y rumbo, la actitud presidencial. Entiendo que el diálogo habría sido difícil si lo hubiese convocado él. Con Ildefonso, platique de la necesidad de conversar el tema con los principales actores del drama y lo intentamos pero el deporte de la procrastinación nos hizo no poderlo consumar. Pese a los síes iniciales de los actores de ambos bandos,  la cosa no se dio así.

Pero estamos en el hoy, y es posible, si decidimos quitarnos la venda, en la efervescencia inteligir y quizá si, ahora sí, avanzar.

Y es que México requiere de estos actores. Su experiencia acumulada, desde luego, sus recursos y mucho su capacidad de riesgo (rara hoy) para contribuir al mejor posicionamiento nacional y si sumásemos su capacidad de inteligencia (…), las cosas irían mejor.  Creo profundamente en la margen que tiene el Estado para la negociación, el equilibrio y la mejor orientación de los actores. Las ideas generales se han aplicado, ahora resta la activación de los mecanismos que atemperen los ánimos. Sensibilidad al crecimiento y a las inversiones, sensibilidad a los servicios, al posicionamiento nacional, al desarrollo tecnológico a la innovación, a la creatividad, a la formación.  Menos cercanía en el cuatachismo connivente y mas compromiso para la mejor comprensión dialogada de los problemas.
Las Reformas comienzan allí donde la ley queda asentada. El diálogo animado por el mejor interés del Estado es irrenunciable. La inteligencia es una obligación Nacional.

 

Por Gastón T. Melo-Medina

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