Estamos terminando de celebrar la tradicional fecha del 2 de febrero, que es el día de la Candelaria, una fiesta llena de sincretismo, entre las tradiciones judías, las católicas y las indígenas. La fecha que en el caso mexicano se celebra comiendo tamales, da título a mi artículo de esta semana.
Seguramente muchos de ustedes han visto, como yo lo he hecho, muchos videos en YouTube o en Instagram o en alguna otra plataforma, de cómo preparar tal o cual platillo y bueno, con sus asegunes, seguro que han preparado algunos de ellos que les han quedado regios y otros no tanto, pero como dice el dicho, “la práctica hace al maestro”, así que les pido que no desistan y sigan intentando hasta que sus platillos les queden como a ustedes les gusten y sus comensales se los alaben ampliamente.
Por cierto, yo hace algunos meses estando en Valle de Bravo, reaprendí a hacer tamales, originalmente la cocinera de casa de mis papás y nana de mi hermano y mía, me enseñó a hacerlos en alguna vacación, y disfrute mucho recordando aquellos días y haciéndolos ahora, aprovechando para rellenarlos de sobras que había en el refrigerador. El ejercicio ya lo hemos repetido varias veces… es divertido y muy rico hacer tamales.
En esta lógica y viendo esos videos, me encontré que muchos chefs reconocidos y otros no tanto, hacían tamales de muchas cosas. Ya no sólo hay tamales verdes, rojos, de mole y los rosas. Ahora hay de todo lo que se les ocurra e imaginen.
Pues como en los tamales, hoy en día tenemos que aprender y reaprender muchas cosas. Escuché hace un par de meses en una entrevista buenísima que le hizo Emilio Penhos como parte de los webinars de Gira Monte Sinaí al nuevo presidente de la Coparmex, José Medina Mora, decir que con la pandemia “no habían cambiado las reglas, sino que había cambiado el juego”, y creo que todavía hay mucha gente que no le ha caído el veinte.
Nosotros como individuos, como parejas, como papás, como hijos, como ciudadanos, como profesionales vamos a tener que reaprender a jugar en un “nuevo juego” en un mundo nuevo y lo que tenemos que hacer mucho más rápido de lo que lo estamos haciendo.
Yo se que hay miles de letreritos y citas sobre la paciencia, y la supuesta importancia y beneficios de ésta… pues hoy en día los pueden ir tirando o guárdenlos para otro momento. Lo que se necesita es actuar, y actuar rápido si queremos dar resultados en cualquiera de los roles que nos corresponda… Y lo mismo lo deben entender las empresas, cualquier organización y los países.
¿Quieren ejemplos? Los países que actuaron rápido en relación a la pandemia han tenido mucho éxito en cuanto al control de los contagios y los decesos, los que no tomaron y aun no han tomado decisiones adecuadas y rápidas han tenido que pagar y seguirán pagado costos altísimos, léase Estados Unidos, Brasil, México, entre otros.
Estados Unidos ya esté dando un giro de timón de muchos grados en cómo manejar la pandemia, después de decenas de desaciertos y muchos estúpidos tweets de Trump. El número de contagios y de decesos empieza a bajar de forma radical, además de que los sistemas implementados para la vacunación, de la mano de los estados, los municipios y las propias ciudades, están siendo en la mayor parte de los casos muy eficientes y no en vano Estados Unidos lidera con mucho el número de personas vacunadas.
Otros países, como Israel, lo han hecho también muy bien en los dos ámbitos, el control de la pandemia y la vacunación.
El caso brasileño será de estudio, de todo lo que NO hay que hacer, de la mano del mexicano, de los alrededor de 2.3 millones de muertos en el mundo por COVID, estos dos países: 229 y 162, respectivamente, “aportan” el 17% de los muertos a nivel mundial, y si atendemos a las cifras que nos presentó recientemente el INEGI, en relación a los decesos totales en el país en 2020, los muertos por COVID en México rondarían los 233 mil, que lamentablemente es una cifra mucho más realista y creíble que los 162 mil que lleva en sus cuentas la Secretaría de Salud.
¿Y han escuchado al presidente, al “secretario” Alcocer, al inconsciente del subsecretario López-Gatell, dar una disculpa, aceptar que lo han hecho muy mal? No ¿verdad?, ni yo tampoco, eso se llama ser inaccountable.
Otro ejemplo lamentable, el sistema que diseñó el gobierno de México para registrarse para obtener la vacuna contra el coronavirus. El primer día se colapsó a menos de diez minutos de haber entrado en marcha y tardaron varios días para estabilizarlo medianamente. Por cierto, yo después de muchos, muchos intentos, lo logré y ya tengo mi número de folio. Y pongo este ejemplo porque tiene que ver con un tema que he trabajado por 11 años que es el de la accountability. En lugar de inmediatamente decir, “lo lamentamos”, hicimos –otra vez mal las cosas– como casi todo lo que hace este gobierno, salieron a defenderse y aquejarse de que mucha gente nos tratamos de inscribir… ¿y qué esperaban? La falta de accountability de este gobierno es realmente alarmante.
Y por el contrario, empresas como Rappi, Uber, Cornershop, la misma Amazon, entendieron lo que estaba y esté pasando y se han renovado y reinventado de forma muy acelerada y por ello están teniendo mucho éxito. Esto por sólo citar empresas del mismo giro y que tienen que ver con la entrega a domicilio de las cosas.
En otros sectores de la economía las empresas no han sabido reaccionar de la mejor manera y han perdido mercado, y en consecuencia, han perdido miles de millones de dólares y desafortunadamente han tenido que tomar decisiones con relación a su personal, despidiendo a grandes cantidades de los mismos, entre otras medidas.
¿Tú como individuo, tu organización, ya se renovaron, ya se reinventaron? Si aún no lo han hecho, me temo decirles que cada día les queda menos tiempo, si aún lo tienen, para seguir pensando y planeando, y se tienen que poner las pilas para hacerlo a la brevedad. Muchos menos planeación y mucha más ejecución, digo siempre en mi taller de accountability “hazlosencillo”.
Yo no creo que sirva de nada andarse victimizando por la vida, quejarse todo el día y echarle la culpa a los otros de los que nos suceda. Tenemos que asumir responsabilidad por nuestros dichos y nuestros actos; esperar muy poco de los demás y hacer lo que nosotros consideremos que es lo correcto y hacerlo pronto.
Como en el ejemplo de los tamales, hay que dejar de seguir ofreciendo sólo tamales de pollo con salsa verde, mole y de dulce, y hay que pensar en nuevos “sabores”, léase nuevos productos, nuevos servicios, nuevas experiencias.
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