Las dos prioridades que hoy tiene nuestro país son: por un lado, hacer el mayor esfuerzo posible para disminuir la mortandad debida al COVID-19, promoviendo el distanciamiento social, atendiendo lo mejor posible a la gente que se va contagiando mientras esperamos el momento en que podamos finalmente vacunarnos contra esta maldita pandemia y, por otro lado, generar más empleos y mejor pagados, pero de manera formal.
En mi opinión, una de las formas más rápidas y eficientes para impulsar el empleo es detonando el consumo, y para que esto suceda se necesita que la gente gaste dinero.
Se puede afirmar que hoy no hay recursos, ha habido mucha pérdida de empleos, también reducción en los salarios, y tardaremos mucho tiempo en recuperarnos.
Sin embargo, podemos aplicar una muy buena fórmula para reactivar la economía rápidamente y al mismo tiempo provocar que se formalice en una buena medida.
Hoy en día tenemos en circulación entre los billetes de 1,000 pesos y de 500 pesos muchos miles de millones –67,000 millones de pesos en billetes de a 1,000 y 1,400,000 millones en billetes de 500 pesos–, los cuales en una muy buena parte son la herramienta que se usa para transaccionar en la mal llamada economía informal, la cual realmente es ILEGAL, y que creo que por no decirle por su nombre, ha suavizado la gravedad y el daño que le hace al país.
Si se decretara que tanto los billetes de 1,000 y de 500 pesos solamente los honrará el Banco de México durante los próximos 90 días, ¿qué pasaría?
Si ese dinero se ganó de manera legal, simplemente lo depositas en tu cuenta bancaria y no tienes problema, pero si no es así –como supongo que son muchísimos los casos–, entonces te lo tienes que gastar.
Entiendo que es un poco tramposo reactivar el consumo y la economía de esta manera, pero creo que la gravedad de la situación que estamos viviendo lo amerita, esto sería un golpe de una sola vez que mucho nos ayudaría a recuperarnos más rápido y además simultáneamente formalizando la economía en buena medida.
Si analizamos quiénes reclamarían o se opondrían, estoy seguro de que no darían la cara, pues realmente con los instrumentos electrónicos que hoy existen, los cuales se están popularizando muy rápido en todo el mundo, cualquiera que tenga su dinero generado de manera legal, no debería tener impedimento alguno para dejar de usar los billetes de alta denominación. La tendencia mundial es a ir eliminando cada vez más rápido el uso del dinero en efectivo, la pandemia que estamos sufriendo, está acelerando este proceso.
Hay experiencias muy interesantes y exitosas que podemos analizar de países como la India, e incluso varios países africanos. Es sorprendente la velocidad a la que los medios de pago a través del celular se están popularizando.
La realidad es que a la gente que tiene menos recursos o todavía se le complica usar los medios de pago electrónicos, con billetes de 200 pesos y menos, no debiera tener ningún problema para realizar sus operaciones.
En mi opinión, estamos viviendo una crisis de tal tamaño que para salir de ella es necesario actuar de manera decidida y con acciones bien pensadas, pero diferentes a lo tradicional que no está funcionando.
Tenemos una oportunidad única y de una sola vez para detonar la economía del país retirando de la circulación los billetes de 1,000 y de 500 pesos, provocando que sean gastados en nuestro mercado interno. Creo que es el momento idóneo para hacerlo y atemperar la crisis y los estragos que estamos sufriendo.
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