En general vida y muerte son expresiones opuestas, sabemos que inexorablemente la vida termina cuando la muerte se presenta. Sin embargo, pensar que la muerte es proveedora de vida es una idea que en principio nos parece contradictoria, imposible y absurda.
Las biotecnologías han venido a cambiar muchas de nuestras ideas preconcebidas, lo que ayer parecía lógico, hoy puede no serlo. Eliska, es una bebé checa que nació en septiembre de este año aun y cuando su madre se encontraba técnicamente muerta.
Esta niña pasó casi 30 semanas de su gestación en el vientre de su madre, quien se encontraba con muerte cerebral. Gracias a los avances tecnológicos, la madre de Eliska fue artificialmente mantenida con vida hasta el final del período de gestación.
Así como hablar de vida y muerte puede resultar en un oxímoron, en el caso particular, la madre de Eliska podría considerarse como “muerta viva” o bien como una “viva muerta”, el nacimiento de la bebé resulta igual de contradictorio, y de manera sorprendente podríamos también decir, recurriendo a los oxímorones, que este nacimiento es un milagro de la ciencia.
Algunos querrán ver en esto un milagro divino, otros vemos el resultado como un producto de la ciencia.
Eva Votavová, una mujer checa de 27 años, es la madre de la niña. Ella padecía una malformación genética arteriovenosa en el cerebro, que le fue diagnosticada tres años antes del embarazo. Eva, en abril de este año, fue encontrada inconsciente en su casa y atendida de urgencia en el Hospital Universitario de Brno, la Silicon Valley del país checo.
Para lograr que el embarazo continuara, lo primero que se hizo fue mantener de forma artificial las funciones cardíaca, pulmonar y renal, lo que sin duda habría sido imposible en otras épocas, fue necesario también controlar cuidadosamente la evolución de los riñones de la madre, así como proveer a Eva de un flujo sostenido del alimento necesario para el óptimo desarrollo del feto.
Si bien es cierto que todo lo anterior fue posible gracias al gran avance en materia de tecnologías de soporte vital, todo parece indicar que también influyó de manera decisiva la actitud de amor y empatía del personal sanitario y la familia de Eva. Según las notas periodísticas, durante el embarazo, tanto la abuela de Eliska como el personal de enfermería le hablaban al feto, a fin de simular un embarazo ordinario. Incluso en un video de YouTube se puede apreciar cómo un terapeuta, auxiliándose para ello de una máquina, movía las piernas de Eva para simular que ella caminaba.
Así, hoy nuevamente nos sorprende la ciencia, ya que gracias a estos avances biotecnológicos, una mujer técnicamente muerta fue capaz de continuar el proceso de gestación hasta el nacimiento de su hija. En casos como éste, nuestras ideas tradicionales se vienen abajo y la ciencia y la tecnología representan un aliento para la humanidad. Tal parece que Eliska será, para los anales de la historia, el primer ser humano que nace en tales condiciones.
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