El silencio de las mujeres

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Se ha discutido mucho acerca de si los hombres y las mujeres escriben de manera distinta. Pat Barker es un ejemplo de que existen escritoras capaces de hacernos entrar en mundos totalmente masculinos. En sus novelas de guerra, sería imposible adivinar qué es una mujer quien nos lleva a vivir y sentir como un soldado o como el psiquiatra que los ayudaba a salir del trauma de haber estado cerca de una explosión. La escritora inglesa ya nos había acostumbrado a tramas interesantes y bien planteadas. Su último libro no es la excepción: The silence of the girls nos cuenta el sitio de Troya a través de la mirada de Briseida, la reina de Anatolia que Aquiles tomó por concubina cuando su pueblo perdió la batalla. Esta vez, no cabe duda de que la voz y el punto de vista son femeninos.

Pat Barker, libro, The silence of the girls
Pat Barker-libro-The silence of the girls

“Aquiles el grande, Aquiles el luminoso, el que se asemeja a los dioses… Cuántas alabanzas se acumulan. Nosotras nunca lo llamamos así. Nosotras lo llamábamos “el carnicero””. Éste es el inicio de la novela y a partir de entonces es difícil soltarla, a pesar de que la historia se ha contado mil veces y de que sabemos de antemano que no habrá vueltas de tuerca. Atrapan la vida diaria de mujeres que pasaron de ser nobles a esclavas, las descripciones físicas del campamento en donde se acumulan las ratas y el omnipresente mundo de los dioses. Pero la verdadera maestría del libro es el manejo de la psicología de los personajes. Briseida es una narradora subjetiva. Percibe en Helena una buena dosis de cinismo y, en cambio, a Patroclo es imposible no quererlo cuando nos describe su sensibilidad. En cuanto a Aquiles, por más que su concubina se empeñe en resaltar cada uno de sus defectos, el lector va descubriendo un lado irresistible de su personalidad. Este semi-dios siempre me ha parecido uno de los personajes más complejos de la mitología griega. Por un lado, guerrero despiadado. Por el otro, vencido ante el valor del rey Príamo que se adentra en el campamento completamente solo para suplicar por el cadáver de su hijo Héctor.  Pat Barker no se queda en las superficies. En The silence of the girls, el feroz Aquiles es también el niño que no ha superado el abandono de su madre y la busca por las tardes en el mar. Un niño triste que se convirtió en leyenda.

¿Y las mujeres, cuál es su importancia en la novela?, me pregunté al acabarla. Me gustaría decir que tienen un poder oculto, pero sería falso, porque lo pierden en cuanto se convierten en esclavas. Sería optimista pensar en ellas como las dadoras de vida, pero si su pueblo pierde la batalla, sus hijos serán asesinados. ¿Cuál es su papel, entonces? Callar, observar, sobrevivir y, finalmente, transmitir la historia verdadera, la de las emociones.

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