Premios Nobel, ¿qué mexicanos se lo han llevado?

Lectura: 3 minutos

¿Conoces a los mexicanos que han sido acreedores al Premio Nobel? Aquí un poco de lo que hicieron para merecerlo.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Esta es la semana en que se entregan los Premios Nobel y hasta el momento han sido revelados los ganadores del Premio Nobel de Medicina y el de Física.

Este galardón fue instituido así desde 1895 como última voluntad de Alfred Nobel; se entregaron por primera vez en 1901 y aunque el anuncio de los ganadores se da en el mes de octubre, es hasta diciembre que se hace entrega de los premios en una ceremonia llevada a cabo en Estocolmo, a excepción del Nobel de la Paz, que se entrega en Oslo, ya que es elegido por el Comité Noruego de este premio.

El Nobel de Química se conocerá el día hoy, seguido el jueves por el de Literatura y por el Nobel de la Paz, el día viernes; para finalizar el día lunes 12 de octubre con el premio Nobel de Economía.

Entre las personalidades que han recibido este importante galardón, figuran tres mexicanos: Mario Molina, Alfonso G. Robles y Octavio Paz. Aquí los porqués.

José Mario Molina Henriquez obtuvo el Premio Nobel de Química en 1995, ni más ni menos que por hacerle saber al mundo sobre lo que suponía el adelgazamiento de la capa de ozono, presentándolo como el talón de Aquiles de la biosfera y encargado de evitar que los rayos ultravioleta lleguen a la tierra. Fue el primer mexicano en obtener esta presea, que compartió con Frank Sherwood Rowland y Paul Crutzen.

Aquella vez mencionaría que esperaba que su premio

muestre que los científicos mexicanos están a la altura para participar de manera activa en la comunidad internacional y que son capaces de alcanzar un reconocimiento como el que hay en la obtención del premio Nobel”.

En un inicio, hubo una polémica industrial y científica por las aseveraciones de Molina; después de todo, se trataba de que la capa de ozono se adelgazaba por el uso de productos comerciales cotidianos y cosméticos, mismos que contenían clorofluorocarbonos.

Para fortuna de todos, el lado científico pesó más y la industria decidió cooperar; así, los fabricantes de algunos productos cotidianos prefirieron crear nuevas fórmulas sin los componentes dañinos para la biosfera.

Alfonso García Robles se hizo acreedor al Premio Nobel de la Paz, cuando expuso que nunca se había visto a la humanidad tan enfrentada, como hoy (es vigente lo que dijo hace años), al peligro de la extinción provocada por ella misma, sosteniendo que o el mundo acaba con las armas nucleares o éstas acaban con el mundo.

Su participación fue de vital importancia en lo que se conoce como el Acuerdo de Tlatelolco que él mismo lanzó e implementó en América Latina y que se signó en Tlatelolco en 1967. Lo anterior como resultado de lo que había sucedido con la crisis de los misiles en Cuba.

Básicamente, la idea giraba en torno de prohibir las armas nucleares así como que esta región del mundo no se vinculara en el conflicto que sostenían las potencias rivales. García Robles, haciendo uso de su diplomacia, fue quien condujo estas negociaciones.

“El Nobel no es un pasaporte a la inmortalidad. La relativa inmortalidad de las obras literarias y artísticas la da la calidad”.

Octavio Paz.

Octavio Paz, el hombre de los mil reconocimientos, y quizá el más conocido de los tres, se llevó el Premio Nobel de Literatura en 1990.

El controvertido y multifacético editor, poeta y ensayista, recibiría el galardón coronando el trabajo de toda su vida, que desde temprana edad, se vio envuelto en el mundo de los libros gracias a la vasta biblioteca de su abuelo. Comenzaría a escribir muy joven, participó en el Segundo Congreso Internacional de Escritores antifascistas, en 1937 y un año después fundaría la revista Taller; paralelo a esto, surgiría una nueva camada de escritores en el país.

Años después, con su vasta experiencia, formaría parte de la diplomacia mexicana que lo llevaría a Francia, donde escribiría y se consagraría con El Laberinto de la Soledad, aquel estudio sobre la identidad nacional.

Para 1962 se le designó el cargo de embajador en la India, que también lo catapultaría hacia una creación poética; sin embargo, en el 68 abandona ese puesto, protestando contra el gobierno mexicano por el sucedido en Tlatelolco.

Continuaría su trabajo editorial como escritor fundando dos revistas (Plural y Vuelta) además de ser nombrado Doctor Honorario en Harvard.

Tiempo después ganaría el Miguel de Cervantes (1982) y posterior a ese, el Nobel de Literatura.

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x