Hoy les presento la segunda parte del relato y también el último viernes de 2017. Agradezco a cada uno de los que me han acompañado puntualmente cada viernes. Gracias también el espacio para poder compartirles ideas y algunos que otros conceptos y datos económicos.
Muchísimas gracias y literal, no vemos por estos lares el siguiente año.
En diferentes ocasiones (o muestras) me ha tocado venir parado en el transporte público, por aquello que la oferta es mayor a la demanda (o viceversa), y también por aquello de las prisas y las ansias de llegar a casa. En esas ocasiones en las que me ha tocado venir parado, es tanta la demanda por el transporte que mucha gente se sube por la puerta de atrás, que irónicamente tiene un letrero en rojo que dice “sólo descensos”; bueno, eso es lo de menos; la gente sube y paga su pasaje, mismo que se lo da a una persona, que se lo pasa a otro y así sucesivamente hasta que llegan a la mano del operador del microbús.
Aquellos que vienen sentados, en ocasiones se ven molestados por el rozar de las manos que se están pasando las monedas correspondientes a los pasajes de los que se suben por la puerta de atrás, ¡es ahí! En ese ejercicio en donde noté por primera vez que uno de los señores sentados tenía calvicie, y la primera hipótesis que se me vino a la mente fue el roce de las manos y la ropa de la gente que pasa el pasaje de aquel usuario que subió por donde se desciende.
Hipótesis que deseché por no poder comprobar de forma empírica, y por no tener los recursos para medir los efectos del roce de la gente y su ropa a la hora de pasar de mano en mano el pasaje del usuario que ascendió por donde más adelante descenderá.
Sin embargo, la repetición de la escena (muestra significativa); es decir, por venir parado un “n” número de veces más, y comprobar que al menos uno de los que venían sentados presentaba calvicie, y las casualidades no son posibles con la repetición.
Es cierto que por casualidad te puedes encontrar una moneda en la calle, eso es una gran casualidad, pero si todos los días te encuentras una moneda, eso ya determina por sí sólo un patrón; es decir, que tiene una causalidad determinada. Me explico: si te encuentras una moneda en la calle una sola vez, la causalidad se determinará inmediatamente a la buena suerte, y hasta a un “te levantaste con el pie derecho”; lo que es cierto, es que no se cuestiona más allá de su simple presencia. De ser el caso de que todos los días te encuentras una moneda, entonces si ya no entra dentro de la normalidad de la buena suerte, ello ya implica una causalidad, al grado extremo de que alguien te esté jugando una broma pesada. Simplemente y como tantas reglas de la vida, la buena suerte y casualidad no se llevan más que una sola vez, en esa única vez se entienden y se explican, no hay más.
Indudablemente yo mismo desecharía la hipótesis de correlación positiva (causa-efecto) de la calvicie y el uso del transporte público, si la casualidad no se hubiese choteado; es decir, si no se hubiese repetido el patrón. Cabe aclarar que en ningún momento hubo repetición de los objetos de las muestras (es decir, de los alopecios), en cada caso era distinto al anterior; claro, había algunos rasgos similares pero al final no había repeticiones.
En cada uno de los casos había sujetos faltos de pelo, que venían sentados y en todos y cada uno de ellos, venían de lado de la gente que pasa el dinero de mano en mano para pagar el pasaje de los que se subieron por atrás. Dando paso de esta manera a la relación causal de la calvicie por utilizar el transporte público.
Indudablemente esta hipótesis no es todavía generalizable; sin embargo, el tamaño de la muestra es significativo para poder inferir en su veracidad. Tarea de subsiguientes estudios o análisis de este fenómeno será probar o rechazarla, por mi parte es todo.
Muchos no tomarán en cuenta esta recomendación, muchos otros sí; para todos aquellos incrédulos de la veracidad de las ideas expuestas les dejo las siguientes recomendaciones: el masaje al cuero cabelludo activa la circulación sanguínea, lo que permite que la raíz esté en buen estado; la higiene adecuada evita la pérdida de cabello acelerada, pues se retira el exceso de grasa y con ello se evita el debilitamiento de la raíz.
Asimismo, se recomienda el uso de lociones y shampoos que estimulen la circulación sanguínea en los folículos capilares, al favorecerse de esta manera la renovación y engrosamiento del cabello. También pueden darse masajes con las yemas de los dedos y/o con aparatos especiales para estimular la circulación sanguínea del cuero cabelludo.
Finalmente, me despido no sin antes darles la última recomendación a los no alopecios: usen lo menos posible el transporte público en horas de mucha afluencia; y los que van sentados, les recomiendo sentarse de forma estratégica (del lado de la ventana) para no verse afectados por este mal, sobre todo a largo plazo.