De la guerra, 3ª Parte

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Los inventos de la guerra, son parte de nuestra vida diaria

Hablábamos en la entrega anterior acerca de lo importante que es la esperanza para seguir adelante diseñando un mundo de armonía y de paz para los seres humanos. Mientras la inseguridad y la violencia se muestran descarnadas en el entorno mundial, y las mujeres siguen manifestándose contra un agresor, aparentemente invisible que las trata como objetos que puede romper, destruir, exterminar y desaparecer, tenemos que buscar asideros para la felicidad, la confianza y el anhelo de construir un mundo mejor para todos.

Por contradictorio que parezca, la necesidad de vencer al enemigo en la guerra es uno de los motivos que mayor desarrollo genera para la humanidad. Es a partir del miedo y del temor de ser aniquilados, lo que nos obliga a buscar el poder y el control sobre el otro –al que no conocemos y que consideramos un adversario, rival u oponente sin buscar alguna mediación ni interlocutorio que nos hermane–, que se generan inventos que luego podemos utilizar en la vida diaria para hacerla más cómoda y práctica, más funcional. Vamos a recorrer el listado que tenemos para compartir hoy:

Vidrio laminado
vidrio laminado

Este tipo de vidrio comenzó a usarse en artículos de orden “cotidiano” por ahí en 1937. En realidad, entrecomillamos lo cotidiano porque el uso que se le da es fundamentalmente en temas de seguridad para que los autos de lujo tengan vidrios antirrobo. La denominación de este artículo es vidrio indestructo porque es antigolpes y brinda alta seguridad por su cualidad irrompible. Producto de la posguerra de la Primera Guerra Mundial, hoy es habitual que se utilice en la fabricación de muchísimos modelos de automóviles del siglo XXI.

Jeep o vehículo todo terreno
jeep
Fotografía: Flickr.

Para los combates de la Segunda Guerra Mundial, el Ministerio de Defensa de los Estados Unidos identificó la necesidad de contar con un vehículo que permitiera a las tropas un avance más rápido, eficiente y que posibilitara el movimiento en cualquier tipo de terreno. Hoy en día, Jeep es una marca con una serie de modelos disponibles, que representa todo un estilo de vida. Han estado de moda, han sido tendencia y, hasta se han convertido en una especie de clásico. El hecho es que, aquellos individuos que jamás salen de la zona urbana en que habitan, viven su fantasía al estilo Indiana Jones, manejando un Jeep por las calles de cualquier gran ciudad del mundo. Nacidos a principios de los años 40 son presencia cotidiana en el mundo.

Lentes de sol

gafas de sol
Fotografía: Pinterest.

Populares, inicialmente en los Estados Unidos por ahí de la década de los 60, los lentes de sol han sido y son parte imprescindible del vestuario de glamorosos, playeros, hippitecas –no sé–, y de una gran variedad de estereotipos de personajes y caracteres. La imagen de Audrey Hepburn con unas hermosas gafas obscuras y una bella mascada en torno al rostro, o la de John Lennon y Yoko Ono con sus lentes de bolita, o también de los deportistas del automovilismo utilizando este tipo de lentes es parte del imaginario del lujo y la vida sofisticada de las celebridades. Tienen, por supuesto, una aplicación funcional asociada a la protección de los ojos ante el ataque de los rayos UV, de hecho, cuando se fabricaron durante la Segunda Guerra Mundial, fue con el propósito de proteger a los pilotos militares de la luz del sol cuando tenían que volar, ya que se quejaban de náuseas y dolor de cabeza por la falta de protección de los rayos solares. Ante esta necesidad expresa, la compañía canadiense Bausch & Lomb ideó unas gafas polarizadas a las que, posteriormente, Ray Ban agregó el efecto antibrillo. Muchas cosas han sucedido desde entonces, sin embargo, ésta marca sigue siendo líder en la fabricación de lentes y productos de cuidado ocular y el uso de las gafas obscuras se ha popularizado enormemente.

Bolsas de té

bolsas de te
Fotografía: Sempertea.

Por último, vamos a abordar el tema de las pequeñas y prácticamente imperceptibles, bolsitas de té. Antes de que estas bolsas simplificaran la preparación de bebidas e infusiones, era necesario tener las hierbas, limpiarlas lavarlas, separar las ramas y cualquier otra parte de la planta que no sirve para preparar un tecito. Dejaron de ser necesarios los infusores metálicos que eran utilizados hasta antes de la producción masiva de bolsas de té que pueden ahora conseguirse en un supermercado. Contar con la bolsa facilitaba el consumo de esta bebida para los soldados ingleses habituados a su consumo. Llevar al campo de batalla la planta desecada y el infusor resultaba imposible. En cambio, las bolsitas podían llevarse a cualquier lado, posibilitando la bebida de manera muy sencilla y desechando la bolsa. Quién nos iba a decir que en la actualidad se pondría de moda volver a la planta, ponerla a secar en casa en tu propia alacena o cocina y que, en algunos países europeos pueden pedirte que, para desechar una bolsita de té, separes cada uno de sus componentes es decir, la grapa, el hilo, la bolsa, el cartón que identifica marca y tipo de té y el contenido de la bolsa deben desecharse por separado por el tipo de material y la necesidad de reinsertarlo en una economía sustentable e, idealmente, circular.


Hasta aquí algunos ejemplos de lo que la guerra nos ha dejado. Será posible que en una cultura de paz seamos capaces de seguir generando este desarrollo. Sin duda alguna, si recorremos algunas de las publicaciones que hemos generado en esta saga del Ayer, hoy y mañana, podemos ver cómo esta capacidad de inventar, de crear y concretar productos, artículos y servicios, forman parte de una característica humana que se mantiene en permanente búsqueda de satisfactores que redunden en una mejor calidad de vida. Por el momento, tenemos algunos otros ejemplos de los que hablaremos en una última entrega de éste tema que da para más.  

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