Consultando el portal del Banco de México, en la sección que nos informa la cantidad de billetes que se encuentran en circulación al mes de julio de este año, la información que aparece es la siguiente en millones de piezas:
Total de billetes de 10 pesos en circulación: 26.0;
Total de billetes de 20 pesos en circulación: 578.3;
Total de billetes de 50 pesos en circulación: 603.1;
Total de billetes de 100 pesos en circulación: 696.5;
Total de billetes de 200 pesos en circulación: 886.8;
Total de billetes de 500 pesos en circulación: 2,290.9;
Total de billetes de 1,000 pesos en circulación: 71.1.
Analizando esta información, me llama la atención que no he visto desde hace mucho tiempo billetes de 10 pesos, aunque en realidad no me parece algo relevante.
Por mucho, el billete con mayor circulación es el de 500 pesos, sin embargo, hoy circulan en el sistema 71.1 millones de billetes de 1,000 pesos, o sea 71,100 millones de pesos, los cuales prácticamente no se ven circulando. Es poco común ver a alguien hacer algún pago con un billete de 1,000 pesos, esto induce a pensar que están empaquetados, y simplemente por comodidad de espacio es la mejor manera de transaccionar cuando se trata de operaciones que no se reportan y que quedan en el anonimato.
¿Que pasaría si se decretara que estos billetes –en un plazo de tres o cuatro meses– el Banco de México los dejara de honrar? Los tenedores de estos billetes tendrían que depositarlos en alguna cuenta bancaria, lo cual implica el pago de impuestos correspondiente a ese ingreso o gastarlos.
Tomando en cuenta que estamos viviendo una desaceleración de la actividad económica, este gasto le daría un buen impulso al consumo y además le generaría un empujón a la formalización de la economía.
Me parece que para el público en general la afectación sería nula y más adelante se podrían valorar los beneficios, y si apareciera algún efecto negativo que no alcanzo a imaginar, podría sopesarse continuar más adelante con los billetes de 500 pesos.
Hoy se están elaborando leyes, como por ejemplo la de extinción de dominio que está inhibiendo la inversión y, pese a ello, considero que el retiro del efectivo puede ser mucho más eficiente para evitar la evasión fiscal.
La informalidad o ilegalidad en México es terrible y es un lastre que llevamos arrastrando cada vez con mayor peso, por eso, el instrumento por excelencia para poder operar en la ilegalidad es el efectivo, ya que implícitamente otorga el anonimato.
Si queremos empezar a revertir la tendencia de la ilegalidad, me parece que el retiro del efectivo en las denominaciones más altas nos puede dar una buena ayuda.
Empezar a ver qué pasa retirando los billetes de 1,000 pesos, puede ser un buen comienzo, y sinceramente le pido a usted, amable lector, me indique si percibe algún daño si se implementara esta medida.