La búsqueda de nuevas fuentes de abastecimiento de agua para el Valle de México —ante la incesante sobreexplotación del acuífero—, es un tema de alta prioridad para este año 2021, pese a que la pandemia por Covid-19 lleva la ventaja.
Desde 2012, un ambicioso proyecto de las entonces autoridades de la Ciudad de México, con el apoyo de la UNAM, PEMEX, CFE y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), hallaron un megacuifero profundo a 2 kilómetros de profundidad con agua potable de alta calidad y totalmente independiente del acuífero superficial que nos abastece de agua desde mediados del siglo XIX (1850).
Pese a las recomendaciones de las pasadas autoridades de continuar los estudios técnicos para definir el potencial y capacidad de producción sustentable, así como establecer su prioridad con respecto a otros proyectos de abastecimiento, desde el inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum se encuentra detenido.
Hasta el momento se perforaron cinco pozos megaprofundos en las zonas de San Lorenzo Tezonco, Iztapalapa; en Agrícola Oriental, Iztacalco, y en el Mirador en el Cerro de Estrella, también Iztapalapa. En el vivero Nezahualcóyotl, en Xochimilco se abrió otro megapozo.
El asunto no es menor pese a la crisis sanitaria, pues de acuerdo con los expertos en cambio climático y meteorólogos, tendremos un año seco con recurrentes crisis severas de abasto de agua. Recordemos que más de 2 millones de habitantes tienen problemas de abastecimiento todos los días en la ciudad.
Este año además será altamente político por los procesos electorales y el tema no escapará de las agendas de candidatos, pero merece toda la fuerza del Estado.
Recordemos que cada perforación de un megapozo con fines experimentales es de 70 millones de pesos aproximadamente, mientras que traer agua de Temascaltepec (aún frenado por conflictos sociales), sería de más de 10 mil millones de pesos; y de Tecolutla oscila la inversión en casi 25 mil millones de pesos, y traerla del Valle del Mezquital, es de una inversión aproximada de 14 mil millones de pesos.
A toda costa se deben revisar prioridades, reactivar proyectos y cuidar a toda costa que el tema de abastecimiento de agua no quede en manos de políticos y partidos oportunistas sean de centro, derecha o izquierda.
El reto no admite errores ni oportunismos. Es el desafío por al agua.
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