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Horario de verano: medida con “calzador”

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El próximo 4 de abril se aplica el horario de verano en casi todo el país, excepto en los estados de Quintana Roo y Sonora (por motivos económicos y turísticos). De tal forma que se adelanta una hora el reloj.

Desde que esta medida empezó a aplicarse en 1996, durante el gobierno de Ernesto Zedillo –con el objetivo inicial de homologar la hora entre México y Estados Unidos–, afloraron diversas protestas sociales que se oponían a la medida por considerar que por la oscuridad en las mañanas se incrementaba la inseguridad, así como otros impactos en la educación, afectación a la salud, alteraciones en las relaciones sexuales (por el mañanero) y por los pobres resultados en materia del cuidado al ambiente y en el ahorro de energía. Aunque los cuestionamientos en el ámbito político se centraban en que el único fin era estrictamente comercial.

En 2019, el tema volvió a subir de tono por voz de legisladores de Morena, entre ellos el diputado del Congreso de la Ciudad de México, Carlos Castillo, y por el polémico senador (hoy con licencia) Félix Salgado, quien promovió iniciativa de Decreto para abrogar dicha medida. Ambos argumentaron desde las tribunas que el horario de verano provoca consecuencias nocivas para la salud a la población y no genera beneficios económicos o energéticos. Los pronunciamientos generaron debates y el tema se reactivó en la opinión pública, y pese a que los morenistas pretendían tirar la medida en 2020, la pandemia por el COVID-19 les congeló su activismo.

cambio de horario
Imagen: Luciano Lozano.

Y vale precisar que, en el 2000, el gobierno federal encargó un estudio para determinar los impactos del horario de verano en la población mexicana, el cual fue coordinado por Pablo Mulás del Pozo, entonces director de Programas Universitarios Coordinación de Investigaciones Científicas de la UNAM, en el que participaron 70 instituciones y 121 investigadores y académicos de diversas entidades del país.

Dicho proyecto se realizó en tres meses, y en el mismo se advertía que los investigadores tuvieron poco tiempo para efectuar estudios específicos con el fin de recabar información nueva, ya que la mayor parte del análisis se llevó a cabo con datos que ya existían en diversos sectores académicos y de instituciones gubernamentales. Sin embargo, en sus conclusiones, se destacó que se encontraron impactos tanto positivos como negativos, insignificantes e importantes. Lo positivo se centraba en la sincronización del horario en la zona fronteriza norte con Estados Unidos; en el sector turismo con mayor número de horas-luz y en el sector energético nacional en la reducción del pico de demanda. Aunque en el ahorro de energía se establecía que era pequeño con menos de 1%, y se precisó que, a nivel doméstico, dicho ahorro era muy pequeño en términos económicos.

El mismo estudio determinó que en la cuestión ambiental los beneficios eran mínimos, lo cual era similar en los áreas agrícola, ganadera, financiera, industrial, de telecomunicaciones y transporte. Y en la salud se advertía un estrés acumulado con afectaciones digestivas, cuadros diabéticos y obesidad, así como alteraciones psicológicas y en el desempeño sexual.

Un dato también a destacar es que la población consultada en el referido estudio comentaba –con irritación–, la imposición de la medida, el centralismo y hasta el engaño en que incurrieron las entonces autoridades.

A la fecha no se ha realizado un estudio de esta magnitud, y sería conveniente que las autoridades del gobierno federal encargaran un nuevo trabajo científico para determinar si el horario de verano origina más impactos negativos que positivos en la población.

Al respecto, cabe destacar las investigaciones que realizó en octubre de 2020 la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés), mediante los cuales determinó que dicho horario incurre en importantes riesgos para la salud y la seguridad.

cambio de horario
Imagen: Rosell.

Los especialistas hicieron pública una carta en la que pidieron cancelar el horario de verano y dejar sólo el estándar, ya que comprobaron un considerable aumento de ingresos al hospital y eventos cardiovasculares adversos. Y advirtieron de un mayor riesgo de infarto de miocardio por la aparición de fibrilación auricular aguda y trastornos de ánimo en los primeros días de la aplicación de la medida, ya que hay un impacto entre el reloj biológico y el ritmo circadiano (responden principalmente a la luz y la oscuridad).

Recordemos que en 2001, ante los reclamos sociales de una mayor inseguridad por las mañanas, el entonces presidente Vicente Fox redujo en algunas entidades, incluida la Ciudad de México, a cinco meses el horario de verano (mayo-septiembre), pero en 2002 regresó a siete meses (abril-octubre), ya que el Congreso dictaminó que la medida era federal.

Es muy probable que el tema siga congelado en el ámbito legislativo, no es prioridad discutirlo ahora, aunque si el vocero-presidente Andrés Manuel López Obrador lo ventila en una de sus mañaneras, sus obedientes legisladores de Morena volverán a desempolvar el tema.

Sin duda, el tema del horario de verano requiere de nuevos estudios y que éstos sean coordinados por la academia científica. Debe de haber mucho cuidado con este caso, pues este gobierno prefiere las consultas improvisadas y la gritería de políticos desinformados.

El trabajo científico y la transparencia de los estudios deben imponerse.


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Cambio climático: las alertas se siguen ignorando

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El cambio climático mostró en 2020 su avance catastrófico en el planeta. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) lo reportó con precisión en enero pasado, al señalar que dicho año fue el tercero más cálido desde que se iniciaron los registros de la temperatura a nivel mundial, con una media de 14.9°C, por arriba (1.2°C) de los niveles preindustriales, entre 1850-1900.

Durante una década, de 2011 a 2020, se tienen las más altas temperaturas históricas en 2016 y 2019; es decir, a partir de 2015 el planeta sufre más calor, y esto no se debe a eventos naturales como ha ocurrido en otras etapas de la historia de la Tierra, sino que el clima está cambiando por las acciones de los seres humanos. No hay duda de que los años siguientes tenderán a ser más cálidos. Ahí está la huella del cambio climático.

Los esfuerzos de la ONU por frenar la quema de combustibles fósiles –petróleo, carbón y gas–, que permanecen más tiempo en el ambiente y aumentan la temperatura, no ha alcanzado a permear a nivel internacional, y hasta ahora sólo cuatro países, Costa Rica, Islandia, Noruega y Uruguay, producen casi toda su energía con fuentes renovables. Estas naciones ya pueden presumir su gran esfuerzo en favor del ambiente, ya que superaron el uso de los combustibles fósiles.

Mientras, en el caso de México, el gobierno federal sigue la tendencia atrasada y dañina de producir energía eléctrica mediante el uso del combustóleo, carbón y gas natural. Y también el impulso a la industria petrolera en el país con la refinería de Dos Bocas, en Tabasco (plan emblemático de Andrés Manuel López Obrador), demuestra que la agenda ambiental no es prioritaria y que lo inmediato es aumentar la productividad de los combustibles fósiles.

uso decarbon en mexico
Imagen: Nexos.

Los expertos de la OMM han alertado que, en los últimos 100 años, la temperatura promedio a nivel mundial aumentó poco más de 1°C, lo cual indica el comportamiento ascendente del termómetro, lo que impacta en los patrones pluviales, que en los últimos años la tendencia es de menos lluvias en el planeta. Y todo esto impacta severamente a los ecosistemas, pues muchas especies de flora y fauna no logran adaptarse a los extremos climáticos. Tal es el caso de lo que ocurre en los santuarios de la mariposa monarca, en el Estado de México y Michoacán, donde las altas temperaturas han provocado serias alteraciones en su ciclo reproductivo, y las poblaciones disminuyen considerablemente, como está ocurriendo este año.

Y en México, los meteorólogos pronostican una prolongada sequía para este año, muy similar a la de 2019 que fue considerada como histórica por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), pues hasta en los estados con altos niveles de precipitación como Chiapas, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, se quedaron “secos”.

De tal forma que ahora las temperaturas récord también levantan otra alerta: las presas del país están con mínimos históricos, debido a que durante 2020 llovió menos y en lo va que de este año se estima que las precipitaciones se presenten a mediados de junio próximo, cuyo volumen en promedio general no será abundante ni prolongado.

Tal es el caso del Sistema Cutzamala, con un sistema de siete presas, y las más importantes El Bosque, Villa Victoria y Valle de Bravo, se encuentran al 56.5% de su capacidad, lo que de acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se encuentran en su nivel más bajo de los últimos 25 años.

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Imagen: Lolo Insunza.

La situación es complicada, ya que el Sistema Cutzamala abastece con 16 mil litros por segundo a 11 alcaldías de la Ciudad de México y 13 municipios del Estado de México, pero cada vez el volumen disminuye.

Y de acuerdo con La Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México durante la pandemia por el COVID-19 el consumo de agua en las viviendas aumentó en un 30%.

Sin duda, en el caso del Cutzamala, en las próximas semanas se anunciarán medidas de reducción en el suministro de agua lo que provocará afectaciones a millones del Valle de México.

Altas temperaturas, escasez de agua, la pandemia y el cambio climático merecen toda la atención y acción mundial. La eliminación del carbón en el sector eléctrico sería una de las grandes iniciativas para acelerar la transición a energías renovables como la solar y eólica. Además, la búsqueda de nuevas fuentes de agua y su uso racional y el pago a su costo real son de alta prioridad.

El aumento a nivel global de 1.2°C ha puesto en riesgo al planeta, y por eso es urgente que las naciones naciones descarbonicen su economía, de lo contrario en el 2050 estaremos en el catastrófico escenario de un incremento en el calor de la Tierra de 3 °C, tal y como lo ha advertido la ONU.


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¿Cero residuos?

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Hace dos años la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció la creación de Organismos Operadores de residuos, locales y regionales, con el objetivo de que su acción se centrara en un modelo de economía circular sustentable.

Si bien las autoridades pretenden un ordenamiento en el manejo de los desechos sólidos que, a nivel nacional se estima una generación anual de casi 45 millones de toneladas de residuos, aún la mayoría de la basura termina en tiraderos a cielo abierto, en rellenos sanitarios saturados o con deficiencias en su operación. 

Además, en los 2457 municipios que hay en todo el país, existe una deficiente infraestructura de recolección, separación y disposición final de los residuos sólidos. Y se estima que más de 85% de los desechos generados en el territorio nacional terminan a cielo abierto contaminando cuerpos de agua, suelos, áreas verdes, impactan la calidad del aire, generan fauna nociva y provocan diversas enfermedades en la población.

separacion de residuos
Imagen: Vía Orgánica.

El modelo sustentable que impulsa la Semarnat no ha terminado por concretarse, pese a sus buenas intenciones, y el proyecto enfrenta en el terreno real serios problemas sociales, políticos, económicos y de infraestructura que los gobiernos estatales y municipales, así como las empresas no logran integrar el esquema circular. 

Veamos, algunas autoridades estatales y locales se han quejado de que los gremios sindicales y grupos de recolección informales —pepenadores— les obstaculizan la conformación de sociedades cooperativas, como lo pretende el modelo de Organismos Operadores. En otras palabras, los cotos de poder al estilo mafioso no ceden al cambio, hay cadenas informales que han logrado enquistarse en la cadena del manejo de residuos.

Pero también en algunas entidades y regiones las autoridades mantienen acciones muy laxas en la gestión de residuos, algunos han preferido endosar el problema a las siguientes administraciones como ocurre en Veracruz, Morelos, Puebla, Chiapas, Guerrero, entre otros.

Pese a que el escenario ideal de los Organismos Operadores es establecer mecanismos de certificación para cada proveedor de servicio en la cadena de la gestión de desechos: recolección, separación, almacenamiento, reciclaje y disposición final, este proceso en el entorno real continúa desarticulado.

Pero también existe un rubro que inquieta a expertos y organizaciones ambientalistas, y se trata de que para la Semarnat los desechos inorgánicos y aquellos que no se puedan reciclar ni reusar se destinen a la generación de energía eléctrica, lo cual los ambientalistas reprueban, ya que se estarían utilizando en este proceso calórico materiales altamente tóxicos, lo que además estimularía la producción y comercialización de artículos peligrosos al ambiente y a la salud.

Una visión atinada de los ambientalistas es que este tipo de modelos o planes deben enfocarse en prevenir la generación de residuos, reducir el volumen, y no sólo centrarse en la gestión de los desechos. 

gestion de desechos
Imagen: Tec Review.

De tal forma, este modelo aún no es circular ni totalmente sustentable, pues a los problemas sociales y políticos que enfrenta, se suma el ambiental en que los especialistas recomiendan a las autoridades que se debe enfrentar el problema desde su origen para reducir la generación de residuos. Y algo más, plantean sustituir los materiales tóxicos o peligrosos con el fin de los productos puedan ser reutilizados sin impactar el ambiente. Asimismo, plantean poner énfasis a la responsabilidad extendida al productor para que garantice la gestión de sus materiales al final de su vida útil.

Lo deseables sería que las autoridades escuchen y analicen las propuestas de expertos y ambientalistas, pues sería más productivo sumar ideas para diseñar un proyecto robusto e integrador.

En pocas palabras, este proyecto aún está verde, aunque lo respalden organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia de Cooperación Alemana al Desarrollo de México (GIZ).

Y una duda…

Por cierto, qué pasa con el Bordo Poniente, el último relleno sanitario de la Ciudad de México, el cual cerró definitivamente el 31 de diciembre de 2011, y según había planes para convertirlo en un centro de generación de energía eléctrica  mediante el el uso del gas metano de la basura. No hubo nada, y la Ciudad sigue enviando sus desechos a cinco rellenos sanitarios en el Estado de México y en Morelos, los cuales por cierto están a punto de saturarse, y la CDMX no ha bajado la generación de residuos la cual es de aproximadamente 14 mil toneladas en promedio diario.

Hay mucha tarea por hacer.


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Sembrando Muerte

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Mientras el gobierno federal publicita con bombo y platillo su programa social: Sembrando Vida, como una iniciativa de reforestación que brinda empleo a los campesinos, en varias entidades del país ocurre lo contrario, pues proliferan bosques y selvas devastados. 

Un grupo de biólogos de la UNAM, quienes realizan diversos trabajos de investigación en los estados de Campeche, Yucatán, Veracruz, Tabasco, Chiapas, y Quintana Roo, denunciaron ante esta columna que los ejidatarios, con tal de recibir mensualmente los 5 mil pesos que les otorga la Secretaría de Bienestar, se han dedicado a talar y arrasar con todo tipo de vegetación para justificar ante las autoridades su ingreso al padrón de beneficiarios de dicho programa. 

Los ejidatarios han violentado el cambio de uso de suelo sin que las autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) hagan algo para tratar de evitar esa autodestrucción insulsa de los ecosistemas.

sembrando vida
Imagen: Perujo.

Algunos campesinos hasta han empleado maquinaria pesada para limpiar extensas superficies mayores a 200 hectáreas, para que cada propietario de la tierra justifique sus 2.5 hectáreas que les pide la Secretaría del Bienestar, como requisito para ingresar al programa donde deberán sembrar árboles frutales y maderables —caoba y cedro, caobilla, pino, principalmente—. También se les piden fomentar los cultivos en ciclo corto. 

No importa la destrucción del hábitat de decenas de especies de mamíferos, aves y reptiles, cómo ha ocurrido en las zonas de Bacalar, en Quintana Roo, así como en Calakmul, Campeche, que son los territorios más críticos de este arrasamiento que está matando grandes extensiones selváticas.  

Otro grave daño ocasionado a los ecosistemas, ocurre porque a los ejidatarios se les impone el cultivo de especies de árboles maderables, cítricos y aguacates, entre otras, que son ajenas a la región. Esto agota la tierra rápidamente, pues se requiere de gran tecnificación para conservarla. 

Y mucha de las semillas y plántulas provienen de la empresa de Alfonso Romo, ex jefe de la Oficina de la Presidencia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador

El propio presidente ha presumido que están combatiendo los cultivos de amapola y marihuana en Durango, Sinaloa y Chihuahua, con la siembra de productos agroforestales. Sin embargo, el cultivo de enervantes continúa en el llamado Triángulo Dorado, en donde hasta la población oriunda le teme enfrentarse al crimen organizado. 

sembrando vida amlo
Imagen: Camacho.

Tal vez las autoridades, incluyendo al presidente, no conocen cómo se produce en la tierra y para ellos es muy fácil hablar de reforestaciones y empleos sólo por las estadísticas de los ejidatarios que se suman a un programa con dudoso éxito. 

Sin duda habrá tierras que demoren la producción por ser más secas, y otras su vida productiva termine en 5 o 6 años. Obviamente de esto no se habla en los discursos oficiales, y esto lo saben los campesinos, pero la necesidad les obliga a meterse a este tipo de programas, que tienen más tintes políticos-populistas, que intenciones de hacer más productiva la madre tierra. 

Hace unos días, las autoridades de Bienestar anunciaron que este año ejercerán un presupuesto de 28 mil 929 mdp (el año pasado fue de 27, 694 mdp), lo que les permitirá llegar a 430 mil sembradores, y alcanzar un millón 75 mil hectáreas en dicho programa, con la siembra de mil 21 millones de plantas. 

Sin duda, el millonario Romo, ex colaborador del presidente, se hará más poderoso económicamente, así como otros empresarios consentidos de este gobierno, pero los resultados en el campo no serán tan efectivos como Bienestar los presume.  

Ya veremos a mediano plazo de qué tamaño fueron las falsedades de este programa y las consecuencias de no detener los ecocidios de algunos ejidatarios con tal de recibir los exiguos recursos de “Sembrando vida”, no será más bien ¿Sembrando muerte? Usted qué opina.


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Estancamiento peligroso

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México no sólo tiene encima a la pandemia del COVID-19 y una severa crisis económica, también se suman asuntos de alto impacto como es el incumplimiento de compromisos internacionales en materia de cambio climático, actuar en contra de acuerdos comerciales internacionales y golpear a los inversionistas privados. 

Las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica, que el presidente Andrés Manuel López Obrador envío al Congreso el pasado lunes 1 de febrero, son una clara muestra de una política cerrada, dañina y torcida que atenta contra compromisos de aumentar el uso de las energías renovables. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) resultó ser una de las beneficiadas con esta iniciativa, pues seguirá produciendo energía eléctrica con carbón, combustóleo (que ha sido retirado del sistema eléctrico en muchos países por dañar la salud y el ambiente), y gas natural. Es decir, se le premia por ser más contaminante y cara para el Estado, y se condena de paso con falsedades de que el sector privado genera energía más cara.

La oposición en el Senado, principalmente de los legisladores panistas, ha calificado la la reforma en este sector eléctrico como violatoria de la Constitución y de tratados internacionales firmados por nuestro país, y las consecuencias serán muy graves para la nación y la población.

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Imagen: Camacho.

Entre esos acuerdos internacionales se encuentra el T-MEC, en el que se estableció no privilegiar los monopolios de las empresas del Estado, y en el que dichos legisladores junto con expertos advierten que a corto plazo habrá aranceles a los bienes y servicios que se produzcan con energía sucia, de la CFE.

En el Acuerdo de París (firmado por 188 países en 2016 y con metas para 2030), el gobierno mexicano se comprometió a elevar la generación de energías limpias para lograr en 2014 un nivel del 35% del total producido. Y cuando inició el gobierno de López Obrador el índice se ubicaba en 25%, pero todo se detuvo y el odio del tabasqueño al sector privado congeló el compromiso del país con el planeta.

Desde el inicio del gobierno de López Obrador planteó una política de que todo en materia energética debe ser controlado por el Estado; el discurso agresivo y descalificador del presidente contra inversionistas privados nos hizo recordar los oscuros pasajes de las dictaduras de izquierda de los hermanos Castro, en Cuba, y de Chávez-Maduro, en Venezuela. Además, el golpe al ambiente marcó su preferencia de privilegiar el uso de combustibles fósiles –que generan el calentamiento global–, y cuya utilización a nivel mundial empiezan a marcar un claro descenso.

La empresa petrolera Pemex ha torcido esquemas legales para evitar que entren en funcionamiento normas ambientales como es el caso de la regulación de las emisiones de metano en el sector de hidrocarburos (gas de efecto invernadero más agresivo en la atmósfera que el dióxido de carbono, CO2). La llamada Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección al Ambiente (Asea) se ha encargado de beneficiar –desde una posición de veleta–, a Pemex con los incumplimientos. En otras palabras, la ley se ajusta al interesado sin importar los daños que provoque al ambiente, la salud y a la economía.

estancamiento energetico
Imagen: Nexos.

López Obrador presume el proyecto de la refinería Dos Bocas, en Tabasco, cuando a nivel mundial están desechando dichos bienes por el descenso en la demanda. Simplemente la producción de automóviles eléctricos e híbridos a escala internacional es cada día más elevada, así como la generación de energía eléctrica con sistemas solares y eólicos. Mientras que el gobierno federal sigue con la visión de seguir empleando los combustibles fósiles como estandarte de soberanía nacional.  

Tan mal se están haciendo las cosas en México, que hasta el editorial de un influyente medio global británico Financial Times calificó las políticas de López Obrador como una “peligrosa adicción” por los combustibles fósiles, cuando la tendencia mundial es intensificar el uso de energías limpias o renovables.

El medio inglés le reclamó al gobierno federal que las reformas a dicha ley abren una puerta a la expropiación de los 17 mil 600 millones de dólares de inversión privada en el sector eléctrico lo que traería costos a clientes y empresas, tal y como lo ha denunciado el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Además, la editorial advierte que la política del gobierno hacia el sector eléctrico, revertiría sustancialmente la reforma energética pionera de 2013-2014, la cual estableció a tomar primero la energía más barata.

El presidente cada vez más cerrado en su política lleva al país a escenarios de demandas y juicios de alto costo para el Estado, y lo más grave es que México contribuirá de forma agresiva con el calentamiento global y con elevados picos de contaminación atmosférica.


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Y no entendemos

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Mientras el gobierno capitalino apretó a los comercios establecidos (como fue el caso de los restaurantes) con cierres totales y parciales durante la aplicación del semáforo epidemiológico color rojo, desde el pasado 19 de diciembre y hasta la fecha, en las calles el comercio informal ha resultado ser un gran ganador, pero se han descuidado muchos riesgos.

El pasado mes de enero fue el más crítico para México desde el inicio de la pandemia, el 28 de febrero de 2020, donde se registraron 32 mil 729 decesos por el COVID-19 y con 438 mil 166 contagios. Pero qué pasaba en las calles de la Ciudad de México mientras la mayoría de giros comerciales formales enfrentaban los severos impactos económicos por las restricciones de operación. Los restauranteros protestaron, hubo mítines y marchas, pues ya arrastraban la crisis económica que les dejó el semáforo rojo entre abril y junio pasados.

Al respecto, comentaré un escenario que llama mucho la atención por el gran descuido que prevalece y en donde la ausencia de las autoridades es notoria a costa de la salud de miles de personas.

Durante un simple ejercicio de observación realizado por este columnista, en las calles de las alcaldías de la Cuauhtémoc, Coyoacán y Tlalpan, pude detectar que ningún puesto callejero de comida (un total de 60) cuenta con el mínimo de los protocolos de sanidad.

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Imagen: APNews.

En los puestos de tacos y tortas pude constatar que ninguno contaba con una botella de gel, ni se respetaba la distancia de 1.5 metros entre clientes y mucho menos tenían un termómetro digital en forma de pistola. 

Las superficies en que los clientes degustaban sus tacos era “limpiada” por trapos secos sucios, los recipientes de salsas abiertos estaban expuestos a recibir los aerosoles (gotitas de saliva o respiratorias) de los comensales, pues la distancia era menor a 20 centímetros de distancia y con frecuencia los clientes platicaban y reían, mientras comían.
Observé cómo algunas personas se bajaban al cuello el cubrebocas tocando la superficie de los mismos sin aplicarse ningún gel (que ellos mismo pudieran traer). 

Esas mismas manos que habían tocado el protector por sus lados externo e interno, eran las mismas que tomaban la única cuchara de las salsas, las mismas que agarraban los platos de plástico que, por cierto cuando terminaban sólo se les retira el papel que sirvió de cama para el taco o la torta, y se les limpia con el mismo trapo sucio.

Muchos clientes mientras comían revisaban su teléfono móvil (sin limpiarlo) y volvían a tomar la cuchara de la salsa colectiva o movían con sus manos el recipiente de la salsa para acercarlo.

En la mayoría de los casos comprobé que quien cobraba era el mismo que “limpiaba” superficies y platos. Nunca vi que se aseara las manos, y tanto él como quien preparaba los alimentos portaban cubrebocas muy arrugados y sucios de los resortes, que denotaban que llevan varios días con el mismo. Cuando preguntaba si tenían gel o alguna solución sanitizante, la respuesta casi siempre era similar, ‘se nos acaba de terminar’.

comida en pandemia
Imagen: El Financiero.

Si bien en el mayor de los casos los clientes llegaban con cubrebocas, también comprobé que había gente que acudía al puesto sin protector. Simplemente llegaban, comían, platicaban muy cerca de otras personas que obviamente no portaban el cubrebocas por estar degustando los alimentos. Era un verdadero baño de aerosoles, y quién sabe si alguno de ellos era asintomático al COVID-19 o estaba con los primeros síntomas.

El escenario era peor cuando sólo había un despachador, pues él hacía todo con trapos sucios, tocaba dinero, manipulaba platos “limpios” y en ocasiones con las manos se tocaban el cubrebocas.

A los encargados les preguntaba si las autoridades del Sector Salud los visitaban para darles explicaciones sobre los protocolos sanitarios que debían seguir por tratarse de venta de alimentos en plena pandemia, y su respuesta era inmediata: no.
Aún no sabemos cuántas personas se han contagiado de COVID-19 en los puestos callejeros de comida, pero todo indica que esos sitios se están convirtiendo en “bombas” de tiempo contra la salud.

Lo lamentable es que las autoridades sólo están enfocados a los giros formales, los que generan empleos y pagan impuestos y servicios.

Cuando México ha acumulado, al 2 de febrero, 2 millones 67 mil 855 contagios confirmados y 159 mil 533 decesos por COVID-19, es hora de atender lo que pasa con los puestos callejeros de comida.


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Energías limpias ante una política retrógrada

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En la agenda pública de México el tema de las energías limpias (solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y energía marina), se encuentra aislado, confuso y sin prioridad alguna. El gobierno federal le ha cerrado el paso a las empresas privadas para impulsar las energías renovables, y en cambio prefirió acelerar el uso de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), y de paso ignoró el Acuerdo de París (2016) en materia de cambio climático.

La política del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es bloquear espacios donde la inversión privada nacional y extranjera apunta, con este caso de las energías limpias. Los ejemplos son claros se cancelan permisos de una forma brusca sin respetar marcos legales o se busca a toda costa frenarlos.

A mediados del año pasado, 172 participantes privados en el sector eléctrico, que impulsaban las fuentes de energía renovable, interpusieron amparos ante el Poder Judicial contra el gobierno federal por frenar este cambio ambiental.

En ese momento, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) advirtió que las autoridades de la Secretaría de Energía (Sener) buscaban frenar la emisión de permisos a las nuevas centrales de energía renovable. “Modifica el orden de despacho de las plantas por criterios de confiabilidad y no económicos, como se maneja hasta ahora; y busca privilegiar a algunos proyectos de la CFE”, (El Financiero, 29 de junio 2020).

cfe y energias renobables
Imagen: De la Croit.

La postura del gobierno federal —cerrada y errada—, ha sido que la medida contra las empresas privadas es necesaria para mantener la seguridad e independencia energética, y para tal efecto justifica que la Constitución mexicana establece que el servicio público de transmisión y distribución son áreas estratégicas del gobierno federal.

Sin duda, el gobierno de López Obrador retrocede en la política ambiental y de sustentabilidad, pues la propia Comisión Federal de Electricidad (CFE) decidió comprar carbón para sus plantas generadoras de electricidad como el caso de Coahuila, y cuya combustión es altamente contaminante por las emisiones de dióxido de carbono que coadyuvan al calentamiento global. Otras plantas siguen empleando el combustóleo (generador de gases efecto invernadero y muy contaminante por su alto contenido de azufre). Vaya retroceso por la “independencia energética”, y que, además, frena la misión de México con el Acuerdo de París.

Además, a mediados de 2019 la empresa productiva del Estado, la CFE, canceló el suministro de todos los productos anticontaminantes para sus plantas, sin importar marca y género. Este tipo de productos ayudan a mitigar las emisiones tóxicas en sus calderas en todas las instalaciones de esta Comisión en el país. Y hasta la fecha no ha sido transparente sobre cómo y cuándo se resolvió este asunto. Y vale preguntar: Estuvo o está enterada la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), de este caso, pues las plantas operaron o siguen operando con altas emisiones a la atmósfera.

Para algunos expertos en cambio climático, el sector eléctrico es el que mejor ofrece la oportunidad y rapidez —mediante el uso de fuentes renovables—, para cumplir con las metas del Acuerdo de París, pues los otros sectores como el transporte y la transformación de la cubierta vegetal del suelo (con altas tasas de deforestación en el país), es más complicado y a largo plazo.

A fines del año pasado, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) envió su compromiso de reducción de emisiones de gases efecto invernadero —GEI—, al Secretariado de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, y sólo refrendó el compromiso no condicionado de reducir estos gases 22% y de carbono negro 51% para 2030. 

Esta acción fue calificada por especialistas como una falta de cumplimiento de compromisos del gobierno mexicano al Acuerdo de París. 

acuerdo de paris
Imagen: Neeti Banerji.

Pero el gobierno federal mantiene su rumbo por seguir contaminando y elevando los GEI con el uso de combustibles fósiles, con su plan en la CFE, por ser omiso en la deforestación que sigue arrasando selvas y bosques, por mantener su proyecto insignia de la Refinería de Dos Bocas, entre otras políticas que van contra el ambiente y atentan contra la salud de los mexicanos.

Hasta ahora las denuncias de diversos actores sociales como las cúpulas empresariales, las ONG, líderes ciudadanos, expertos, académicos y los partidos de oposición, no han logrado frenar esta política retrógrada.

Sin embargo, ahora con el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien junto con congresistas demócratas promueven que se incluya en el Capítulo 24 del T-MEC los compromisos del Acuerdo de París, tal vez esto implique una presión fuerte al gobierno de López Obrador y entonces si tenga que girar su política hacia las energías limpias.

Mientras, la ONU clama a nivel mundial por mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados Centígrados e impulsar acciones por limitarlo a 1.5 grados.

Así o más claro…


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Migrantes sin alternativa

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El cambio climático, la inseguridad, desempleo y pobreza siguen provocando migraciones masivas en Centro América, principalmente de Honduras, y miles de personas intentan cruzar México para llegar a la frontera norte y buscar ingresar a Estados Unidos.

Este desplazamiento de poblaciones, como la reciente que agrupa a más de 8 mil personas, la mayoría hondureños, y que se encuentra en Guatemala, se queja de la crisis económica, la delincuencia organizada desbordada y a que sus tierras no producen debido a las prolongadas sequías. 

El impacto climático ha creado el llamado corredor seco centroamericano —que abarca 1,600 kilómetros de longitud desde la zona limítrofe sur del estado Chiapas hasta la zona occidente de Panamá—, y que ha sido catalogado como el peor en la última década, afectando severamente a 3.5 millones de personas, que hoy demandan asistencia humanitaria y refugio. Nada fácil atender y brindar solución a los desplazados.

migrantes sin alternativa
Imagen: Chapter for compassion.

Pero ahora esa caravana de migrantes se moviliza en plena crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19. Ya se detectaron 21 personas contagiadas por el coronavirus (12 hombres y 9 mujeres), y los más probable es que el contagio se multiplique entre los desplazados y en los elementos de los cuerpos de seguridad de Guatemala, en donde ya hubo enfrentamientos con mucho contacto físico, y en cuanto intenten ingresar a México habrá otros contactos, violentos y de protesta, con los elementos de Guardia Nacional, quienes también estarán expuestos al contagio.

Si bien Guatemala les exige pruebas negativas del COVID-19, en México no se les pide a este tipo de grupos; y en El Salvador y Honduras son mínimas las pruebas que se aplican dentro de sus territorios. De entrar la caravana a territorio mexicano el primer estado que resentirá el repunte de contagios será Chiapas y de ahí al resto de las entidades que transiten para llegar a la frontera con Estados Unidos. 

Aún se desconoce qué planes sanitarios, de refugio y seguridad, aplicarán las autoridades mexicanas para evitar que los migrantes climáticos y pobres se conviertan en potenciales focos de contagios.

De lograr su objetivo de ingresar a nuestro país y se desplacen por todo el territorio mexicano, los migrantes pasarán por estados que se encuentran con serios repuntes de contagios y fallecimientos por el COVID-19. Y los servicios de salud y las redes hospitalarias de varias entidades están rebasadas para atender a los focos de contagio itinerantes.

Vale recordar que en la frontera norte de México se encuentran miles de indocumentados centroamericanos, africanos y del Caribe, varados desde hace más de 3 años, en espera de poder entrar a Estados Unidos. Sólo en la zona fronteriza del estado de Chihuahua se encuentran casi 10 mil indocumentados con la esperanza de brincar al sueño americano. El gobierno de Donald Trump presionó a México para controlar y contener a esas caravanas en nuestro propio territorio, y así se hizo, y ahora cargamos con este fenómeno sin programas claros de refugio y asistencia social.

problema migrantes
Imagen: Hanna Barczyk.

Ahora que se avecina el cambio de poder en Estados Unidos, la mayoría de esos migrantes, y de la nueva caravana, tienen confianza en que el nuevo presidente Joe Biden cambie su política y brinde refugio a los miles de desplazados. Obviamente esperan que en los primeros 100 días del nuevo gobierno estadounidense las cosas cambien a favor de los indocumentados. Pero bien sabemos que los demócratas seguirán los mismos pasos que aplicó en esta materia Barack Obama, cuyo gobierno deportó a miles de indocumentados mexicanos y de otros países.

Nada bien le irá a México con el tema migratorio con el nuevo gobierno de Biden
Mientras la caravana está por entrar a Chiapas. ¿Qué planes tiene el gobierno mexicano?, al menos los sanitarios que son de alta prioridad. 

También es la hora de que los gobiernos centroamericanos asuman mayores compromisos con sus  compatriotas, pues hasta ahora el resultado es que no están preparados para escenarios de tal magnitud. 

La otra amenaza del cambio climático merece otro análisis, pues sus impactos seguirán elevando el fenómeno de desplazados.


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