La pobreza de las cifras

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El problema de la pobreza ‒podemos suponer como lo hacen los economistas‒ ha acompañado al hombre desde la aparición del sistema capitalista, con la única diferencia que actualmente no es un problema como tal, sino un juego de números.

Me explico, en este juego de números es un problema si oscila hacia arriba el porcentaje que lo mide; si oscila hacia abajo es algo muy bueno. ¡Qué bueno que hay menos pobres! ¿A quién no le gusta leer este tipo de buenas noticias? Sin embargo, la pobreza va más allá de un manejo de ratios; es un problema de niños y jóvenes en la calle; de drogadicción y prostitución, entre muchas otras cosas.

La pobreza genera más pobreza, dicen algunos; ésa es la causa principal de la violencia e inseguridad, dicen otros. Vaya debate, en donde todos los opinólogos parten del supuesto de que tienen la razón, avanzando hasta donde el descuido o debilidad argumental de los otros se los permite. La única (posible) coincidencia, entre estos teóricos, es que la pobreza viene acompañada de una mala distribución del ingreso. Pero ¿qué quiere decir eso? Si es mala, ¿por qué se permite?

Distribución del ingreso… hablamos de mala distribución del ingreso cuando se da una polarización del mismo; es decir, cuando muy pocos ganan mucho, y muchos ganan poco. ¿Dicha polarización es un fenómeno único del sistema capitalista? Si fuera eso cierto, existe desde la caída del Muro de Berlín, y con él las opciones que se vienen dando en el mundo. Históricamente después viene la Perestroika; pero desde Berlín inicia la así llamada hegemonía capitalista (occidental) en el mundo; y, por ende, la pobreza no como un fenómeno sino como un problema de números, números que oscilan; si van para arriba en algunos tópicos como en el crecimiento de la economía, exportaciones, salario, eso es muy bueno; y, mucho mejor, si van acompañados de otros que van para abajo como es la pobreza, el desempleo, la inseguridad, hasta las importaciones en favor de la consolidación de la esfera productiva nacional.

¿Será ésta la fecha del inicio de pobreza no como un problema real, sino como un problema estadístico? Como nación, ¿nos hace menos o más desarrollados tener o no pobres? ¿Qué mide la pobreza? ¿Quién mide?

La pobreza se mide de conformidad al Ingreso corriente per cápita, Acceso a los servicios de salud, Calidad y espacios de la vivienda, Acceso a la alimentación, entre otros factores. Si contemplamos el monto actual del salario mínimo ($80.04 pesos al día) y que a nivel internacional se usa el dólar para su medición, en ese sentido la pregunta se orientaría a saber si ¿el dólar puede usarse como referente para medir el consumo e ingreso y, por ende, determinar el nivel de pobreza? ¿Un tipo de cambio tan oscilante, afecta también este tipo de análisis?

¿Se puede saber dónde están esos pobres? Es decir, verificar cuándo un pobre es pobre. ¿La CURP y los censos económicos lo permitirían? La CURP para el caso de México, la ID para muchos otros países.

¿Google maps o earth pueden determinar las coordenadas de la pobreza? La tecnología, ¿qué tanto es obsoleta en este tema si los pobres no tienen acceso a la misma? ¿Hablamos de un problema de acceso a la información por no saber en dónde están los pobres?

La pregunta o el reclamo principal es saber: el nombre y en dónde viven los pobres. Pues, como no se sabe, qué más da (dirán los gobernantes); la cosa es bajar el porcentaje a través del gasto social (dirán nuevamente), y para eso tenemos tantos políticos para gastarlo; pero sólo en campaña electoral, después sufren de una amnesia de todo lo que prometieron.

Ahora la cuestión es saber si la pobreza se globaliza o es exclusiva de América Latina. La respuesta es Sí y No. “Sí” se globaliza y “No” es exclusiva de América Latina. En este sentido, la globalización trae consigo déficits de ingresos en todo el mundo: sobrepoblación, porcentaje alto de situación de pobreza ya sea en países de primer mundo o subdesarrollados. Este déficit es necesario cambiar para quienes lo viven, aunque resulta lucrativo para quienes buscan fines políticos de su tratamiento.

El problema de la globalización es que generaliza los patrones de consumo pero no así los del ingreso, de manera que se generaliza (globaliza) la pobreza. Por tanto, hablar de pobreza genera más dudas que certezas y, lamentablemente, la única certeza es que existe la pobreza.

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