Crimen y Navidad
Como todos los fines de año, en el Estado de México (Edomex), sus inspectores salen a buscar de todo. En todos lados. Quieren garantizar su aguinaldo en este raquítico año 2020.
Llegaron a una fábrica de muebles de un colega en Tlalnepantla. Lo primero que preguntaron fue: “¿Su licencia de funcionamiento?”. Y debió estar lista (como siempre ha sido), pero este año se cerraron las oficinas públicas de Tlalnepantla desde marzo… y no había licencia.
Si quería conseguirse, había que hacer una larguísima fila en las oficinas del Edomex, en Toluca, para saber cuándo y cómo era posible conseguirla. ¿Usted se imagina la cantidad de papeles y trámites que se piden para conseguirla? Y hacerlo, desde Toluca, era un viacrucis.
Al ver que no tenían la licencia, dijeron: “Vamos a cerrar el negocio”. No importaba si trabajan 10 o 20 personas. No importaba que no cerraron el negocio durante la crisis. No importaba si los demás papeles estaban en orden. Los inspectores amenazaron con cerrar la fábrica.
Mis colegas nunca pagan “mordidas”. Pero en esta ocasión y por ser el fin de año, decidieron buscar un arreglo. “Dígame cómo podemos arreglarlo”, les dijeron. Y los inspectores pidieron 15 mil pesos. Pero no había dinero en efectivo y empezó una nueva negociación.
Un escritorio, cuatro sillas, un librero, una caja de vino y una despensa. Eso acordaron. Los inspectores no estaban satisfechos: “Esto no es suficiente… podemos regresar”.
Sobra decir que el mismo esquema para conseguir sus aguinaldos lo hicieron en todos los negocios de esa zona. Cuando uno observa estas conductas tradicionalmente corruptas, piensa en la campaña contra la corrupción de AMLO.
¿Será cierta? ¿Quiere barrer la corrupción de arriba para abajo? ¿Cuándo llegará esa escoba a barrer estas conductas deshonestas?… NPI.
Este tipo de corrupción nunca podrá ser barrido. Y conste que no mencionamos a su hermano Pío, ni a su prima Felipa. Esos son otros asuntos.
El Edomex es tradicionalmente un nido de corrupción. Ahí todo es vendible o negociable. Ahí todo tiene un precio… Hasta vivir en una cárcel. No existe ninguna estrategia pública o privada que frene estos nefastos hábitos entre sus modestos funcionarios públicos.
¿Qué se necesita? Mejores salarios, mejores leyes, normas accesibles, confianza, legalidad. Todo eso que no aparece en la 4T.
Extorsiones y asesinatos
El “cobro de piso” (al estilo de la mafia siciliana) existe en muchos negocios de la Ciudad de México. Ése es un tema que ya habíamos comentado con algunos ejemplos claros denunciados por los comerciantes. El mismo alcalde de Cuauhtémoc, Néstor Núñez, lo dijo en viva voz.
“El funcionario reconoció que las denuncias de cobro de piso han existido desde que heredaron la Administración, además de que el número de casos no ha disminuido en la Colonia Obrera y en el Centro Histórico de la CDMX” (Reforma, 07/XII/2020).
Junto con el cobro de piso, los narcos exigen a los dueños de los negocios que vendan sus drogas dentro de los establecimientos. Varios sujetos que dicen pertenecer a la Unión Tepito o al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han aparecido en las colonias Condesa, Polanco, Roma, San Rafael, la Obrera o el Centro Histórico. Amenazan con balacear a los restaurantes y bares. En 2018 ya había denuncias sobre el asunto.
“Francisco Fernández Alonso, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), aseguró que desde hace varias semanas han recibido denuncias de locatarios… Los criminales amenazan con hacerles daño a los restauranteros en caso de no entregar dinero y permitirles vender drogas” (Reforma, 29/VII/2018).
No hay forma de tener pruebas. Sin pruebas no pasa nada y eso genera más temor e incertidumbre. Las amenazas no son un delito. Los restauranteros se sienten vulnerables al denunciar ante las autoridades.
Por eso a nadie que viva en la CDMX sorprendió el asesinato de Baptiste Lormand y Luis Orozco. Primero, desaparecieron. Después, encontraron sus cuerpos en el pueblo de Magdalena Petlacalco en Tlalpan.
Se trató de un cruel asesinato. Según las autoridades se trató de un simple robo de “licores de alta gama”… con un alto precio.
Para los funcionarios no existen cárteles ni organizaciones criminales en la CDMX y los delitos siempre se achacan a meras casualidades, oportunidades. O a la falta de astucia de las víctimas.
Pero en este caso parece existir la presencia de un grupo criminal, dedicado a buscar víctimas con un alto potencial económico.
Es muy difícil pensar que no existe una red organizada de criminales. Sobre todo, cuando los mismos restauranteros han denunciado las extorsiones, los cobros de piso y los pagos realizados para que no los molesten.
No todo se puede resolver minimizando la gravedad de estos crímenes. No todo se puede resolver diciendo que recibieron una administración echada a perder.
El francés era dueño de los restaurantes Don Bátiz y Nonsolo en Polanquito. Vecinos de Polanco y amigos del restaurantero marcharon, vestidos de blanco, en memoria del empresario asesinado.
Las manifestaciones y las denuncias son muy importantes, pero se necesita algo más. Necesitamos el peso efectivo de las autoridades. Necesitamos de su eficacia si queremos frenar la violencia.
Adolescente homicida
Braulio de 17 años, hirió a su madre y después asesinó con un cuchillo a sus dos hermanas. Diana, de 7 años, y Guilleri, de 12.
¿En qué estaba pensando? ¿En qué condiciones viven? ¿Por qué tomó esa decisión?… NPI.
Braulio fue detenido y presentado ante un Juez “Especializado en Adolescentes”, en Zinacantepec, en el Edomex.
Y cuando entre en la cárcel… aprenderá a robar y a negociar con los policías y los funcionarios del Edomex. ¿O no?
La Cueva del Delfín
Dijo AMLO: “Ya están sentadas las bases de la Transformación”. Ése es el problema, “están sentadas”… desde la calle y la realidad no deja de parecer una gran farsa.
¡Vientos huracanados!, si no me atrapan las autoridades del Edomex nos veremos por acá la próxima semana.
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