Y entendiendo que es una frase muy trillada, al conocer la partida a la Gloria del buen ganadero español José Luis Iniesta Vázquez, fue lo primero que se me vino a la mente con la nostalgia de un afectuoso encuentro en una Feria de San Isidro, en el camino a los corrales de Las Ventas. Ese día por la tarde se lidió un encierro de su ganadería de Los Espartales, en corrida de toreros a caballo.
Amablemente nos invitó al matador mexicano en retiro José Luis Vázquez y al que escribe, a conocer –antes de ser entorilado– un muy buen encierro que entre otros toreó, Diego Ventura.
En ese lugar tan especial, el silencio prevalece y fue en la salida de las corraletas que tuve la oportunidad de platicar con él, pues en ese año, el 31 de enero de 2016, nos vimos en La México el día del mano a mano de José Tomás con Joselito Adame.
Aquella fecha a él se le extravío la cartera y al ser vecinos de localidad, lo único que pudo hacerse fue que reportara las tarjetas a través de mi celular, y tratar de paliar el mal rato que había pasado en compañía de su esposa.
Estaba muy agradecido por el detalle de darle seguimiento de sus documentos extraviados a su regreso a España, y de haberle apoyado para que regresara al hotel donde se hospedó.
De aquel viaje estaba muy emocionado con sus colegas mexicanos, pues con otros criadores españoles, uno de ellos Carlos Núñez, fueron invitados a su convención anual y sintió la calidez de nuestro país a través de quienes se dedican a la noble tarea de criar a las reses de lidia.
José Luis Iniesta fue tesorero de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, cuando se está viviendo la peor crisis de la historia en el toreo, y antes ya había ejercido con gran profesionalismo y por amor al arte ese trabajo. Era como en tantas actividades muy querido por su bonhomía.
Sus ganaderías eran las que llevan su nombre: de encaste Juan Pedro y la de Los Espartales; de encaste Murube-Urquijo vía El Capea, misma que logró en 2018 hacer historia en Madrid, cuando en Las Ventas su toro “Biemplanteao”, fue gran materia prima para que Diego Ventura obtuviera los máximos trofeos, hecho que no se había producido antaño para un torero a caballo.
Recuerdo que hablamos por el celular un día después, y su felicidad era la propia de quien sabe que ha marcado un hito en una plaza que es el epicentro taurino del mundo; varios ganaderos mexicanos lo acompañaban en la celebración, uno de ellos, José María Arturo Huerta.
Alguna vez me dijo, “para mi afición taurina tengo que tener otros negocios más rentables”, y así fue, era un avezado empresario, ocupaba la presidencia del grupo hotelero Río. Entre otros, el hotel Río de Badajoz, la hospedería Hurdes Reales (Las Mestas), el hotel Convento de la Luz (Brozas) y el Bingo Río, y en ese renglón también fue muy reconocido.
Formó Los Espartales en 1988, con reses que procedían de la vacada de Carmen Lorenzo, uno de las divisas propiedad del matador Pedro Gutiérrez Moya El Capea.
Y si bien Diego Ventura fue el primer torero a caballo en obtener un rabo en la plaza de Las Ventas, también fue él quien lidió al primer toro que fue indultado en España: Perdido de Los Espartales y el acontecimiento tuvo lugar en La Condomina, plaza de toros de Murcia, el 17 de septiembre de 2017.
Datos escuetos de una persona exitosa que derrochaba buena onda y con dolor expreso lo duro que está siendo ver partir a tantas personas entrañables y a quienes vamos a extrañar y mucho, en una época tan cruda que estamos viviendo. A su familia un beso entrañable de muchos mexicanos que disfrutamos de su amable compañía.
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