Q.D.E.P

Carta a un amigo

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En estos días en que Don Carlos Orozco Ibarra fue requerido en la Gloria, se unieron nostalgia y cariño; se adelantó en el viaje eterno un hombre leal, generoso quien seguramente llegó en hombros de los ángeles al infinito. Acompañado por las buenas vibras de muchos que le conocimos y queremos.

Al respecto, escribí en El Universal que la amistad es una de las relaciones más agradables en la vida y afirmé que un verdadero amigo es aquél que se adhiere a veces más estrechamente que un hermano, es constante en su lealtad, siempre acude en ayuda de su compañero angustiado, y lo aconseja con fidelidad.

Agrego que como amigo uno vive como propio, los momentos de felicidad del otro, el gusto de compartir actividades, ideas, experiencias, gustos, lo que implica el interés por pasar tiempo juntos.

Se dice que un amigo es aquél que no está solo cuando las cosas van bien, sino también en momentos de dificultad y utilicé a Los Tres Mosqueteros y D’Artagnan como un ejemplo de amistades profundas.

Recordé así, a uno de los más cercanos colaboradores del Licenciado Alberto Baillères, a quien en varias ocasiones y a través de la nomenclatura de sus toros le comunicó públicamente a Don Carlos, el sentir de muchos años de trato continuado, de enfrascarse en resolver los galimatías y alegrías del corto, mediano y largo plazos en todos los rubros en los que invierte Don Alberto, incluyendo por supuesto el taurino.

Don Alberto leyó el artículo y amablemente me dirigió una emotiva carta en la que  manifestó la sensación que le produjo cuando se adelanta el amigo de muchos años, en el paseíllo de la vida, y expresó su reconocimiento hacia Don Carlos.

La reproduzco porque su contenido es muestra palpable de sentimientos que, en época tan aciaga, leerlo nos reconfortan:

Tu artículo publicado en El Universal sobre la partida de este mundo de Don Carlos Orozco es verdaderamente afortunado, así como tu descripción de la amistad y su significado en relación a lo que significó la vida de Carlos.

En estos tristes momentos que experimento un profundo dolor por la partida de mi entrañable y queridísimo amigo y colaborador, tus palabras me han conmovido y llegado a lo más profundo de mi corazón.

Bien sabes lo que Carlos te apreciaba y también conoces la íntima y profunda relación que teníamos Carlos y yo. Para mí fue un ser sumamente especial en mi vida, ¡nos identificamos como amigos, colaborados y mosqueteros! Compartimos nuestras vidas intensamente por más de 60 años, desde que éramos unos críos.

El Grupo Bal que me honro en presidir, le debe muchísimo a Carlos, sin él no hubiera sido posible el crecimiento exitoso del Grupo.

A mi querido Carlos nunca lo olvidaremos.”

Y esto último es cierto, nos deja Don Carlos un recuerdo imborrable en quienes tuvimos el privilegio de estrechar su franca mano. A Don Alberto le agradezco su emotiva misiva y lo abrazo con afecto, honran sus palabras sobre el sentido de la amistad, por todo lo alto.


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Adiós al ganadero mexicano Julio Muñoz Cano

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Hace algunos meses recibí una llamada de mi gran amigo Alberto, quien me comentaba con entusiasmo que recién se había encontrado con un compañero desde la juventud preparatoriana; y me dijo, “te hablo porque su familia cría toros de lidia”. Al mencionar que se trataba de Julio Muñoz Cano, me dio gran gusto y quedamos de buscarlo e ir a comer con él.

Antes de hacerlo me aclaró que no tenía idea de los toros y me pidió le platicara algunos antecedentes de la ganadería de Caparica, que así se denomina actualmente el hato ganadero de su amigo, y recuerdo haberle proporcionado algunos datos como referencia.

En primer lugar, le ratifiqué que Julio, su hermano Manuel y Roberto Viezcas compraron una ganadería que se fundó en 1978, por Don Claudio Esquivel con el nombre de Santa Catalina con 60 vacas y dos sementales de Mariano Ramírez en Zinapécuaro, Michoacán, y luego agregó reses de Campo Alegre de Don Alfredo Ochoa.

En el 2008 fue cuando adquirieron la divisa de los sucesores de Don Claudio y le pusieron Caparica –que así se llama un bello lugar en Portugal– cuando ya tenían vacas y sementales de El Junco de Don Fernando Ochoa, uno de la Viuda de Fernández y en 2008 se le agregó uno de Barralva.

fallece julio munoz cano
Julio Muñoz Cano, ganadero mexicano (Imagen: Al Mundo Toro).

Debutó la ganadería el 15 de agosto de 2009 en la plaza del Restaurante Arroyo y los logros fueron importantes; se premiaron al novillo y el encierro como los mejores de esa temporada.

Debutaron en la Plaza de Toros México el domingo 18 de julio de 2010, con 6 novillos para César Ibelles, Manolo Olivares y David Aguilar, teniendo una presentación triunfal al recibir aplausos cinco de los novillos lidiados y dando vuelta al ruedo los ganaderos al término del festejo.

Recuerdo con gran entusiasmo cuando Julio me platicó que habían comprado a los sucesores de Don Luis Javier Barroso, el rancho de El Rocío, que fuera propiedad de Manuel Buch en el Estado de México y ahí se ubicaron Las Huertas, que ahora lleva con gran entusiasmo en Hidalgo, Rodrigo Barroso Cañedo.

Emocionado de su cercanía con la capital, dentro de su actividad profesional que les permitía tener gran éxito en la construcción, me decía que le sería más fácil estar en contacto con el campo y sus animales, denominando a la propiedad El Rocío de la Valentina.

El 7 de enero de 2018 los toros que les denominamos serios por su presencia física y por su evidente madurez en el matiz de su comportamiento, fue como debutó Caparica en La México. El encierro fue para la confirmación de alternativa de Antonio Lomelín, con el padrino Jerónimo y el testigo Juan Pablo Llaguno.

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Antonio Lomelín, matador de toros mexicano (Imagen: Al Toro).

Los astados fueron en general aplaudidos en su salida y en el arrastre, hasta que al final el púbico les pidió a sus criadores salieran a recibir un aplauso al final del festejo, por el interesante juego en conjunto de sus reses y en particular el comportamiento sobresaliente del cuarto de la tarde, bautizado como Vaquero que relanzó la carrera de Jerónimo.

Regresando a la charla inicial, Alberto me dijo un poco mosqueado: “¿Pero no todo el tiempo vamos a hablar de toros, verdad?”. Le dije que no se preocupara de toros, sólo saben las vacas y no hablan.

La realidad es que no fue así, asistió el hijo del mismo nombre de Julio y los dos de testigos gozosos; ambos nos concretamos a escuchar a dos cuates de escuela preparatoria relatar sus vivencias en las que prevaleció la nostalgia y las anécdotas de dos personas entrañables.

Atrás quedaron los logros profesionales de ambos, resaltando por sobre todo ello la satisfacción de un reencuentro después de muchos años de no verse y donde destacó la generosidad de hacernos partícipes a su hijo y a mí, de lo bien vivido y del gran valor que es la amistad.

A quienes tuvimos el privilegio de conocer a Julio, sabemos lo profesional y sobre todo lo cálido, afectuoso y generoso que fue.

Con gran dolor platico que se nos adelantó en el paseíllo a la Gloria. Lo vamos a extrañar y mucho, en especial quien fue su compañero preparatoriano y no pudo contener una lágrima cuando supo la noticia.


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Se nos fue una gran persona

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Y entendiendo que es una frase muy trillada, al conocer la partida a la Gloria del buen ganadero español José Luis Iniesta Vázquez, fue lo primero que se me vino a la mente con la nostalgia de un afectuoso encuentro en una Feria de San Isidro, en el camino a los corrales de Las Ventas. Ese día por la tarde se lidió un encierro de su ganadería de Los Espartales, en corrida de toreros a caballo.

Amablemente nos invitó al matador mexicano en retiro José Luis Vázquez y al que escribe, a conocer –antes de ser entorilado– un muy buen encierro que entre otros toreó, Diego Ventura.

En ese lugar tan especial, el silencio prevalece y fue en la salida de las corraletas que tuve la oportunidad de platicar con él, pues en ese año, el 31 de enero de 2016, nos vimos en La México el día del mano a mano de José Tomás con Joselito Adame.

Aquella fecha a él se le extravío la cartera y al ser vecinos de localidad, lo único que pudo hacerse fue que reportara las tarjetas a través de mi celular, y tratar de paliar el mal rato que había pasado en compañía de su esposa.

ganadero iniesta
Foto: El Mundo.

Estaba muy agradecido por el detalle de darle seguimiento de sus documentos extraviados a su regreso a España, y de haberle apoyado para que regresara al hotel donde se hospedó.

De aquel viaje estaba muy emocionado con sus colegas mexicanos, pues con otros criadores españoles, uno de ellos Carlos Núñez, fueron invitados a su convención anual y sintió la calidez de nuestro país a través de quienes se dedican a la noble tarea de criar a las reses de lidia.

José Luis Iniesta fue tesorero de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, cuando se está viviendo la peor crisis de la historia en el toreo, y antes ya había ejercido con gran profesionalismo y por amor al arte ese trabajo. Era como en tantas actividades muy querido por su bonhomía.

Sus ganaderías eran las que llevan su nombre: de encaste Juan Pedro y la de Los Espartales; de encaste Murube-Urquijo vía El Capea, misma que logró en 2018 hacer historia en Madrid, cuando en Las Ventas su toro “Biemplanteao”, fue gran materia prima para que Diego Ventura obtuviera los máximos trofeos, hecho que no se había producido antaño para un torero a caballo.

Recuerdo que hablamos por el celular un día después, y su felicidad era la propia de quien sabe que ha marcado un hito en una plaza que es el epicentro taurino del mundo; varios ganaderos mexicanos lo acompañaban en la celebración, uno de ellos, José María Arturo Huerta.

ganadero mexicano
Foto_ Hosteltur.

Alguna vez me dijo, “para mi afición taurina tengo que tener otros negocios más rentables”, y así fue, era un avezado empresario, ocupaba la presidencia del grupo hotelero Río. Entre otros, el hotel Río de Badajoz, la hospedería Hurdes Reales (Las Mestas), el hotel Convento de la Luz (Brozas) y el Bingo Río, y en ese renglón también fue muy reconocido.

Formó Los Espartales en 1988, con reses que procedían de la vacada de Carmen Lorenzo, uno de las divisas propiedad del matador Pedro Gutiérrez Moya El Capea.

Y si bien Diego Ventura fue el primer torero a caballo en obtener un rabo en la plaza de Las Ventas, también fue él quien lidió al primer toro que fue indultado en España: Perdido de Los Espartales y el acontecimiento tuvo lugar en La Condomina, plaza de toros de Murcia, el 17 de septiembre de 2017.

Datos escuetos de una persona exitosa que derrochaba buena onda y con dolor expreso lo duro que está siendo ver partir a tantas personas entrañables y a quienes vamos a extrañar y mucho, en una época tan cruda que estamos viviendo. A su familia un beso entrañable de muchos mexicanos que disfrutamos de su amable compañía.


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Fallece Víctor Flores Olea a los 88 años de edad

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Víctor Flores Olea, expresidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), falleció a los 88 años de edad. El también profesor universitario ocupó cargos importantes en instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante la jornada del domingo 22 de noviembre, el ensayista, fotógrafo y profesor mexicano, perdió la vida. El anuncio fue dado por su primo Víctor Oléa, quien calificó a Flores como un extraordinario mexicano y gran amigo.

“Hoy se me adelantó en el tránsito sin retorno, uno de los pilares de la familia Olea, mi primo hermano, Víctor Flores Olea. Maestro y Director Universitario, político, diplomático, escritor, fotógrafo, en fin, un extraordinario mexicano y gran amigo. Descanse en paz”, escribió Víctor Oléa a través de su cuenta de Twitter.

Cabe mencionar que Flores Olea fue representante de México en la UNESCO. Asimismo, ocupó la dirección de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM y estuvo a cargo de la Subsecretaría para Asuntos Multilaterales de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Sobre el fallecimiento de Flores Olea, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió su postura. Además de lamentar el hecho, expresó que el escritor, fue director de la FCPyS cuando él ingresó.

Otras de las funcionarias que lamentaron el fallecimiento del ensayista mexicano, fueron Alejandra Frausto, dirigente de la Secretaría de Cultura y Martha Bárcena, embajadora de México ante Estados Unidos. 

Don Pablo entrañable

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Hace dos meses más o menos tuve el privilegio de hablar con don Pablo Lozano, quien se encontraba en el campo bravo en España –ya por algún tiempo tratando de paliar el encierro provocado por la pandemia– y se le oía tranquilo, aunque preocupado por el futuro de la humanidad y de la tauromaquia, pues me decía: “Retrasmitir por televisión a puerta cerrada, es tirar la fiesta por los suelos, tenemos que aguantar lo que nos ha venido. El toreo es como una cosa muda, no lo veo, y económicamente un desastre que no sé para cuándo pueda detenerse”.

Claro, sencillo y sin tamices.

La primera vez que platiqué con él fue cuando venía a México con José María Manzanares padre, y al oír mi apellido recordó haber conocido al mío en las tertulias de El Palace, sitio que se ubicaba enfrente del Monumento de la Revolución, propiedad de Paco Llopis y en donde convivían toreros, artistas y hombres de negocio alrededor del toro y el dómino.

Y antes también, cuando don Pablo en el principio de los sesenta se vino a México teniendo como apoderado a Ricardo Balderas y el apoyo de la gran amistad entre otros, de Juan Silveti, Rafael Rodríguez y Raúl Acha “Rovira”, con quienes actúo en España en los cincuenta y luego en plazas de la frontera norte de México como Tijuana o Nogales, en la siguiente década.

don pablo
Imagen: El País.

El 26 de septiembre de 1962 toreó en el Toreo de Cuatro Caminos, con su apoderado que se despidió de los ruedos esa noche, y Rovira, pues la corrida fue nocturna. Actúo en Aguascalientes en 1963, dos tardes y en Guatemala con Luis Procuna, donde por cierto sufrió una fuerte cornada. Fue amigo de muchos, uno de ellos Carlos Arruza.

En ese tiempo conoció a su esposa María Guadalupe Perea en San Luis Potosí. Fernando, su segundo hijo, matador de toros y con el blasón de salir a hombros en 1990 de Madrid, nació en la capital de nuestro país.

Platicar con él era escuchar historias memorables, con datos muy bien atesorados en una memoria de privilegio que guardaba detalles que surgían con claridad y simpatía, con la mirada brillante de quien al rememorar revive los sucesos.

En mayo de 2010 me hizo favor de pasar por mí al hotel Wellington en Madrid, que es la sede de los toreros y taurinos, con su chofer para trasladarnos a Navalmoral de la Mata en Cáceres, donde estaba Juan Pablo Sánchez, quien fue su alumno por varios años y para una tienta en la que participó El Payo también.

Las horas se me fueron como agua, platicando de sus vivencias y cómo fue gestando su carrera de matador a empresario, ganadero y apoderado. El grupo compacto que se integró con sus hermanos José Luis y Eduardo, así como el gran respeto que le inspiraba el bohemio de los cuatro, Manuel, quien siempre transita más en solitario.

don pablo lozano
Imagen: El Cierre Digital.

Cada dato que le mencionaba, él lo enriquecía con detalles simpáticos y explicados con la naturalidad de hombre bueno y que estaba orgulloso de haberlos vivido.

Cuando se tocaba la historia de sus hijos, Pablo, Fernando y Luis Manuel, desbordaba orgullo y reconocía que había sido duro con ellos. Me relató cómo después de la salida en hombros de Madrid en La Ventas de Fernando, le citó en el Parque del Retiro para corregirle algunos defectos que había notado en las faenas.

Así era su naturaleza y así fue maestro de varios toreros, el último Álvaro Lorenzo, que seguramente sabe del estilo de quien transmitía su conocimiento generosamente con la disciplina por delante.

Hace dos años recibió un homenaje de El Cordobés, Espartaco, Rincón, Caballero y Eugenio de Mora. Todos actuaron para él, principalmente faltó Palomo Linares, quien se adelantó en el paseíllo de la vida y muchos más de quien fuera maestro de maestros y forjador de figuras del toreo.

Era jovial, ocurrente y certero en sus comentarios, nació en Alameda de la Sagra, provincia de Toledo, figura del toreo con sello propio: “La Muleta de Castilla”. Por su manera de enganchar por delante la embestida de los toros y que le valió para en los cincuenta triunfar en toda la línea en España y de ello es prueba su actuación en solitario en 1957, en Las Ventas, de la que salió en hombros.

don pablo y luis carazo
Don Pablo Lozano en compañía con Luis Ramón Carazo.

La foto que ilustra estas letras fue tomada en agosto de 2014 en el restaurante “Txistu” en Madrid, en una comida, como todas, memorable, y en la que es patente la bonhomía de don Pablo.

Duele escribir ahora sabiendo que don Pablo se nos adelantó en el paseíllo de la vida hacia la Gloria; queda el consuelo de sus palabras, de haber tenido el privilegio de convivir con un hombre bueno y justo. A su entorno lo abrazo con gran cariño. Lo vamos a extrañar.


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Mario Molina. Su importante legado y la consciencia ecológica

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La muerte de Mario Molina es muy lamentable por muchos motivos. Su voz se va a extrañar en el contexto de las diversas emergencias que en el planeta vivimos, una de ellas la climática. Su voz también se va a extrañar ante la necesidad de nuestro país, así como en general de las economías emergentes, de promover la investigación científica y tecnológica, y la educación de calidad.

Mario Molina nació en la Ciudad de México en 1943. Fue hijo del jurista y diplomático Roberto Molina Pasquel, quien dirigió el Instituto de Derecho Comparado de la UNAM (actualmente Instituto de Investigaciones Jurídicas). Fue también Embajador de México en Etiopía, Australia y Filipinas.

La formación inicial de Mario Molina fue la de Ingeniero Químico, título que obtuvo en la UNAM. Más tarde efectuó estudios de posgrado en Friburgo, Alemania y el Doctorado en Fisicoquímica en la Universidad de Berkeley, California. Fue Director del Laboratorio de Propulsión a Reacción (Jet Propulsión Laboratory); más tarde, Profesor e Investigador del Centro de Ciencias Atmosféricas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

mario molina recibiendo el premio nobel
Imagen: Foco Tejedor.

En 1995 ganó junto con Sherwood Rowland y Paul Crutzen el Premio Nobel de Química. Este reconocimiento se le otorgó por las investigaciones que realizó con Rowland sobre la creciente amenaza del uso de los gases CFC para la capa de ozono. Desde 2005 era profesor de la Universidad de California en San Diego. Fue miembro de El Colegio Nacional, a cuya sesión asistió en forma virtual el lunes 5 de octubre; de la Pontificia Academia de las Ciencias; Presidente de Honor de la Asociación de Mares de México y presidió también el Centro Mario Molina de Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente.

Recibió innumerables premios, doctorados honoris causa y reconocimientos. Entre ellos el del PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente), por su contribución a la protección de la capa de ozono. Entre sus muchas publicaciones quiero destacar: “El Cambio Climático, Causas, Efectos y Soluciones”, en coautoría con José Sarukhán y Julia Carabias, editado por el FCE.

En el desarrollo de su intensa actividad, Molina contribuyó, entre otros aspectos, a la comprensión de la química atmosférica y al desarrollo de la conciencia ecológica. La voz de Mario Molina fue particularmente importante en la explicación de los fenómenos que afectan al presente y el futuro de la humanidad.

El planeta vive varias emergencias, una de ellas es la climática. En la era del Antropoceno, la actividad humana está destruyendo la naturaleza a un nivel sin precedentes en la historia, no sólo de la humanidad, sino del planeta mismo. El daño que el modelo de crecimiento está causando es en muchos ámbitos ya irreversible. Hemos rebasado los límites naturales del planeta; el cambio climático, la destrucción de los ecosistemas, la sexta extinción masiva de especies, entre otros aspectos, lo cual exige una acción urgente de las sociedades organizadas. El análisis de esta problemática domina cada vez más la agenda global pero aún se encuentra relativamente ausente en América Latina y en particular en México. En éste y en otros temas se extrañará la voz lúcida, clara y valiente de Mario Molina. Como señaló el Rector de la UNAM, Enrique Graue, la Universidad y la Ciencia Universal están de luto.

Mario Molina en una presentacion
Imagen: La Vanguardia

Tuve el gusto de conocer a Mario Molina hace varios años, así como de coincidir con él en diversos foros y reuniones sobre varios temas, entre otros, en los de la transición energética, el cambio climático y la prevención de desastres. De Mario Molina siempre me impresionó, además de su sabiduría y claridad, su gentileza, amabilidad y buen trato.

Cuando organicé la reunión internacional del Club de Roma en México, junto con Susana Chacón, en 2014, Mario Molina participó como expositor junto con otros distinguidos científicos mexicanos, como José Sarukhán y Francisco Barnés de Castro.

Como lo señala el Club de Roma, que celebró en forma virtual, su Asamblea y Conferencia Anual los días 7 y 8 de octubre, la solución de la problemática global exige el diseño de una nueva economía y una nueva civilización. Nuestras generaciones tienen la responsabilidad de replantear el modelo de desarrollo depredador e inequitativo que rige hasta la fecha.

La solución de la problemática global debe plantearse en forma multisectorial e interdisciplinaria, con una visión holística y de largo plazo. Esto exige hacerlo de la mano del conocimiento científico más avanzado. Vivimos un mundo lleno de paradojas y contradicciones. Enfrentamos problemas inéditos. Ante situaciones extraordinarias, requerimos soluciones también extraordinarias.

Sin duda, Mario Molina es un orgullo para México. Ha sido uno de sus hijos más distinguidos.


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Agustín Martínez, el alma del Hotel Ercilla en Bilbao

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Nos enteramos con pena que Agustín Martínez Bueno, director general del hotel entrañable para los taurinos en Bilbao, se nos adelantó en el paseíllo de la vida hace unos días y recordé con nostalgia los días que viví en 2018 en compañía de mi hermano José Luis y un amigo afectuoso en una maravillosa ciudad que, como muchas, tuvo que suspender los festejos taurinos este año de su preciosa feria.

Agustín era un gran anfitrión en un lugar paradisíaco para los profesionales y los aficionados taurinos, parada obligada en las Corridas Generales de agosto en la capital vizcaína, antes y después de los festejos. Esa cultura la tienen quienes ahí curran como dicen de laborar en España.

Sus instalaciones y su cocina son de lo mejor, ideal porque además se sitúa a unas cuadras de la hermosa plaza bilbaína de Vista Alegre y que, según me comentaron, está siendo restaurada para, Dios mediante, abrir sus puertas el próximo año, reluciente.

Agustín Martínez Bueno (izquierda) junto a Juan José Hidalgo en La Glorieta en 2013 (Fotografía: La Gaceta de Salamanca).

Como en Aguascalientes en el Gran Hotel Alameda los participantes en la feria se hospedan arropados por la buena atención en la que se distinguía a su cabeza, el hasta ahora director general –quien fue yerno del propietario–, su esposa fue Marian Anasagasti a quien abrazamos con afecto y era particularmente afable con la prensa, fue periodista desde que emigró de Zamora a Bilbao.

Los premios del hotel en Toros y Teatro son muy apreciados por quienes los reciben año con año.

Agustín tenía la cualidad y la delicadeza de saber el nombre de la gran mayoría de sus huéspedes por su nombre. A mí, al tercer día al presentarme y charlar con él, me llamó por “Carazo de México”.

Recibió premios como empresario del sector turístico y el 90% de los huéspedes repiten no sólo en la época de Aste Negusia que son las fiestas bilbaínas dedicadas en la parte religiosa a la Virgen de Begoña. La clave del éxito la ubicaba en saber quién duerme en el hotel cada noche. Llamarle por su nombre. “Siempre he huido un poquito de ese hotelero sin el director general presente en el hall porque creo que hay que llevar un hotel de forma directa”. Llegó a decir.

En sus habitaciones y salas se han fraguado muchos hechos de la historia vasca en todos los ámbitos, además de todos los toreros y ganaderos desde los setenta del siglo pasado; por ahí se alojaron entre muchos otros, Dolores Ibarruri “La Pasionaria” y Tom Jones.

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Fotografía: De Sol y Sombra.

El hotel es un referente en el mundo taurino y como muestra uno de sus mejores amigos lo fue Pedro Moya y su familia. El Capea como más se le conoce a Pedro –por cierto, recibió en Bilbao el 17 de junio de 1972 la alternativa de manos de Paco Camino y su testigo fue Paquirri, con un toro de Lisardo Sánchez–, seguramente de sus habitaciones salió vestido para una fecha que se acerca al cincuentenario muy pronto. Agustín Martínez viajó con él a muchos lados.

De la feria de 2018, en la memoria nos trajimos la impoluta gran faena de Diego Urdiales al toro Gaiterito de Alcurrucén el 25 de agosto; la despedida de Juan José Padilla; Roca Rey a todo vapor; Luis David Adame con un toro de Torrestrella y el 19 de agosto una buena faena de Álvaro Lorenzo –quien recién toreó en Linares de gran forma, especialmente con un toro de Luis Algarra– con un toro de Victorino Martín y el cierre con toros de Miura. Además, Juan Leal tuvo una cornada, pero con un trofeo en la espuerta, mismo que consiguió Octavio Chacón y en el toreo a caballo Lea Vicens con un toro de Ángel Sánchez, y un trofeo en la tarde de debut en Bilbao de Guillermo Hermoso de Mendoza.

Un detalle inolvidable será que al salir en hombros ante el recién inaugurado busto de Iván Fandiño, en su salida de la Puerta Grande lo acercaron los que le cargaban y le dio un beso fraternal a la figura de su compañero y amigo, como el soñador de gloria.

Así recordaremos a Don Agustín y a Bilbao. Mantendremos la ilusión de algún día estar en el Ercilla reconociendo el legado de amabilidad de un magnífico ser humano, que aportó un lugar emblemático de encuentro en una ciudad maravillosa.


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