Pues bien, vamos al penúltimo jalón de esta carrerita del devenir del calzado deportivo. ¿Cuál es la tendencia a futuro? Pareciera ser que las marcas líderes, las grandes empresas se encuentran en una disyuntiva entre la producción en masa y la personalización. Adidas, New Balance, Under Armour y Nike apuestan por la impresión 3D. Vamos a revisar caso por caso:
Adidas se asocia con Carbon 3D, marca californiana, para lanzar al mercado su primera zapatilla Alphaedge 4D. Éste es un modelo parcialmente impreso en 3D en el que se utiliza un polímero líquido que requiere de luz para endurecerse y de oxígeno para permanecer líquido. Esta combinación aporta flexibilidad al usuario al pisar. Esta nueva tecnología permite personalizar el calzado en función de la altura, el peso y el sexo del cliente.
En el caso de New Balance, al vincularse con la compañía 3D System, ha tomado la delantera en la producción de tenis impresos en tercera dimensión. El modelo Zante Generate de New Balance es el primer “running shoe” que podría estar al alcance de todos. La entresuela de este zapato está formada por un polímero en polvo que en su estado sólido proporciona gran estabilidad y resistencia para el mejor rendimiento del atleta durante la carrera.
Por su parte, la empresa Under Armour, marca estadounidense, también ha incursionado en este tipo de tecnología de producción 3D a través de su modelo UA ArchiTech Futuristic. Su concepto es streetwear de la marca y combina las costuras ultrasónicas con el neopreno. Además, incluyen SpeedForm, suela de no rebote, para hacer el ajuste del pie más cómodo.
Finalmente Nike busca en el diseño 3D la reproducción de estructuras en forma de malla, de manera que las capacidades estructurales del zapato se mejoren, reduciendo considerablemente el diseño del calzado, en particular para el uso en el futbol americano. Este zapato se llama Nike Vapor HyperAgility Cleat. En este caso, Michael Johnson, velocista de los años 90, ha aportado su experiencia como asesor de la marca para el desarrollo de su calzado.
Otra de las aportaciones de Nike consiste en los Nike Adapt BB que, a partir de los tenis de Marty en “Volver al Futuro”, se ajustan solos al pie aumentando el flujo de sangre para mejorar el rendimiento del atleta. Además tienen los tenis inteligentes HyperAdapt 1.0. Estos tenis high end design están dirigidos para los atletas. Cuentan con un motor personalizado para activar unos cordones eléctricos que lo adaptan al pie automáticamente y que adicionalmente, si el usuario desea modificarlo, puede hacerlo vía bluetooth, a través de su Smartphone. Usando la app puede también cambiarse el color de luz y, en la medida que se vaya actualizando la app, podrán agregar nuevas funciones.
Sin embargo, los diseños especiales para mejorar la funcionalidad o los que aspiran a que cada usuario disponga de un tenis diseñado de manera personalizada, requieren de un desarrollo de los procesos de producción que aún resultan complicados. Hoy se pueden adaptar diferentes características, sin embargo, la individualización está aún muy lejos.
En la actualidad se puede brindar un menú de alternativas para que el consumidor elija, pero no es posible aún el diseño totalmente personal, exclusivo. El uso del escáner permite a los fabricantes ofrecer un mejor ajuste para la elección de los elementos para integrar el calzado, sólo que, no hay forma de equipar una fábrica completa para producir 500 mil zapatos al año, con todas las diferentes características solicitadas por 500 mil clientes diferentes.
Ahora, es muy importante, después de esta “carrera de fondo” sobre la evolución del calzado deportivo a lo largo de nuestra historia, tocar un tema que nos tiene a todos en una encrucijada. La huella de carbono provocada por la ropa y el calzado producidos con materiales sintéticos es hoy un tremendo reto que resolver. Las condiciones actuales –en las que incluso se ha propuesto modificar la denominación de “cambio climático” a “crisis climática”– representan un desafío importante para la preservación de la especie. Los compromisos de la ONU para el 2030 resultan difíciles de cumplir porque el retraso en las acciones que deben realizarse es altísimo prácticamente en todo el mundo. Hace muy poco se compartían datos sobre el nivel de conciencia de los mexicanos con relación a este tema y es, francamente, alarmante.
Parece ser que el grado de inmediatez en el que vivimos no nos permite ver 10 años adelante y calcular el impacto que tendrá para los seres humanos que que sigamos en el planeta. Quizá algunos de nosotros, por nuestra edad y momento de vida, estamos en un menor riesgo de vivir estas circunstancias de sobrevivencia tan complicadas en el futuro, sin embargo, no deja de ser una inquietud el hecho de que, si no se actúa con oportunidad, la perspectiva que enfrentamos como humanidad, queda en grandes cuestionamientos sobre ¿qué será de nuestros hijos y nietos? ¿Qué será de toda la descendencia de la especie? ¿Generaremos las condiciones para nuestra preservación?
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