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La British Library: icono oculto de Londres

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La Biblioteca Británica, ubicada junto a la estación de tren St. Pancras en Londres, donde llegan y salen los trenes del Eurostar que comunican la ciudad con París, entre otras ciudades del continente, preserva la colección nacional de publicaciones de contenido escrito y digital del Reino Unido.

El edificio en el cual es resguardada la colección, fue edificado por el arquitecto Sir Colin St. John Wilson durante 37 años, se inauguró en 1997 y representó el proyecto público más grande del Reino Unido del siglo XX.

Londres Antonio Prida
Antonio M. Prida en The Sir John Ritblat Galleries.

Aunque para poder tener acceso a su acervo de más de 150 millones de piezas hay que ser un “Registered Reader”, para lo cual se tiene que contar con un domicilio en el Reino Unido y seguir un procedimiento de registro, el público en general puede visitar las “The Sir John Ritblat Galleries” en la que muestran algunos de los tesoros que se conservan allí, que incluyen desde el manuscrito de Paul McCartney en el que esbozó la canción más importante de todos los tiempos, “Yesterday”, hasta manuscritos de Shakespeare y la Biblia de Gutenberg.

En dichas galerías hay una sala dedicada a la “Magna Carta”, uno de los documentos más famosos del mundo, que este año 2020 habrá de cumplir 805 años. Se trata del documento firmado por el King John en Runnymede en 1215, forzado por sus barones, para sujetarlo al imperio de la Ley y limitar su comportamiento arbitrario. Es considerado la piedra angular de la Constitución Británica y uno de los pilares del Estado de Derecho a nivel mundial, símbolo de las libertades individuales y de los derechos humanos.

En relación con las grandes religiones, en los tesoros de la biblioteca se exhiben, por ejemplo, los “Lindisfarne Gospels” del año 700 que constituyen la más antigua traducción al inglés de los Evangelios del cristianismo. También se puede observar la primera impresión del Nuevo Testamento en inglés, llevada a cabo en 1539 por William Tyndale en Alemania, en los tiempos en que ello estaba prohibido en Inglaterra. Se muestra el Codex Sinaiticus del siglo IV, siendo el manuscrito más antiguo que existe en el mundo del Nuevo Testamento completo.

Del judaísmo se exhiben varias copias de la Biblia hebrea que contiene la Torah o los Cinco Libros de Moisés, del siglo VII, así como un libro de oraciones del siglo IX, y un Código Legal Judío con normas de la Torah y del Talmud del siglo XI.

Sobre el islam se exhiben ejemplares antiguos del Libro Sagrado “Qur’an”, la Palabra de Dios revelada por el profeta Muhammad en árabe a través de la intermediación del Arcángel Gabriel, codificados en 651 y caligrafiados e iluminados en el siglo XIV.

Quran
El Qur’an del Sultán Baybars.

Del hinduismo se exponen textos abstractos de filosofía como el “Brahmanas” y poemas épicos como el “Mahabharata” y el “Ramayana”, así como historias populares conocidas como “Puranas” que glorifican dioses individuales.

Muchas otras curiosidades pueden descubrirse en una visita a esta espléndida sala, como un volumen del “Leviathan” de Thomas Hobbes creado en 1651 para el Rey Carlos II; una carta de la Reina Victoria al Primer Ministro William Ewart Gladstone, de 1870, en la que coinciden en la necesidad de oponerse a la campaña en favor de los derechos de la mujer, así como la publicación de los poemas de William Shakespeare de 1640.

No se puede visitar Londres sin pasar por el icónico edificio de ladrillos rojos de St. Pancras para ver los tesoros de la British Library y al menos tomar una copa en el St. Pancras Renaissance London Hotel que queda al lado.

Me quedo a dormir en la biblioteca

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Tuve el gusto de impartir una charla en el TEC de Monterrey en el campus de la ciudad regia. Lo que más me llamó la atención fue la nueva biblioteca, de la que pienso que muchas instituciones de educación superior podrían tomar como ejemplo. Seguramente debe haber otros establecimientos académicos que han construido o en los que han adaptado espacios similares, pero ésta es la primera donde pasé horas admirando un logro tan afortunado.

Biblioteca del TEC.
Biblioteca del TEC de Monterrey, Campus Norte.

La biblioteca se encuentra ubicada en el centro del campus, varios de los senderos que llevan a ella poseen bajo-puentes donde están instalados pianos afinados y otros instrumentos musicales para que los jóvenes puedan interpretar a placer. Combinar la música con otras disciplinas como las matemáticas o el deporte facilita el aprendizaje de ambas.

TEC de Monterrey.
TEC de Monterrey, Campus Norte.

En este nuevo recinto ya no moran los libros de uso escaso como los textos técnicos desactualizados o viejas enciclopedias; estos se trasladaron a otro edificio donde también se pueden consultar. En el actual sólo están a la mano libros en papel actualizados, de uso frecuente. Además, cuenta con un acervo amplísimo de libros en línea, acceso a computadoras y cargadores para dispositivos electrónicos por todos lados. Existen salas amplias con pizarrones y muebles cómodos, así como cubículos para varias juntas o para el uso individual de los alumnos.

Interior TEC.
TEC de Monterrey, Campus Norte.

Uno de los grandes aciertos de esta biblioteca es que siempre hay un grupo de asesores para enseñar a escribir o pulir textos; incluso se pueden programar citas. Esto anima a los jóvenes a escribir ensayos, artículos, incluso poesía, tanto en español como en inglés. También me di cuenta de que los alumnos del TEC están habituados a escribirles a sus maestros para hacerles consultas de todo tipo, pues a partir de que impartí mi conferencia, me siguen llegando consultas de los estudiantes de esa institución. Es decir, los alumnos no sólo poseen asesores individuales, sino saben que los docentes están allí para ayudarlos cuando lo necesitan.

Dentro de la biblioteca existe un espacio para que los jóvenes instalen sus “micro empresas” para que puedan vender productos que ellos mismos compran o fabrican, teniendo una caja a su disposición en la que se deposita el pago.

Anaqueles.
Anaqueles para venta de productos de los propios estudiantes (foto de J. Fierro).

Se preguntarán por qué elegí este título para mi columna de ahora. Pues es porque la biblioteca está abierta 24 horas al día. Incluso existen colchones donde los alumnos pueden dormir cuando les viene en gana, tanto de día como de noche. O tomar algún refrigerio recostados, ya que también existe una cafetería dentro de la biblioteca. Lo interesante es que ésta se halla impecable, no vi el piso sucio, basura, ni restos de comida tirados (como sucede en los vagones del metro). Varias chicas me comentaron que se quedan a dormir en la biblioteca, les rinden más el tiempo y nunca han tenido problema alguno.

Colchones.
Es de llamar la atención la cantidad de colchones que están colocados por toda la biblioteca (Foto de J. Fierro con autorización de las alumnas).

No quiero finalizar sin mencionar antes que más allá de las bondades de la biblioteca, existe un nuevo auditorio que tiene las paredes de vidrio, de tal suerte que si los chicos van pasando por allí y ven que algo interesante está ocurriendo en el interior del recinto, los incita a ingresar, y si les convence se quedan. El auditorio es una invitación a integrarse a la actividad multidisciplinar de la vida académica (por cierto, al menos en las conferencias magistrales también hay bocadillos, lo cual siempre es un gran incentivo para acudir a ellas).

Auditorio TEC.
El auditorio posee paredes de vidrio, lo que invita a los alumnos a ingresar en cualquier momento, sobre todo si descubren que algo interesante está acudiendo en el interior (TEC de Monterrey).

Aunado a todo esto, en el terreno adjunto al campus, hay una oficina de la Secretaría de Relaciones Exteriores para facilitar el intercambio de académicos y alumnos tanto mexicanos como extranjeros y brindar un panorama internacional a la institución.

Enhorabuena por la iniciativa del TEC en crear más espacios multidisciplinarios y de esparcimiento para la formación integral de los jóvenes.