Con el conflicto recién ocurrido entre Estados Unidos e Irán, sin duda debo estudiar más sobre Qassem Soleimani, pero antes quiero comenzar citando un párrafo de Wikipedia:
Dáesh o Daish es un grupo terrorista paramilitar insurgente un protoestado no reconocido, de naturaleza fundamentalista yihadista wahabita (takfirista) que siguen una doctrina heterodoxa del islam suní formado por radicales fieles a Abu Bakr al-Baghdadi, que en junio de 2014 autoproclamó el califato desde la ciudad iraquí de Mosul, pidiendo lealtad a todos los musulmanes.
¿Alguno duda que había que combatirlo? Supongo que nadie. Irán combatió contra ellos no por su faceta terrorista sino porque competían con sus propios planes expansionistas como líder importante del islam chiíta que representa aproximadamente un 15% del mundo musulmán, e Irán es, sin duda alguna, el país más representativo y combativo en su intento de conquistar el mundo.
La monarquía en Irán llegó a su fin en 1979, mediante una revolución popular que derivó en una revolución islámica, al terminar siendo liderada por chiítas, dirigidos por Jomeini, lo que dio lugar al establecimiento de una república islámica el 1 de abril de 1979. Un movimiento popular con el que muchos estábamos plenamente de acuerdo, pero por supuesto, al convertirse en una dictadura religiosa perdió mi simpatía y paralelamente despertó mi temor, que no es importante ahora describir.
No debemos engañarnos, Irán es un país terrorista, es una dictadura religiosa, promueve el terror y si bien aprecio que despierta alguna simpatía entre algunos amigos argentinos por manifestarse en contra de Estados Unidos e Israel, no deja de ser un peligro para el mundo. Sus inmensas riquezas provenientes del hidrocarburo están dedicadas a desarrollar una bomba atómica y armar grupos terroristas en el extranjero. Es cierto que no tengo pruebas pero sin titubeos sostengo que el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), por ejemplo, lo ejecutaron los iraníes –ocurrido el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires–. Porque se negaron a entregar los presuntos sospechosos de la responsabilidad del atentado. Si son inocentes, que lo prueben ante la justicia.
Seguramente a los que interesa o preocupa la geopolítica leerán sobre Qassem Soleimani y por eso me ahorraré de traer datos de su biografía. Desde hace muchos años él había estado a la cabeza de los movimientos militares que se infiltran en otros países. Según sus propias declaraciones, estuvo en El Líbano cuando fue la guerra del año 2006. Así que cuando leo que este militar fue asesinado, se me dificulta un poco la comprensión de los términos. ¿Acaso todos los soldados que mueren son asesinados y todos los soldados que matan a los anteriores son asesinos? Definitivamente este hombre es un militar que se estaba en guerra, conducía guerras y operaciones militares y, por lo tanto, desde mi perspectiva, cayó en combate. La famosa frase del piloto alemán Erich Hartmann es buena porque cuando comiencen a morir algunos viejos, posiblemente tengamos menos guerras; aquí la recuerdo:
La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan.
El mundo musulmán es el que esta proveyendo la mayor cantidad de víctimas inocentes con sus ataques terroristas en todo el mundo y, por supuesto, en especial en el mundo musulmán.
En el enfrentamiento global que tienen las grandes potencias cuidando sus propios intereses geopolíticos, económicos, e incluso sociales, hay muchas fuerzas “locales” que lo aprovechan y en ese mismo marco, por razones claras e inequívocas, se unen por ejemplo Irán y Venezuela. Unas reflexiones que escribí hace varios años vuelven a ser reales, donde incluyo cuatro personajes: Hugo Chávez y Mahmud Ahmadinejad, ¿por qué se intenta vender las imágenes de estos personajes como buenos? ¿A qué intereses responden estos propósitos? E Imad Mughniyeh y Raúl Reyes, la muerte (crimen, asesinato, o víctima) de estos dos ya veteranos líderes de los movimientos guerrilleros, en varias publicaciones que llegaron a mi mano, han traído la noticia de que son hermanos.
Sin duda alguien dijo dónde se encontraba Soleimani.
No sabemos qué nos espera, posiblemente llegue un militante peor porque debe demostrar que es mejor que su antecesor, pero creo que desde Hitler sabemos por qué es vital no dejar crecer a quien no se lo merece, pues el poder los emborracha y corrompe. En cualquier punto de la historia humana encontraremos que unos pocos imponen sus deseos a la mayoría.
Esta nota la dedico a mis amigos que residen en la frontera con Gaza y a la población de Gaza que sufre de sus dirigentes y de personajes como Qassem Soleimani.