manejo de residuos en méxico

¿Cero residuos?

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Hace dos años la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció la creación de Organismos Operadores de residuos, locales y regionales, con el objetivo de que su acción se centrara en un modelo de economía circular sustentable.

Si bien las autoridades pretenden un ordenamiento en el manejo de los desechos sólidos que, a nivel nacional se estima una generación anual de casi 45 millones de toneladas de residuos, aún la mayoría de la basura termina en tiraderos a cielo abierto, en rellenos sanitarios saturados o con deficiencias en su operación. 

Además, en los 2457 municipios que hay en todo el país, existe una deficiente infraestructura de recolección, separación y disposición final de los residuos sólidos. Y se estima que más de 85% de los desechos generados en el territorio nacional terminan a cielo abierto contaminando cuerpos de agua, suelos, áreas verdes, impactan la calidad del aire, generan fauna nociva y provocan diversas enfermedades en la población.

separacion de residuos
Imagen: Vía Orgánica.

El modelo sustentable que impulsa la Semarnat no ha terminado por concretarse, pese a sus buenas intenciones, y el proyecto enfrenta en el terreno real serios problemas sociales, políticos, económicos y de infraestructura que los gobiernos estatales y municipales, así como las empresas no logran integrar el esquema circular. 

Veamos, algunas autoridades estatales y locales se han quejado de que los gremios sindicales y grupos de recolección informales —pepenadores— les obstaculizan la conformación de sociedades cooperativas, como lo pretende el modelo de Organismos Operadores. En otras palabras, los cotos de poder al estilo mafioso no ceden al cambio, hay cadenas informales que han logrado enquistarse en la cadena del manejo de residuos.

Pero también en algunas entidades y regiones las autoridades mantienen acciones muy laxas en la gestión de residuos, algunos han preferido endosar el problema a las siguientes administraciones como ocurre en Veracruz, Morelos, Puebla, Chiapas, Guerrero, entre otros.

Pese a que el escenario ideal de los Organismos Operadores es establecer mecanismos de certificación para cada proveedor de servicio en la cadena de la gestión de desechos: recolección, separación, almacenamiento, reciclaje y disposición final, este proceso en el entorno real continúa desarticulado.

Pero también existe un rubro que inquieta a expertos y organizaciones ambientalistas, y se trata de que para la Semarnat los desechos inorgánicos y aquellos que no se puedan reciclar ni reusar se destinen a la generación de energía eléctrica, lo cual los ambientalistas reprueban, ya que se estarían utilizando en este proceso calórico materiales altamente tóxicos, lo que además estimularía la producción y comercialización de artículos peligrosos al ambiente y a la salud.

Una visión atinada de los ambientalistas es que este tipo de modelos o planes deben enfocarse en prevenir la generación de residuos, reducir el volumen, y no sólo centrarse en la gestión de los desechos. 

gestion de desechos
Imagen: Tec Review.

De tal forma, este modelo aún no es circular ni totalmente sustentable, pues a los problemas sociales y políticos que enfrenta, se suma el ambiental en que los especialistas recomiendan a las autoridades que se debe enfrentar el problema desde su origen para reducir la generación de residuos. Y algo más, plantean sustituir los materiales tóxicos o peligrosos con el fin de los productos puedan ser reutilizados sin impactar el ambiente. Asimismo, plantean poner énfasis a la responsabilidad extendida al productor para que garantice la gestión de sus materiales al final de su vida útil.

Lo deseables sería que las autoridades escuchen y analicen las propuestas de expertos y ambientalistas, pues sería más productivo sumar ideas para diseñar un proyecto robusto e integrador.

En pocas palabras, este proyecto aún está verde, aunque lo respalden organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia de Cooperación Alemana al Desarrollo de México (GIZ).

Y una duda…

Por cierto, qué pasa con el Bordo Poniente, el último relleno sanitario de la Ciudad de México, el cual cerró definitivamente el 31 de diciembre de 2011, y según había planes para convertirlo en un centro de generación de energía eléctrica  mediante el el uso del gas metano de la basura. No hubo nada, y la Ciudad sigue enviando sus desechos a cinco rellenos sanitarios en el Estado de México y en Morelos, los cuales por cierto están a punto de saturarse, y la CDMX no ha bajado la generación de residuos la cual es de aproximadamente 14 mil toneladas en promedio diario.

Hay mucha tarea por hacer.


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Piden responsabilizar a las empresas de contaminación plástica

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La Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), no está atacando el problema de la contaminación por plástico en México como se debe.

Existe desde hace años y sólo ha logrado reciclar un 6.8% de los residuos que se producen en el país. La responsabilidad recae en el consumidor, pero se tiene que hacer responsable también al productor. Así lo explicaron Greenpeace México y la Alianza México Sin Plástico en una conferencia vía Zoom, donde detallaron que la nueva propuesta de dictamen, no toma en cuenta el verdadero problema: la producción masiva del los plásticos de un solo uso.

“Lo denunciamos porque no busca combatir efectivamente la contaminación por plásticos, ya que privilegia a la industria, a los productores y comercializadores de plásticos de un solo uso. En cambio, culpa a las personas, a la ciudadanía, por este problema”, explicó en el evento Ornela Garelli, especialista en Consumo responsable y cambio climático de Greenpeace México. La Alianza presentó una propuesta, respaldada por senadores de diversas fuerzas políticas, el cinco de noviembre de 2019, sin embargo, no se consideró por la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático del Senado de la República en el dictamen que hoy les preocupa.

“La primera propuesta ciudadana que no está incluida en este dictamen preparado y que es muy importante mencionar, es la responsabilidad extendida del productor (REP), sin la cual no puede haber la economía circular que las y los legisladores dicen incluir en esta ley”, aseguró Garelli. “Este principio de la responsabilidad extendida del productor, implica el reconocimiento y el establecimiento de responsabilidades específicas para las empresas, las cuales deben asumir la responsabilidad que les corresponde, por ser ellas quienes ponen los productos plásticos en el mercado y hacen grandes ganancias con todo esto”.

Edgar Lugo, integrante del Comité Coordinador de la Alianza México sin Plásticos, comenta que el plástico de un solo uso se refiere a desechables, como unicel, bolsas y envases, en su mayoría producidos por empresas refresqueras o de comida chatarra. Son ellas quienes deben replantear su producción. “La economía circular tiene que ver con el rediseño de productos”, aseguró Lugo. “Cuando tú generas un producto, tienes que pensar que no vas a generar un residuo, sino que al momento de que termine su vida útil, ese producto va a ser materia prima para tu mismo producto. Pero esto lo tienes que pensar desde el momento de la fabricación”.

La naturaleza en peligro

Alessandra Rojo de la Vega, diputada del Congreso de la Ciudad de México, también intervino en la conversación, para hablar de los graves problemas de la contaminación.

Aseguró que cada año 100 mil mamíferos marinos y 1 millón de aves marinas mueren por la ingesta de plástico y para el 2050, habría cerca de 12 mil millones de toneladas de desechos de este tipo en la naturaleza si no se hace algo al respecto.

“Para quienes aseguran que la solución está en la regulación y no en la prohibición, les digo: la regulación tiene años de ser ley vigente, se intentó generar consciencia sobre la importancia de no generar basura, de prevenir y tratarla adecuadamente y falló”, dijo.

“Hoy estamos ahogados en plásticos, nuestros animales están desapareciendo, los ecosistemas están contaminados y lo más alarmante es que cada vez son más las evidencias que afirman que las personas estamos consumiendo a diario micropartículas de estos desechos”.

Izarelly Rosillo Pantoja, Académica de la Universidad Autónoma de Querétaro, explicó que la REP parte de la idea de que todos somos responsables del problema.

“Existe un nexo causal, jurídico, entre el producto que se produce, el que se consume y el que se desecha. Quiere decir que existe una obligación entre el que produce, entre el que consume y entre el que desecha”, dijo.

Agrega que existe una figura en la ley de México que habla de un reporte que tienen que entregar productores, distribuidores y comercializadores de productos que al consumirse se conviertan en residuos, sin embargo, no ha sido reglamentada. Este podría ser el primer paso para avanzar hacia el REP.

Además de la ausencia de REP en la nueva propuesta de dictamen de la LGPGIR, otros puntos negativos que señala Greenpeace son: la mala definición de plástico de un solo uso, que excluye algunos como bolsas, popotes y unicel, además de fomentar la incineración que también daña el medio ambiente, al hablar del poder calorífico de los materiales; no se considera el derecho a la salud dentro de esta ley; y se pone como prioridad al co-procesamiento, cuando debería haber una jerarquización, cuyo objetivo sea evitar que se generen residuos en primer lugar.

“No hay economía circular sin REP”, sentencia Pantoja. “Si no existe un mecanismo de REP, se debe de prohibir, porque los costos y la externalización de salud, los daños a las islas, a los océanos, a las áreas naturales protegidas, la pérdida de biodiversidad, se encuentra como un pasivo ambiental para México. Y, por supuesto, es un pasivo para todos. No podemos permitir que si nuestra riqueza natural está centrada en nuestros recursos naturales, sean estos los que se degraden”.