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No existía voluntad para el cannabis medicinal: Raúl Elizalde

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Tuvieron que pasar casi cuatro años para que el reglamento para manejar el cannabis medicinal en México fuera publicado. El uso médico de la marihuana se hizo legal en 2017, sin embargo, sin reglas claras, muchos proyectos de investigación y producción estaban en pausa. Raúl Elizalde, Director Ejecutivo de HempMeds, empresa pionera en la venta de productos de cannabinoides extraídos del cáñamo, con presencia en varios países, platicó con El Semanario, sobre la llegada del esperado reglamento que se publicó el 12 de enero pasado en el Diario Oficial de la Federación.

Elizalde es padre de Grace, quien se convirtió en la primera persona en consumir cannabis medicinal legal en México, para tratar la rara enfermedad epiléptica que padece. Este caso, puso la situación en el mapa nacional y llevó a la legalización, sin embargo, Elizalde todavía considera que hay mucho camino por recorrer y se cuestiona sobre la voluntad política para avanzar. Epilepsia, dolor crónico, cáncer, trastornos emocionales y Parkinson, son algunos padecimientos contra los que el cannabis espera combatir bajo el amparo de la ley. ¿Cuánto tiempo más tendremos que esperar?

¿Cuáles son los principales puntos que marca este primer reglamento para el manejo de cannabis medicinal en México?

“Se va a permitir la investigación científica, ya los protocolos de investigación para poder empezar el desarrollo de fármacos. Eso ya va a estar permitido y ya va a estar regulado de una manera más clara. Porque, si bien ya esta permitido por la ley, no existían los parámetros, los lineamientos para poder hacerlo. Por el otro lado, en el tema de la producción nacional, la SENASICA (Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria) va a tener que sacar las reglas internas para los permisos o las licencias que va a tener que otorgar para la siembra para poder obtener la materia prima. Ya después, también, la elaboración de los productos y lo que es la prescripción por parte de los médicos. El problema que podemos encontrar es el tiempo en que se puede tardar en tener estos productos disponibles en el mercado. La producción nacional, el desarrollo de fármacos, va a llevar varios años. Son proyectos que llevan un proceso y creo que va a ir avanzando, a lo mejor no con la celeridad que todo el mundo quisiéramos, pero es el primer paso y es algo muy positivo”.

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Foto: Cuartoscuro

Se habla de que las farmacias necesitarán permisos especiales para vender estos productos, ¿cómo funcionaría la venta de medicamentos?

“Hay que analizar cómo va a empezar a aplicarse esto ya en la realidad. Vienen esos requisitos, por así llamarlo, que muchos de estos todavía no se sabe exactamente a qué tipo de productos se les va a aplicar. Por ejemplo, se tiene que hacer una diferencia de un producto con THC, que sería un psicotrópico, a un producto que no tuviera THC. Tienen que existir este tipo de diferencias dentro de los productos. Se menciona un recetario de código de barras, que se dejaron de usar prácticamente en México, entonces hay que ver cómo se va a elaborar ese proyecto. Aquí deja a cualquier médico poder prescribirlo, pero hay que ver también qué tipo de trámites van a tener que elaborar las farmacéuticas y las farmacias para poder vender estos productos. Todavía no se tienen muchas de estas respuestas, que no se van a tener hasta que COFEPRIS (Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios) ya se siente a explicar a la industria y a resolver las dudas a todos”.

¿Cuándo podríamos comenzar a ver los beneficios de estas reglas en la práctica?

“Lo hemos visto en otros países, no es algo que haya ocurrido en México. Voy a poner uno de los ejemplos: en Colombia tienen este programa de cannabis desde 2016, están sembrando ellos y en este 2020, apenas se empezaron a ver productos en los anaqueles de las farmacias y muy limitados. Entonces, creo que tenemos que aprender de lo que ha pasado en otros países para poder desarrollar estos productos de una manera más rápida. Una de las problemáticas que tuvieron en otros países es que se empieza con reglas muy estrictas, luego empiezan a ver que la industria como tal no puede funcionar de esa manera y empiezan a adaptarse a lo que la industria puede ofrecer. Por eso, en el tema de México, la Secretaría de Salud y COFEPRIS ya deberían de estar ofreciendo talleres o entrenamientos a las empresas del ramo farmacéutico y en general, de cómo van a aplicar este reglamento y tener un poquito de retroalimentación de la documentación de los procesos que ya han avanzado en el mundo. Si tú me pidieras la fecha para tener algún producto ya en anaquel, te podría decir que en alrededor de un año y medio o tres años”.

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El cannabis medicinal se legalizó en 2017 en México, ¿por qué tardó tanto en publicarse el reglamento?

“El reglamento se publica porque la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) obliga a la Secretaría de Salud a publicarlo. Si no hubiera existido este asunto jurídico a lo mejor no tendríamos reglamento. Es una realidad que la voluntad política no existía, sino que fue obligada. Si bien es algo muy prometedor, también hay que ver qué tanto la Secretaría de Salud o las autoridades regulatorias querían hacerlo. Al final tuvo que ser un juicio el que empujó este tema”.

¿En qué consiste el autocultivo y el uso industrial, dos de los puntos que no se toman en cuenta en este reglamento?

“El autocultivo no está en la ley como tal, pero es una realidad. El mismo caso que llegó a la SCJN, hablaba sobre el autocultivo y cómo varios grupos de madres y padres, al no tener un producto en el mercado que tenga THC y sus hijos necesitarlo, tienen que recurrir al autocultivo. Este autocultivo lógicamente no se reguló, porque no estaba en la ley, pero no se dio ni siquiera una excepción a la regla o una especie de prórroga o protección a las madres. Esto hubiera sido importante considerarlo, en el inter de poder desarrollar los medicamentos, una especie de prórroga para los pacientes que están teniendo que cultivar el producto para tenerlo. Por otro lado, el Artículo 245, fracción quinta, hablaba sobre los amplios usos industriales y hablaba de productos que no tengan una actividad farmacológica. Esto abría la puerta a diferentes tipos de productos. Esto no se reguló, porque el amparo que obligó a la Secretaría de Salud a publicar este reglamento, iba exclusivamente para el tipo medicinal”.

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Foto: Cuartoscuro

Este año se espera que también se llegue a una conclusión sobre el uso lúdico del cannabis, ¿cómo ves el panorama?

“Es otra de las obligaciones que está mandando la SCJN. Ya declaró inconstitucional la ley que prohíbe el uso adulto del cannabis y hoy en día se tienen que reformar esos artículos. Ya se había otorgado una prórroga, existe una última prórroga y estamos esperando que para abril de este año ya se esté regulando el uso adulto del cannabis. También los usos industriales con una mayor claridad”.

Con todos estos cambios, ¿se modificará la percepción de la sociedad mexicana sobre la marihuana?

“Culturalmente está cambiando la percepción que se tiene del cannabis y no solamente en México, en todas partes del mundo. Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Colombia, Ecuador, Perú, todos estos países ya tienen una regulación, en algunos casos una regulación medicinal. México se está sumando apenas a esto, es muy positivo. Estados Unidos ya tiene una regulación por estados, pero tiene una regulación global del cáñamo que no tenemos en México y que falta en estos países. Va por buen camino, todavía no estamos donde deberíamos de estar, pero creo que en el mundo se ha ido moviendo y cambiando la percepción del cannabis y de los usos de cannabinoides sobre todo en temas terapéuticos. Estoy seguro que muy pronto vamos a tener productos, así como medicamentos en los anaqueles”.

Caso Grace: la revolución del cannabinoide

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La revolución para legalizar la marihuana en México, comenzó con una niña de ocho años. Graciela Elizalde Benavides fue la primera persona en consumir cannabis medicinal de manera legal en el país, cambiando su salud y la manera en que veíamos esta planta para siempre. Su historia es mundialmente famosa: ella padece de una rara forma de epilepsia infantil conocida como Síndrome de Lennox-Gastaut, por la que llegaba a tener 400 convulsiones diarias, hasta que el aceite de cannabidiol llegó a su vida.

“Imagínate, nosotros estábamos ya desesperados. Grace ya tenía 400 crisis diarias, a veces hasta un poquito más”, recuerda su padre, Raúl Elizalde, en entrevista con El Semanario. De ser un abogado de una familia conservadora de Monterrey, que veía a la marihuana como algo negativo, pasó a ser uno de los más importantes activistas a favor de la planta en México y el mundo. Este año, se convirtió en co-CEO y posteriormente Director Ejecutivo de HempMeds a nivel global, la primera compañía en vender productos de cannabinoides extraídos del cáñamo en Estados Unidos, también pioneros en países como México, Brasil y Paraguay.

“A nosotros no nos quedaba de otra, dentro de todos los tratamientos que habíamos probado, nada había funcionado y habíamos intentado bastantes tratamientos diferentes, todos los tratamientos convencionales, habíamos probado también tratamientos alternativos”, agrega Elizalde. “Nada había funcionado. Nos platican que el cannabidiol, podría ayudarle a nuestra hija y la verdad no lo pensamos dos veces. Grace ha estado expuesta a drogas más difíciles, drogas farmacéuticas más duras que esta, entonces para nosotros fue una decisión muy sencilla”.

De 400 convulsiones, Grace pasó a unas 20, mucho menos intensas. Antes de tomar aceite de cannabidiol, se caía, se golpeaba y no podía dormir bien. Ahora no sólo logró conciliar el sueño, tiene un mejor nivel cognitivo, más apetito, puede mostrar sus emociones, interactuar con las personas y responder a su nombre. Desde el primer momento, se vio una mejora con esta sustancia, que toma por la mañana y por la noche.

“Yo también soy padre de familia, yo lo entiendo completamente este miedo de algunos padres de familia, como papá tengo tres hijas pequeñas y lógicamente no quiero que mis hijas caigan en ninguna de las drogas, ya sean legales o ilegales”, cuenta Elizalde. “Nadie queremos que nuestros hijos tomen alcohol, fumen tabaco, fumen marihuana en un futuro, no queremos que eso pase”. Porque, cabe mencionar, ni el aceite de cannabidiol que consume su hija, ni los productos de HempMeds, contienen cannabinoides psicoactivos. No es “marihuana”, como se pudiera pensar, sino cáñamo industrial. Por muchos años, el uso medicinal y el lúdico se criminalizaron por igual y de ahí los problemas que se viven a la fecha.

Raúl Elizalde
Raúl Elizalde, su esposa y su hija Grace / Foto: Cortesía

Una medicina efectiva

El caso de Grace fue un parteaguas para que, en 2017, se aprobara el uso medicinal de la marihuana en México. Sin embargo, desde entonces, no existe un reglamento claro para ello, lo que ha hecho que muchos proyectos de investigación y producción se encuentren detenidos. Este 2020, el Senado de la República aprobó despenalizar el uso lúdico de la planta, con lo que muchos, como Raúl Elizalde, esperan que por fin se avance más en el tema.

“Lo que ya estaba en la ley era el uso médico o terapéutico de la cannabis, lo cual está pendiente de una regulación”, explica Elizalde. “Hoy se regula el uso adulto y también se intenta regular, con esta ley que todavía falta de ser aprobada en diputados, falta regular o establecer los lineamientos o pautas para los usos industriales. Cuando hablamos de los usos industriales, estamos haciendo referencia directamente al cáñamo”.

“Esto es una realidad en varias partes del mundo, donde se están estudiando, más que nada, las ventajas que pueden tener estos cannabinoides en temas medicinales, prácticamente sus usos terapéuticos”, agrega. “Esto ya había sido aprobado desde 2017, hoy en día necesitamos una regulación para que puedan tener los pacientes más acceso a este tipo de tratamientos. Es muy importante porque son dos temas diferentes y creo que son más desde el punto de vista de derechos humanos que desde cualquier otro punto de vista”. La regulación medicinal es un derecho de salud, dice, mientras que la legalidad del consumo lúdico responde al “derecho a la libre personalidad”.

Epilepsia, problemas de ansiedad, Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson y cáncer, son algunos de los malestares contra los que la cannabis ayuda, por medio de tratamientos coadyuvantes o paliativos, explica Elizalde. “La cannabis tiene aplicaciones terapéuticas muy amplias, estamos hablando de que, prácticamente, el ser humano tiene un sistema endocannabinoide. Esto quiere decir que los cannabinoides, como el CBD, por ejemplo, interactúan con receptores que nosotros tenemos en nuestro cuerpo. Ayuda muchísimo sobre todo en problemas neurológicos y en problemas de enfermedades inmunes”.

Numerosos beneficios

“Creo que el gobierno está haciendo algo muy importante y es algo que deben entender: ¿es un problema de salud la cannabis?, sí; ¿se estaba atacando desde el punto de vista de salud?, no. Nunca se atacó desde el punto de vista de salud, siempre se atacó desde un punto de vista criminal o un punto de vista penal, lo cual no hacía sentido. Es uno de los únicos delitos, en el cual, imagínate, consumir algo que solamente te hace daño a ti, era penado. No era claro cuál era la intención de hacer esto”, asegura Elizalde.

Raúl Elizalde
Foto: Cortesía

La Cámara de Diputados tendría que haber publicado oficialmente su dictamen sobre el uso lúdico de la marihuana, antes de que terminara el 2020, pero ya presentaron una prórroga en la Suprema Corte de Justicia, para seguir discutiendo y deberán entregar una propuesta a más tardar el 30 de abril de 2021. La nueva ley, aprobada por el Senado el pasado 19 de noviembre, plantea la creación de la Ley General para la Regulación del Cannabis y el Instituto Mexicano para la Regulación y Control del Cannabis, con modificaciones en la Ley General de Salud y el Código Penal Federal. En opinión de Elizalde, este Instituto tiene que dejar de criminalizar y plantear una diferencia clara entre el cáñamo y la marihuana

“Creo que se necesita una mejor y una más clara diferencia entre el cáñamo y la marihuana, con una regulación muy diferente para el cáñamo y una lógicamente más estricta para la marihuana, hoy no existe esa diferencia, por así decirlo, tan clara”, señala. “Y en el otro aspecto, es importante que el gobierno federal, publique finalmente el reglamento para los usos terapéuticos, que esto va enfocado a la industria farmacéutica 100%, pero es importante que se publique ya”.

Elizalde sabe que la marihuana es algo más que una planta recreativa e incluso medicinal y comenta que sus propiedades son muchas más de las que se conocen comúnmente. “La planta por sí sola, la semilla por sí sola es una fuente muy grande de proteína. Es la semilla que tiene mejor proteína en el reino vegetal. Por otro lado, el aceite de cáñamo tiene una proporción muy buena de omegas, omega 3 y omega 6, los cuales, como bien se sabe, con muy buenos para la cuestión neurológica, prácticamente los omegas se dice que son la gasolina del cerebro”. Así mismo, menciona las fibras con las que se hacen textiles que gastan menos agua que el algodón e incluso papel sin talar árboles.

Regular todas las drogas

“Hoy en día muchísimas personas han salido del clóset verde”, cuenta Elizalde, al referirse a los cambios que ha visto desde que entró en el “activismo cannábico” por su hija. “Cada vez es más normal que personas digan: ‘sí, consumo cannabis y no soy un delincuente, no soy un bueno para nada, soy una persona productiva para la sociedad’. Es mentira muchas de las cosas que se decían sobre el consumo de cannabis”.

Uno de los grandes miedos de muchas personas en cuanto al consumo de la marihuana, es su nivel de adicción, el cual existe, pero en opinión de Elizalde es mucho más bajo que el de otras drogas legales como el café, el alcohol o el cigarro.

Raúl Elizalde
Foto: Cortesía

“Lo importante es que esta nueva regulación tiene que ir con una fuerte propuesta, con un fuerte trabajo del estado para evitar el consumo de todas las drogas, incluidas las drogas legales, eso no queda en duda, se tiene que hacer y tenemos que avanzar en ese tema”, asegura. “La adicción sí existe, pero no es un tema que debería de preocuparnos, porque existen ya drogas legales que nadie está pidiendo que se prohíban. Lo que se pide es que se regulen, como en el caso de los productos de azúcar procesada. Lo que se está pidiendo no es que se dejen de vender estos productos, sino que tengan una mejor regulación, para tratar de evitar el consumo indiscriminado”.

Espacio para la libertad

Elizalde es el primer mexicano en dirigir HempMeds, filial de Medical Marijuana Inc. Pero hace unos años la situación era muy diferente, incluyendo su percepción sobre la marihuana. “Yo soy de Monterrey, es una ciudad muy conservadora, mi familia es conservadora, para mí todo lo que venía de la marihuana era algo negativo”, recuerda. “Por eso yo entiendo a las personas cuando se expresan de manera negativa de la cannabis, los entiendo, yo pensaba de esa manera. Pero el ir estudiando sobre el tema, el ir conociendo más sobre las verdaderas causas de la prohibición, el ir conociendo más sobre las cuestiones negativas que representa el tener esta prohibición, me hicieron cambiar de opinión”.

Como padre de tres hijas, naturalmente le preocupa que caigan en las drogas, pero entiende que el problema es mucho más complejo. “Hay que hablar con nuestros hijos con la verdad. Hay que hablar exactamente lo que es. ¿Qué es lo que pasa? Muchas veces las campañas para la marihuana, campañas para la prevención de las drogas, eran tan exageradas que los jóvenes no creían en ellas, los jóvenes prácticamente sabían que les estábamos mintiendo y querían probar para asegurarse que era una mentira”.

“Creo que lo que se tiene que hacer es decir la verdad, decir los riesgos tal y como son, sin exageraciones y ayudarlos siempre a que traten de evitar cualquier tipo de droga, tener buena comunicación con nuestros hijos”, explica. “Pero si ellos, en determinado momento, cuando son adultos, deciden probar alguna droga, pues bueno, siempre tener muchísima comunicación con ellos. Claro que como padres tenemos que hacer lo posible porque no lo hagan, es parte de lo que nosotros tenemos que darles, educación, cariño, etcétera”.

Cuando sean adultas, sus hijas tendrán la libertad de decidir y a Elizalde le gustaría que vivieran en un país donde la marihuana fuera completamente legal. “De lo que yo sí estoy convencido, es que a mí no me gustaría, en el caso de que alguna de mis hijas decidiera, por su voluntad propia, probar alguna droga, es que tuvieran que recurrir a este mercado negro, el cual no tiene escrúpulos, al cual no le importa la edad de las personas, no tiene métodos de control, está lleno de violencia y de otras problemáticas. Lo que se trata hoy en día es quitar a las personas de ese mercado negro y creo que eso es algo muy importante”.

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Grace Elizalde despues de 5 años de tomar aceite con CBD / Foto: Cortesía

Cannabis medicinal: un remedio en pausa

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Mi abuela tenía un frasquito con una especie de pomada con hierbas, una vez lo abrí y le pregunté qué era: “marihuana”, me contestó con toda tranquilidad. La palabra me espantó. ¿No era eso una droga?  ¿Por qué mi abuela la tenía ahí en su casa como si nada? ¿Qué no era ilegal? Supongo que se trataría de un bálsamo para el dolor de los malestares que la aquejaron con la edad. Una planta inocente en casa de una mujer mayor, extremadamente católica, a quien no le interesaban sus efectos psicotrópicos, ni la maldad con que la sociedad había envuelto esa simple palabra. “Marihuana”. Vienen muchas cosas a la mente.

Si imaginas la planta medicinal de una abuelita, es muy diferente a si piensas en su uso recreacional o lúdico, recientemente aprobado por el Senado de México para volverse legal. “El ‘switch’ en tu cabeza” cambia por completo si cierras los ojos y piensas en la mota como diversión o medio para relajarte, me explica José Lugardo Espejel, fundador y CEO de Sativa Care, en entrevista para El Semanario. “Quiero puntualizar algo que no se dice lo suficiente: el uso medicinal y el recreacional, no son tan diferentes el uno del otro”, sentencia.

Sativa Care es un centro que brinda asesoría para el tratamiento de diferentes enfermedades por medio de cannabinoides, compuestos químicos de la marihuana. Con un grupo de especialistas certificados por The Medical Cannabis Institute, atienden cuestiones médicas, psicológicas, nutricionales y de cuidados personales por medio de productos derivados de la planta.

Ellos, como muchos otros médicos e investigadores, están esperando que la ley de México sea más clara en cuanto al uso medicinal, puesto que desde que se aprobó en 2017, no se ha avanzado mucho en materia legislativa. Tres años después, el Senado de la República aprobó despenalizar el uso lúdico de la marihuana, que ahora quedará en manos de la Cámara de Diputados, para que la ley cambie oficialmente, a más tardar el próximo 15 de diciembre. La Ley Federal para la Regulación del Cannabis, permitirá a los adultos cargar hasta 28 gramos de marihuana, lo que equivale a una cajetilla de 28 cigarros, así como tener entre seis y ocho plantas en su casa para su consumo personal.

“El proceso regulatorio es bien interesante, porque una de las cosas que pasó en 2017 fue que dejaron una ley aprobada, pero no tenías como todas las reglas del juego ya redactadas”, explica Lugardo Espejel. “Desde ese punto de vista, muchas de las organizaciones que estábamos ya involucradas, activamente en esa transición a través de la ley de 2017, pues nos quedamos ahí como volando, esperando, a la expectativa”.

Dicha ley, aprobó la comercialización de algunos productos con cannabis y derivados, con un nivel bajo de THC (tetrahidrocannabinol), responsable del efecto psicotrópico. Pero en cuanto a fármacos y productos medicinales, no existen ni se producen en el país.

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José Lugardo Espejel, fundador y CEO de Sativa Care / Foto: Cortesía

“Afortunadamente, lo que hemos empezado a ver es que, no sólo la opinión pública, sino también desde el punto de vista de la investigación, estamos empezando a ver movimiento”, asegura Espejel. “Ahora ya tenemos mucho conocimiento de que hay múltiples proyectos de investigación dentro de nuestro país, con protocolos autorizados y que, básicamente, están sólo esperando a que puedan solventarse todos los tipos de trámites en términos del cultivo, para que puedan acceder a materia prima y entonces iniciar estas investigaciones”.

Beneficios detenidos

Camilo Ríos Castañeda, jefe del Departamento de Neuroquímica del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, también platicó sobre el tema. Él ha encabezado diversas investigaciones sobre las aplicaciones médicas de la marihuana, por ejemplo, en una condición epiléptica conocida como “Status epilepticus”. Sin embargo, no han logrado desarrollar más allá de un modelo experimental en animales, debido a los obstáculos en la ley.

“No hemos podido avanzar mucho más, porque aún existe la restricción para hacer experimentos”, confiesa. “Los hemos tenido con animales, hemos tenido que comprar reactivos que no son propiamente derivados de cannabis, de la planta, sino que son derivados sintéticos de los componentes de la planta”.

Su esperanza es que con los nuevos cambios, México por fin pueda avanzar más en este sentido. “Los productos que se usan para el tratamiento de epilepsia en niños, que fue lo que dio origen inicialmente a esta ley, ahora ya vamos a poder producirlos en México, las compañías farmacéuticas mexicanas van a poder competir con los productos vegetales que se obtienen aquí en México, para el tratamiento de la epilepsia en niños. Síndrome de dravet, por ejemplo, es una de estas epilepsias en la que aparentemente tiene un buen efecto. La FDA en Estados Unidos, aprobó el uso del cannabidiol para este padecimiento en niños, que no tiene otro tratamiento. Es una oportunidad para nuestro país, industrial y de todo tipo”, expresa.

“Ha sido la planta más estudiada de la historia”, agrega el CEO de Sativa Care. “Es una planta que, a la fecha, produce al menos entre 2 mil 500 y 3 mil artículos de divulgación científica a nivel mundial cada año. Esto es muy importante, porque muchas personas piensan, ‘bueno, es que falta investigación’, la realidad es que no falta investigación. La investigación es concluyente, en relación a múltiples enfermedades”. La mencionada epilepsia, el dolor crónico, cáncer, trastornos emocionales y Parkinson, son algunos de los padecimientos que pueden tratarse, según el especialista.

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Camilo Ríos Castañeda, Jefe del Departamento de neuroquímica del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía / Foto: Cortesía

Adicción peligrosa

“Lamentablemente hay mucha publicidad respecto a los posibles efectos positivos de la marihuana, sin embargo, esto está bastante sesgado”, suelta de golpe Mariana Azcárraga, directora del Centro Universitario de Salud y Bienestar de la Universidad Panamericana y especialista en adicciones, quien no está muy convencida de la aprobación del uso lúdico.

“La realidad es que la marihuana sí causa dependencia, sí causa adicción y tiene unos efectos a la salud que hay que considerar, tampoco podemos pretender que no”, advierte Azcárraga.

Entre sus efectos adversos considera problemas respiratorios y hasta enfermedades mentales. “Sí hay una relación directa entre trastornos mentales y el consumo de marihuana”, asegura. “Aumenta el riesgo de inicio de esquizofrenia en personas que tienen vulnerabilidad genética, eso sí está comprobado. Y pareciera que empeora el pronóstico de aquellas personas que tienen ansiedad y depresión, sobre todo cuando se consume en edades tempranas. Parece que causa alteraciones en el neurodesarrollo en adolescentes”.

“Hay patologías muy particulares que se benefician de estos medicamentos, pero no de la marihuana. El consumo de marihuana fumada, no se recomienda porque tenemos todos estos riesgos pulmonares y del neurodesarrollo. Los beneficios a la salud de fumar marihuana no existen, no hay beneficios a la salud”. La especialista incluso compara la marihuana con el tabaco: “hace 100 años los médicos lo recomendaban y 50 años después dijeron ‘oigan, da cáncer y ya hicimos todas las medidas’”.

Sin embargo, lo que sí considera es que la prohibición no es la salida adecuada. “Destinar los recursos a las medidas prohibitivas o punitivas, no mejora la situación. En los últimos seis años, hubo un aumento bastante alto en el consumo de marihuana, a pesar de todas las medidas que existen. Tampoco la prohibición nos ofrece un buen panorama. Pareciera que lo que tenemos que hacer es invertir en prevención”.

Una prohibición mal planteada

El pasado 2 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través de la Comisión de Estupefacientes, retiró el cannabis de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, donde estaba clasificada como una de las drogas más peligrosas, junto con otras como la heroína. Dos años atrás, la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció la utilidad médica de esta planta.

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“La prohibición de la cannabis tiene muchos años, muchas décadas y es una prohibición que, naturalmente, no debió de ocurrir, pero que determinó muchas cosas en el contexto internacional, en cómo clasificamos sustancias a nivel internacional”, expresa el encargado de Sativa Care, quien aplaude los avances que se han hecho en años recientes, sobre todo en lo referente a la clasificación de los distintos componentes de la cannabis, como el THC. “Esta molécula en específico, ha sido regulada como una molécula que tiene un alto potencial de adicción y que no tiene ningún potencial terapéutico. Naturalmente, la evidencia científica contradice directamente estas dos premisas”, asegura.

“Tanto tiene beneficio terapéutico, como no tiene un alto riesgo de adicción”, añade Espejel. “Esto es muy importante, porque la Ley General de Salud básicamente tiene que jugar con las reglas y normativas internacionales y no podemos, de manera unilateral, contradecir estos estatutos y estos acuerdos internacionales de cómo clasificamos las sustancias”.

Ríos Castañeda, por su parte, opina que los errores de la prohibición están en las clasificaciones, puesto que, aunque la marihuana fumada podría estar sujeta a discusión, otros componentes de la planta son seguros para su uso médico e industrial. “Esto viene de hace 100 años, cuando en Estados Unidos se tomó esta determinación de prohibir todas las formas de la planta incluyendo aquellas formas que no son psicoactivas”, explica. “El cáñamo, por ejemplo, no contiene sustancias adictivas, pero se incluyó injustamente dentro de esta ley. El cáñamo tiene aplicaciones industriales muy importantes para la fabricación de fibras, de telas, bolsas, todo este tipo de productos que requieren esta fibra”.

En busca de la regulación

Lugardo Espejel explica que la regulación de la marihuana en un mercado legal puede traer muchos beneficios, como se ha visto en otros países que ya realizaron esto, como Canadá o Uruguay.

Asegura que en este panorama, los crímenes violentos han reducido en un 12.5% y ha bajado el consumo de otros medicamentos, como también lo complementa el jefe del Departamento de Neuroquímica. Los consumidores, agrega, prefieren la marihuana a otras drogas como las anfetaminas o la cocaína. “Lo que se debe controla es la producción y distribución, no la criminalización por posesión”.

Ríos Castañeda va más allá y apuesta por que la Ley para la Regulación del Cannabis, sea el primer paso para un posible Instituto de Toxicología. “Puede ser la base para una serie de estudios para la investigación de la farmacodependencia. Evidentemente, como cualquier otro producto psicotrópico, el cannabis tiene un potencial adictivo, eso es innegable, entonces tenemos que hacer investigación (…) Vamos a tener con el Instituto del Cannabis, no sólo una producción controlada por el estado, sino también una vigilancia epidemiológica de los efectos potencialmente dañinos del cannabis y quizá lo podamos extender a otras drogas más peligrosas y de mayor adicción”.

Por otro lado, si bien el uso medicinal y el lúdico parecen ser opuestos y hasta contradictorios, en opinión de fundador de Sativa Care, no necesariamente debe ser así. “Nos dimos cuenta de que los dos usos principales de la cannabis medicinal o recreacional o cualquier uso que se le dé a esta planta son, número uno: el dolor y número dos: la relajación”, explica. “Y no tienen mucho que ver con el tema, por ejemplo, de una percepción de la sociedad en relación a un uso recreacional indiscriminado, errático, como nos lo habían enseñado de niños a todos nosotros”.

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Foto: Cuartoscuro

Aunque la cannabis no cura ninguna enfermedad, ha demostrado su efectividad en infinidad de síntomas, desde dolor físico hasta emocional y para esto él considera tanto los diversos medicamentos, como el simple hecho de fumar para relajarse. “Muchas familias en México utilizan cannabis hoy día para algún dolor crónico, muchas familias usan cannabis hoy día para dormir mejor, para relajarse, para lidiar un poco mejor con los problemas de la vida. Esto es salud. También es, en muchos casos, recreación, pero entonces creo que la línea ahí es donde nos confundimos un poco”, declara.

“Si hay muchas familias que tienen temor, yo les preguntaría más bien si ellos o ellas conocen a alguna de sus tías, alguna de sus primas, alguno de sus abuelos que tengan ahí guardado algún remedio, algún producto de cannabis, seguramente muchas de nuestras familias lo tienen y no veo ninguna relación para alarmarse de eso”.