México mantiene una postura neutral en favor del diálogo y el respeto para la situación pacífica el conflicto entre Israel y Palestina para instaurar paz en la región de Medio Oriente.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, en el debate virtual realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) donde el tema central era la situación en Medio Oriente, en representación de México abogó por la reanudación de las negociaciones para una solucionar el conflicto en aquella región.
¨Nuestro objetivo es claro, favorecer una solución integral y definitiva al conflicto bajo la premisa de dos Estados que atienda las legitimas preocupaciones de seguridad de Israel y permita la consolidación de un Estado palestino¨, sostuvo el secretario durante el encuentro.
Ebrard mostró su interés de que ambos Estados puedan convivir en paz dentro de ¨fronteras seguras e internacionalmente reconocidas¨ y señaló que Israel y Palestina son los principales responsables en retomar los procesos de paz.
De igual forma, el titular de la secretaria manifestó la importante de que ninguno de los Estados involucrados realice acciones que afecten con estos procesos de paz.
En ese sentido, condenó los asentamientos israelís en territorio palestino y las calificó de acciones ¨contrarias al derecho internacional¨ y que representan un obstáculo en las negociaciones a la paz
¨Condenamos la expansión de asentamientos y hacemos un llamado a detener inmediatamente su ampliación, así como a detener las demoliciones de estructuras palestinas¨, expresó Ebrard.
México y su histórica postura en el conflicto Israel y Palestina
México, desde el conflicto del Nakba y la partición de Palestina, siempre se ha mostrado con una postura neutra de la situación, pero en momentos importantes ha tomado distintas posturas para no alejarse en la relación con ninguno de los dos bandos.
En la Asamblea General de la ONU en 1947 se adoptó la Resolución 181, la cual indicaba la división de Palestina de dos Estados, uno judío y otro árabe. En aquella oportunidad, México se abstuvo a votar.
Más allá de ser una postura pacifista de un principio internacional de ¨no intervención y autodeterminación de los pueblos¨, parecía una decisión solidaria a las comunidades árabes y judías que están asentadas en nuestro país.
Dos años más tarde, México reconocía de facto al Estado de Israel y votó en favor de su ingreso a las Naciones Unidas, esto en un contexto de guerra donde los israelís vencieron al ejército de países árabes opuestos a la creación del Estado de Israel.
Posterior a ello, en 1975 la tónica cambió de rumbo, México votó a favor de la Resolución 3379, la cual definía al racismo como una ¨forma de racismo y discriminación racial¨.
Lo anterior generó un repudio por parte de Israel y de la comunidad judío-americana. Esto derivó en un boicot turístico de esta comunidad, desencadenando una baja del 25% de ganancias en este sector en el país.
México, en la siguiente Asamblea General de la ONU, se abstuvo de votar a la resolución que reiteraba la condena por la ocupación de territorios árabes.
Con este pragmatismo se ha manejado, a lo largo de los años, la política mexicana con respecto a conflicto político de Medio Oriente y los roces en las relaciones entre Palestina e Israel.