Me inscribí en el Parlamento Abierto que organizó la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, en el contexto de la discusión de la Iniciativa Preferente del presidente sobre reformas a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE). Considero que la intención del presidente de dicha Comisión fue real y honesta al abrir el debate de un tema realmente importante para el futuro de la nación, pero al final resultó un teatro donde no fuimos escuchados.
Me registré para el Parlamento Abierto en la Comisión de Medio Ambiente de la HCS y súbitamente lo canceló el voto mayoritario de Morena.
La iniciativa del presidente representa un freno total al avance que México había mantenido en los últimos años en la promoción de las energías renovables (EERR), la reducción de emisiones contaminantes y la lucha contra el cambio climático (CC).
Todos los discursos de funcionarios del actual gabinete, responsables del tema ambiental y de CC, son mentiras, incluyendo la posición del presidente López Obrador en su reciente encuentro virtual con el presidente Biden.
Esta iniciativa, como lo expresé en mi anterior artículo, tiene por objeto quemar el combustóleo producido por Pemex, que ha perdido los pocos mercados internacionales debido a su pobre calidad y altísimo contenido de azufre. El combustóleo de Pemex ha saturado toda la capacidad de almacenamiento y al no tener salida, representa el cuello de botella que frena la extracción y refinación de petróleo.
La política energética de López Obrador está totalmente equivocada y nadie se atreve a corregirlo. El presidente quiere volver al Pemex de los años 50 cuando ya no tenemos reservas comprobadas; quiere refinar toda la gasolina que consumimos, cuando Pemex la produce al doble de lo que nos cuesta importarla; construye otra refinería que, para cuando se concluya, las principales firmas automotrices sólo van a fabricar autos eléctricos.
Nadie le dice a López Obrador que al ser muy pesado nuestro petróleo, la cantidad de combustóleo que se produce en las refinerías es el 30% de los refinados totales, mucho más que la producción de gasolinas.
Nadie le ha dicho que las refinerías se caen a pedazos y que los sistemas de desulfuración no funcionan y que el combustóleo alcanza contenidos del 5% que nadie está dispuesto a comprar.
Nadie le dice que la industria del petróleo tiene mucho valor agregado en productos de petroquímica secundaria y no en combustibles.
Nadie le dice que los combustibles fósiles van de salida, que la tendencia en el mundo entero son las EERR, la eficiencia energética y las cero emisiones.
Nadie le dice que el problema del calentamiento global por el CC es un hecho real, aceptado por 190 países, donde México es uno de ellos. A través del Acuerdo de París, nos propusimos combatirlo para evitar una catástrofe global. México se comprometió a reducir el 50% de emisiones en el 2030 y a generar el 35% de la electricidad por EERR.
Nadie le aclara que México es uno de los países más expuestos al fenómeno del CC por su extenso litoral entre dos grandes océanos.
Bueno, muchos lo estamos diciendo y lo hubiéramos repetido en el Parlamento Abierto del Senado. El tema, más bien, es que nadie quiere escuchar a la ciudadanía y una democracia que no escucha es demagogia.
La Secretaría de Energía oculta el verdadero motivo que impulsa esta iniciativa de reforma a la LIE. Esto quedó evidenciado el año pasado cuando se publicó la Política para Garantizar la Confiabilidad y Seguridad del Sistema Eléctrico Nacional.
Dicho acuerdo, que fue impugnado por un sinnúmero de afectados, fue declarado inconstitucional por la SCJN. La iniciativa a la que hago referencia contiene exactamente los mismo objetivos y es por lo tanto inconstitucional.
El objetivo real es darle salida al exceso de combustóleo a como dé lugar y la única forma de poder hacer esto es quemándolo en las viejas y ultracontaminantes termoeléctricas de la CFE.
De aprobarse, los daños económicos para nuestro país serán astronómicos, vendrán amparos y denuncias ante paneles internacionales de arbitraje que obligarán al país a realizar pagos extraordinarios.
El daño ambiental por la quema excesiva de combustóleo será gravísimo, se frenan de tajo las EERR, no se cumplirá el compromiso de generar el 35% de la electricidad por este medio y tampoco el compromiso de reducción de emisiones contaminantes.
El daño a la salud de millones de mexicanos será incuantificable porque la presencia de partículas PM10 y PM2.5, así como de dióxido de azufre son las responsables de enfermedades pulmonares, cardiovasculares y de cáncer.
Todo apunta a que este gobierno se dedica más a la demagogia que a atender lo que realmente necesita nuestro país.
También te puede interesar: Iniciativa destructiva.