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“AMLO se equivoca, ningún mexicano es enemigo de otro mexicano”

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En la conferencia matutina del lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que los abogados mexicanos que defienden a empresas extranjeras que están en contra de su reforma eléctrica son unos traidores a la patria.

¨Una vergüenza que abogados mexicanos estén de empleados de empresas extranjeras que quieren seguir saqueando a México, claro que son libres, pero ojalá vayan internalizando que eso es traición a la patria“, señaló 

El mandatario, como habitualmente lo hace, acusó a los medios de comunicación que por medio de ¨ periodicazos ¨ contraponen su iniciativa y la califican como perjudicial para el país y que va en contra de Acuerdos en los que se encuentra México. 

En ese sentido, el Consejo General de la Abogacía Mexicana (CGAM) se pronunciaron en contra de las palabras del presidente, argumentando que la representación legal de particulares que están en contra de su reforma eléctrica no es traición a la patria. 

¨En las democracias modernas, el acceso a la justicia es un componente básico para el Estado de Derecho y la abogacía constituye una pieza fundamental para este propósito. Nuestra profesión asume el encargo del ejercicio del derecho de defensa de los gobernados, mismos que está garantizado constitucionalmente y sin distracción alguna para personas físicas, morales, nacionales o extranjeras¨, reza el comunicado.

El presidente, nuevamente, arremete contra otro gremio profesional por plantear una postura en contra de uno de sus proyectos, AMLO sigue sin querer escuchar voces críticas fuera de su gobierno y se enfrasca en polarizar a la población.

Con esto, el mandatario, lamentablemente enfatiza aquella famosa frase, la cual hace mucho daño en nuestra sociedad, ¨ no hay peor enemigo para un mexicano que otro mexicano ¨

Amenazas que van contra el libre ejercicio del trabajo

El artículo 5 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que a ninguna persona podrá impedírsele que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos y nadie puede ser privado de su trabajo sino por resolución judicial.

Ahora, acotemos también qué se entiende como ¨ Traición a la patria ¨, la cual se contempla como un delito contra la Seguridad de la Nación por la legislación penal mexicana, en la misma no se contemplan términos éticos ni morales.

Podemos concluir que los abogados mexicanos que trabajan para empresas particulares no están incurriendo en un delito que atente contra la seguridad de México, sino que están haciendo ejercicio de su derecho constitucional a trabajar donde se le acomode.

Aquí es importante apartar la opinión que se tenga respecto a la Reforma Energética, esto es indispensable dentro de la discusión, los abogados están en pleno derecho de ejercer su trabajo así este sea contraponer una iniciativa gubernamental.

Lo que sí hace el presidente es una amenaza sin fundamentos, seguramente se basa en una cuestión ética y moral cuando hace estas acusaciones, pero tiene que entender que esa apreciación no está en la ley, lo que sí está en la ley es el libre ejercicio y a eso atenta AMLO con sus declaraciones. 

Que el presidente unifique lo político con lo emocional para marcar una discusión dicotómica donde él se asuma como el ¨bueno¨ de la disputa no es para nada bueno para nuestra democracia, especialmente para los tiempos en que nos encontramos.

Es fundamental dejar de polarizar estos temas, es momento de unificar a todos los mexicanos y evitar de inventar enemigos inexistentes, porque, si de algo estoy seguro, es que ningún mexicano es enemigo de otro mexicano

Claudia de Buen: Primera mujer en ocupar la Presidencia de la Barra

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El próximo 25 de febrero la prestigiada abogada Claudia de Buen Unna tomará posesión como Presidenta de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, lo que significará un parteaguas en la vida de la institución gremial de los abogados más importante de México, que cuenta con alrededor de 7,500 agremiados, de los cuales solamente unas mil personas son mujeres. Cuando este acontecimiento ocurra, habrá un antes y un después en la vida de la Barra, pues nunca antes fue presidida por una mujer.

Se trata de una valiosa mujer, forjada por sí misma, y que ha tenido que enfrentar las típicas adversidades que desafortunadamente aún adolecen las mujeres en prácticamente todo el mundo para poder compaginar su vida de esposa y madre con la de mujer de trabajo. Claudia es hija del también muy prestigiado abogado Néstor de Buen Lozano, refugiado español ya fallecido, quien a pesar de haber sido conocido como un hombre de izquierdas no fue para nada feminista. Don Néstor no fue inicialmente admitido a la Barra por haber tenido una nacionalidad extranjera, a pesar de haber estudiado la carrera de derecho en México. Cuando la Barra permitió la incorporación de abogados mexicanos de nacionalidad extranjera, fue invitado y terminó por ingresar a la misma, aunque haciéndose un poco del rogar, con sobrada razón.

Cuando el padre de Claudia y los demás socios varones de su despacho ingresaron a la Barra, ella pidió permiso a su padre e ingresó contando con 35 años de edad y la advertencia de “allá tú”. La primera sesión en la que participó fue una exposición de Fernando Gómez Mont sobre los riesgos penales de los abogados litigantes, en la que participaron más de 40 personas, de las cuales sólo dos o tres eran mujeres. La Barra era un mundo de hombres. Cuando se decidió crear la Comisión de los Derechos de la Mujer, Claudia inicialmente no la consideró necesaria, pues ella misma había logrado concluir exitosamente tres especialidades sin la ayuda de nadie: derecho financiero y comercio internacional, amparo y derecho mercantil. En épocas recientes, Claudia ha ampliado sus especialidades, cursando diplomados de mediación, derecho colaborativo y negociación.

La próxima Presidenta de la Barra solía ir a trabajar al despacho con sus hijas bebés y en ocasiones trabajaba desde casa o incluso atendía clientes en el Club France donde acudía con sus hijas, todo lo cual le ocasionaba ser cuestionada por sus pares y le generaba ocasionalmente sentimientos de culpabilidad por no poder cumplir al cien por ciento sus obligaciones en el despacho, con sus hijas, con su esposo y con sus pares. Esta problemática se agravó, según Claudia fue aceptando mayores responsabilidades dentro de la propia Barra. Fue coordinadora del Comité de Familia, Secretaria de la Comisión de los Derechos de la Mujer, e incluso Consejera.

Cuando Emilio González de Castilla del Valle se perfilaba como Presidente de la Barra, Claudia y otras colegas mujeres tuvieron la osadía de plantearle la posibilidad de integrar una planilla integrada por mayoría de mujeres, con él a la cabeza, atrevimiento que generó gran escozor entre algunos consejeros de entonces, y en lugar de apoyar la idea de integrar dicha planilla, se prefirió abrirles espacios en las direcciones de comités y comisiones, lo cual fue valorado por ellas como un triunfo. Con el tiempo, Claudia vio con claridad la importancia de apoyar la Comisión de los Derechos de la Mujer e incluso gestionó para cambiar su denominación por el de igualdad de género, lo que también enfrentó grandes resistencias, pero finalmente se logró. En este campo de la apertura de la Barra a las mujeres, Claudia reconoce la gran labor de Claus von Wobeser y de Fabián Aguinaco, siendo este último quien la invitó a participar en el Consejo Directivo de la Barra.

Dentro de la trayectoria profesional de mi colega De Buen, hay que mencionar que durante dos años fue abogada general de su alma mater, la Universidad Autónoma Metropolitana, posición que motivó su exclusión como Consejera de la Barra, sin haber sido formalmente informada de ello. Fueron Ricardo Ríos Ferrer y José Mario de la Garza quienes la hicieron regresar, siendo este último quien abrió de plano las puertas del Consejo a las mujeres. Es así que Claudia, ya plenamente empoderada, decide contender por la segunda vicepresidencia de la Barra, pero luego de ser persuadida por importantes barristas, opta por contender, de una vez, por la primera vicepresidencia, votación que gana abrumadoramente.

El plan de trabajo de Claudia se centra en los siguientes 5 ejes principales: 1) la dignificación de la abogacía, mejorando su fama pública y luchando por la colegiación obligatoria, a efecto de que los incumplimientos al Código de Ética de la Barra generen sanciones; 2) lograr la integración de jóvenes abogados, transformando la Barra para hacerla más atractiva a ellos, con el propósito de darles un papel activo en la estructura de la misma; 3) abrir por completo la Barra a la participación activa de las abogadas mujeres; 4) intensificar las relaciones con agrupaciones y colegios de abogados internacionales y extranjeros, e intensificar la relación con el Ilustre y Nacional Colegio de Abogados de México y la Asociación Nacional de Abogados de Empresa, robusteciendo el Consejo General de la Abogacía Mexicana; y 5) el aprovechamiento de la experiencia de los expresidentes de la Barra, poniendo en operación el Consejo Ampliado en el que participen consejeros, coordinadores, directores de los capítulos que operan en las diversas entidades federativas y desde luego los expresidentes.

Claudia de Buen se propone transformar el papel del Presidente de la Barra de un alto protagonismo al de una conducción de los esfuerzos grupales, y se propone que la Barra realice pronunciamientos de naturaleza jurídica más contundentes y no realizar aquellos de naturaleza política. También propugnará por una Barra generosa y agradecida con sus miembros y directivos. Para su titánica labor, Claudia cuenta ya con ocho mujeres en el Consejo y no cesará en hacer cumplir el compromiso asumido con la ONU conocido como “He for She”, lo que implica que nunca más podrá integrarse ningún presídium con tres o más personas, sin que haya al menos una mujer.

Debido a su capacidad y profesionalismo, a una vida de esfuerzo y a la reciedumbre de su carácter, estamos seguros de que la presidencia de Claudia de Buen Unna significará ese necesario cambio en la historia de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, que permitirá cosechar los importantes frutos del trabajo femenino y contribuirá a brindar igualdad de oportunidades entre las abogadas y los abogados miembros de esta noble institución. 


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Unión Internacional de Abogados: Instancia Superior de la Abogacía

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La Unión Internacional de Abogados, más conocida por sus siglas “UIA”, surgió en 1927 como una iniciativa de la Sociedad de Naciones al término de la Primera Guerra Mundial, por medio de la cual algunos de los principales colegios de abogados europeos se unieron a efecto de que la abogacía pudiera colaborar internacionalmente. Con el tiempo se han unido a la UIA colegios de abogados de prácticamente todo el mundo, los cuales representan a alrededor de 6 millones de profesionales del derecho.

Se trata pues de una institución de la abogacía global enfocada en la promoción y la defensa de los Derechos Humanos y en la prevalencia del Estado de Derecho en todas las jurisdicciones del mundo. Además de los colegios de abogados, participan en la UIA abogados como miembros individuales, miembros colectivos, tales como asociaciones de abogados, universidades y escuelas de derecho, así como personas que no ejerciendo la profesión de abogado, practican diversas profesiones jurídicas, tales como jueces, magistrados, notarios, profesores y aún estudiantes de derecho.

Una de las funciones más importantes de la UIA es la defensa de los abogados que son perseguidos por los poderes públicos con motivo del ejercicio de su profesión en la defensa de sus clientes. Aunque se podría considerar que casos de este tipo sólo suceden en países remotos y de escaso desarrollo, sorprende saber que en épocas recientes la UIA ha tenido que defender a abogados en lugares tan desarrollados como Luxemburgo, quienes fueron acosados por el Ministerio de Hacienda de ese país con motivo del escándalo de los Panama Papers, ministerio que pretendía obtener información de sus clientes en clara violación al secreto profesional, privilegio consubstancial al acceso a la justicia.

La UIA cuenta con un estatus especial en la ONU que le permite estar presente en la Asamblea General, institución que la consulta cuando se analizan temas jurídicos, especialmente aquellos relacionados con los Derechos Humanos y el Estado de Derecho. También participa activamente en instituciones europeas como el Consejo de Europa, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo.

La UIA suele hacer pronunciamientos ante atropellos en contra del Estado de Derecho en cualquier parte del mundo, siendo cautelosa de no intervenir en asuntos políticos. De hecho, esta misma semana la UIA se adhirió a un comunicado de la American Bar Association, la asociación de abogados más grande del mundo, en el cual condenaron el violento ataque al Capitolio en Estados Unidos.

En cuanto a su estructura orgánica, la UIA cuenta con un Consejo de Presidencia con alrededor de 200 integrantes provenientes de todas las regiones del mundo, entre los cuales se encuentra un Comité Ejecutivo de 30 directores que se encargan de asuntos tales como las relaciones internacionales, la comunicación social o del Institute of Rule of Law, los Presidentes de 43 comisiones o grupos de trabajo que abarcan temas tan diversos como el derecho bancario o el derecho ecológico y los Presidentes de los Comités Nacionales que se constituyen en cada país con representación en la UIA.

El Presidente de la UIA es elegido anualmente en la Asamblea General llevada a cabo en noviembre en los países más diversos. Sin embargo, su responsabilidad dura cuatro años de la manera siguiente: el elegido comienza su actuación como Vicepresidente, al año siguiente como Presidente Electo, en el tercer año ocupa la Presidencia y en el último actúa como Presidente Saliente. Con este original sistema se garantiza la continuidad de las iniciativas y la graduación en su aplicación. El Presidente en turno es el prestigiado colega español Jorge Martí Moreno, anterior Socio Director de la oficina Uría Menéndez en Valencia, quien sustituyó a Jerome Roth, abogado de Estados Unidos, quien a su vez sustituyó al abogado de Burkina Faso Issouf Baadhio, lo que demuestra la universalidad de la institución.

Los principales temas que preocupan a la UIA ante la coyuntura mundial actual, son los ataques a la división de poderes, a la independencia de los tribunales, al libre ejercicio de la abogacía y al acceso de la población a la justicia. La fuerza moral que le dan a la UIA sus casi 100 años de prestigio por su actuación en la esfera jurídica internacional, hace que sus  pronunciamientos en todas estas materias incomoden a sus destinatarios y los obliguen a corregir.

Los objetivos de la presidencia de Jorge Martí Moreno se centran en los siguientes tres vértices principales: 1) El fomento de la participación de los abogados jóvenes en el mundo, para lo cual ha integrado ya a 20 colegas jóvenes como consejeros de la presidencia, algunos de los cuales son menores de 30 años de edad; 2) La promoción del talento femenino dentro de la estructura de la UIA, en cuya presidencia, lamentablemente hasta la fecha, solamente una mujer suiza ha ocupado el cargo, aunque afortunadamente ya ha sido elegida la abogada española Urquiola de Palacio, quien ocupará la presidencia en el 2023; y 3) El incentivo del uso de las nuevas tecnologías en el ejercicio de la profesión de abogado, para lo cual pretende sensibilizar a los despachos de abogados para que inviertan tiempo, dinero y esfuerzo en proyectos con despachos tecnológicos creativos.

El presidente Martí Moreno también pretende incentivar a la abogacía del mundo mediante el otorgamiento de premios y reconocimientos a colegas que destaquen en el mundo por la defensa de los principios y valores por los que la UIA propugna y pretende que la abogacía mundial apoye proyectos solidarios que beneficien a los más necesitados. Sobre este último punto, el presidente Martí Moreno ha identificado a la ONG ARTisLOVE, institución que ha desarrollado exitosamente proyectos sociales promotores de la paz, originados mediante la técnica de unir a la gente que se odia.

El gremio de los abogados mexicanos ha participado en los trabajos de la UIA, desde tiempo inmemorial. Mi amigo y antiguo socio, Miguel I. Estrada Sámano (Q.E.P.D.), organizó en la Ciudad de México uno de los congresos anuales que más huella han dejado, e incluso llegó a ser presidente de la institución en el año 2000, habiendo sido el segundo latinoamericano en ocupar dicho cargo. Yo mismo he ocupado diversos cargos en la estructura orgánica de la UIA, llegando a ser Director de Miembros Colectivos, formando parte del Consejo de Presidencia, y actualmente formo parte del Comité Ejecutivo del Comité Nacional de México, así como del Comité que organiza el Congreso Anual, que debió tener lugar en Guadalajara en octubre del año pasado y que ha sido pospuesto con motivo de la pandemia, Comité que preside Adrián Ojeda, siendo Fernando Hernández Gómez el Presidente del Congreso. Actualmente, Óscar Cruz Barney preside el Comité Nacional de México, Arturo Pueblita es Secretario Regional para las Américas y Alfonso Pérez Cuéllar ocupa la Vicepresidencia del Senado Internacional de Colegios de Abogados, todo lo cual brinda la esperanza de que la UIA tendrá cada vez más relevancia para el ejercicio de la abogacía en México y de que la abogacía de México tendrá cada vez más relevancia internacional a través de la UIA.


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