acitrón

Sin acitrón, por favor

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Dentro de las tradiciones culinarias de nuestro país, la Rosca de Reyes es una de las
celebraciones más esperadas por las familias. A pesar de ello, científicos de la UNAM han
hecho una curiosa e importante recomendación: no incluir el acitrón en su preparación. 
Pese a todos los esfuerzos, la explotación sigue ocurriendo.
¿Qué necesitamos para entender que debemos respetar?
Acitrón de un fandango, zango, zango, sabaré…
 (Canción popular mexicana).

Para los mexicanos y latinos, principalmente, la tradicional rosca de reyes se realiza en la víspera del 6 de enero. El inicio de año compartiendo esa especie de cábala al encontrar pequeños muñecos dentro de un pan adornado con azúcar y acitrón. ¿Pero qué es el famoso acitrón? Para unos es una verdadera delicia, mientras que otros prefieren pasar de esas tiras de ¿fruta cristalizada?, ¿vegetales deshidratados? No. No es ninguna de las dos opciones anteriores.

El acitrón es la pulpa de la biznaga, una especie de cactus en forma de globo. Seguramente los has visto en más de una ocasión en el desierto o como bellas plantas de ornato. Como cualquier especie del reino vegetal, cuenta con un nombre científico (Echinocactus platyacanthus) y en el México precolonial era conocido como huitzinauac, huitzi (espina) y náhuac (rodeado de), entonces su significado sería algo como “rodeado de espinas”. Después de la Conquista su nombre se escribía vitzanauac y se castellanizó como biznaga.”[1]

Pese a que en México existen más de 300 variedades de este tipo de especies naturales, la biznaga corre el peligro de la extinción; por dos razones principales: una es la explotación ilegal para la elaboración de acitrón y plantas de ornato. La otra, debido a la lentitud con la que crecen las plantas; aproximadamente 1 cm por año.

cactus de acitron
Imagen: Wikimedia.

Por ello, desde el año 2010 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) clasificó a la biznaga como especie bajo la categoría de ‘Protección Especial’, la cual no está aún en peligro de extinción, pero en caso de seguirse explotando, sucederá. Esta protección especial, además representa un delito federal a quien procese e o comercialice de manera ilegal flora y fauna protegida bajo estos estándares.

Pese a todos los esfuerzos, la biznaga sigue desapareciendo. ¿Por qué es tan difícil respetar y seguir instrucciones? No sólo en el país, hablo de la vida misma. Imaginemos que nuestro país es una empresa, en donde cada actividad económica representativa de nuestra maravillosa cultura es un producto o área específica.

Así, los agricultores, ganaderos y pescadores estarían en el departamento gerencial de alimentos, los trabajadores de las industrias, serían la parte de manufactura, los de consultoría seríamos la parte administrativa y los que se dedican a la parte del entretenimiento y de las redes sociales, serían nuestro departamento de mercadotecnia.

comercio de acitron
Imagen: Wikimedia.

Para trabajar en esta empresa, necesitamos manuales y guías de operación en cada una de nuestras actividades, puede ser la Constitución o cualquier Reglamento Oficial que esté establecido y reconocido por la parte legal de la empresa (la parte Judicial del país) y por aquellos que procuran la seguridad de todos.

 De acuerdo a los manuales de operación de cualquier empresa, se establecen nuestros derechos y obligaciones, así como las responsabilidades y los límites de las mismas.  Suponiendo que todos los mexicanos trabajáramos en una gran compañía llamada México. ¿Quién debería de capacitar a los mexicanos que, aún conociendo el estado que guarda la planta en cuestión, siguen dedicándose a su extracción ilegal? ¿Cómo deberían de ser los manuales para estandarizar las operaciones de los mexicanos? Creo que el secreto está en la empatía y el respeto por las demás actividades, y sobre todo, por nuestro entorno.

Notas:
[1] Fuente: culturas/acitron-de-un-fandango.


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