bondad

Hacer el bien y buscar la verdad

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Hacer el bien y buscar la verdad son dos prácticas sencillas para una vida pacífica, armónica y de calidad. Dos habilidades que necesitan desarrollarse y perfeccionarse con el paso del tiempo, diferenciarse de lo que no son y sobre todo comprender sus límites y sus alcances.

Ser bueno o hacer el bien

Ser bueno y hacer el bien pueden estar íntimamente relacionadas, pero pueden pertenecer a dos horizontes totalmente opuestos relacionados con la motivación y la intencionalidad.

La intencionalidad de ser bueno es loable: sin embargo, desconfía de la propia persona y del entorno, por ello, tiende a ser excluyente por temor al contagio de la mala influencia, es dual porque hace distinción entre buenos y malos, es egoísta pues centra la atención en sí mismo, es indiferente frente a realidades ajenas que no entran dentro de sus estándares, es ciega a retos emergentes, heterónoma porque alguien más define lo correcto y dependiente del reconocimiento ajeno. Su origen y finalidad es uno mismo y el propio beneficio.

hacer el bien
Ilustración: Laurent Hrybyk.

Hacer el bien, en cambio, hace de la relación entre la persona y el ambiente el lugar concreto para llevar a cabo la acción porque confía en la posibilidad de humanización y mejora ambiental, es incluyente porque el otro en vez de amenaza es oportunidad, es integral porque reconoce que tanto el mal como el bien son una potencia en todos y lo reconoce sin miedo, es generosa porque se centra en el otro, es sensible a realidades ajenas a la propia condición, es lúcida porque reconoce situaciones emergentes, es autónoma aunque se apoye en opiniones ajenas de distintos puntos de vista, las cuales analiza, reflexiona antes de toma su postura y se auto reconoce. Su origen y finalidad se centra en el otro y en el bien común.

Estar informado o buscar la verdad

Al igual que en el binomio anterior, estar informado y conocer la verdad, aun cuando pueden estar relacionadas, lo que existe entre ellas es una radical diferencia que impacta de forma concreta y directa en la calidad de vida de las personas.

La información depende de la interpretación de la realidad de terceros. Ésta puede estar fundamentada y seriamente documentada pero siempre limitada por los horizontes de comprensión aun cuando esto no siempre se reconozca, puede ser errónea como consecuencia de la limitación humana, puede ser tendenciosa al buscar generar cierto impacto en la audiencia, es tan extensa que es imposible conocerla toda, es limitada a los canales de información que la difunden y frecuentemente innecesaria.

el bien
Imagen: Pinterest.

Buscar la verdad en cambio es un ejercicio personal de interpretación de la realidad tal cual se presenta y es; se fundamenta en la experiencia propia y asume que ésta siempre es condicionada y preliminar, reconoce la limitación propia y se esfuerza por romper los prejuicios que obstaculizan su ejercicio, carece de suyo de la pretensión de influir en otros, recurre a fuentes confiables bien documentadas, pero las analiza y reflexiona con rigor, reconoce la necesidad del esfuerzo constante ante la inmensidad de la verdad y sabe que siempre encuentra lo necesario para mantener la paz y la tranquilidad que requiere el momento.

Pretender solamente se bueno y estar informado genera angustia e impotencia cuando no se alcanzan los objetivos deseados, o soberbia e indiferencia cuando se confía demasiado en los propios logros; en ambos casos es una actividad que mayormente se dirige al sí mismo.

Pretender hacer el bien y buscar la verdad genera aceptación y satisfacción independientemente de objetivos y logros e impulsa la motivación para seguir por el camino del bien común en el cual está incluido, desde luego su propio ser.

Si podemos cambiar un poquito nuestras perspectivas,
podemos transformar las preocupaciones y los problemas en felicidad
y fortuna. Esto no requiere de poderes mágicos. Si podemos comprender una
diminuta cantidad del maravilloso Dharma del Budismo y aplicarla eficientemente
en los momentos críticos y cruciales de nuestras vidas, podremos progresar en nuestra
comprensión. Entonces convertiremos la estupidez en sabiduría y la ignorancia en iluminación.

Maestro Hsing Yun.


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