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Adaptarse: condición y capacidad

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Fui. Sin dudarlo. Por ir con quien iba, claro. Porque la invitación vino de ella. Y era a ella a quien yo en realidad quería escuchar, y ver, y con quien estar.

El pretexto fue la presentación de un disco.

Mi recuerdo señala vagamente algunas cosas, como el clima, pero marca con precisión inusitada el perfume que se desprendía de ella.

Al poderoso influjo de las misteriosas leyes de la memoria debo, pues, de nuevo, la certeza plena de que toda aquella tarde fue deslumbrante; también el disco.

En la combinación de ambas cosas, que el disco es muy bueno y mi propio recuerdo teñido de alegría, fragmentos de las letras de las canciones me han acompañado durante décadas.

Tuvo que pasar mucho tiempo, sin embargo, para que pudiera yo reparar que en realidad aquella tarde había escuchado poemas convertidos en canciones. Al nombre de Carmen Leñero, la intérprete, se sumó entonces el de Fabio Morábito, el autor de los poemas convertidos en canciones por ambos.

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Carmen Leñero, poeta, ensayista, narradora y cantante (Foto: El Universal).

Casas en el aire, se llama ese disco que, a manera de aventura colectiva, resultó del talento de Carmen, Fabio, Luis, el hermano de Carmen, y tantos otros.  

Una aventura, una nave de viaje incierto, pero ahora sabemos perdurable, al que nos sumamos, entre destellos, yo mismo y quien embellecida me hizo parte de ella.

Cantar poemas de otros es habitarlos, ha dicho alguna vez la propia Carmen Leñero, en cuya voz sigue habitando, a su vez, el recuerdo vivo de la vivencia que antes he narrado.

Una sucesión de lugares, que no son lugares, en el sentido espacial, sino formas de la experiencia, de un modo que se contrae y expande en una dimensión diferente a lo mensurable.

¿Habitamos del mismo modo el mundo? ¿Habita él, el mundo, de esa manera también en nosotros? ¿Como tiempo, en la memoria; como espacio, en la experiencia?

Habitar, pues, sobre tiempos y espacios, palabras y sensorialidades que se expanden, se contraen, distorsionan y rehabilitan.

El habitar, la experiencia de habitar al mundo y sus seres, y de ser habitado por este mundo y esos seres, sostenido, a final de cuentas, por el puente delgado y recio de una palabra: adaptación.

adaptacion y habitar
Imagen: The Conversation.

Habitar es adaptarse.

No sólo porque, en muchos sentidos, habitar es habilitar, tanto como es habilitarse uno mismo respecto a eso que va a habitar o por lo que, lo sepa o no en ese momento, será habitado.

Sino porque en esa habilidad, doble, nos va la posibilidad real de alcanzar, en grado alguno, en el trayecto vital, el único éxito sustancial: habitar el mundo a través de los otros; ser habitado por el mundo a través de los otros.

Como si se tratara de la legítima y urgente preocupación por el deterioro de la vida del planeta, hemos puesto tal vez más energía en mitigar que en adaptar(nos).

No se trata desde luego de conceptos encontrados ni mucho menos irreconciliables. Pero sí de dos formas de proceder y de habitar (y habilitar) el horizonte vital.

Las crisis, las de grandes proporciones, como la que el planeta padece ahora mismo, ponen de relieve ambas condiciones.

Son el resultado de un largo proceso cuyas consecuencias emergen con inusitada claridad; pero no menos, es un llamado sin posibilidad de renuncia a actuar en el plazo tan corto que no admite posposición alguna.

La expansión acelerada e inclemente de la pandemia tomó a la humanidad en medio de varias crisis previas cuyo grado de acumulación era ya evidente y más que preocupante.

La desigualdad en el ingreso, la violencia de género, la inequidad en el acceso a las oportunidades de la era tecnológica, la concentración de la gobernanza son algunos de los elementos que tanto a nivel nacional como global formaban parte del paisaje de serias problemáticas que urgían atención aun antes de la pandemia.

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Imagen: Notirasa.

Ello sin contar con que 2021 se ha convertido en el año con mayor aumento de la temperatura en la historia del planeta, y evidencia del deterioro creciente de las posibilidades del medio ambiente para seguir soportando la imprudencia humana.

La pandemia radicaliza las crisis preexistentes y nos coloca en un punto de inflexión en el que los riesgos del futuro se convirtieron de súbito en la urgencia del presente: sobrevivir.

En el antes y después que la pandemia ha instalado, pues, debe leerse, debe ubicarse, la necesidad de equilibrar nuestra preocupación por mitigar y nuestra ocupación por adaptar(nos).

Habilitar para habitar; ésa es la habilidad urgente. Rehabilitar, si es preciso, para rehabitar.

No se trata de comprender la revaloración de nuestras capacidades de adaptación como una derrota, como la resignada respuesta frente a lo que no se puede cambiar.

Por el contrario, adaptarse es una fortaleza de futuro. Porque la adaptación no es una condición dada, sino una capacidad construida, con tanta rapidez como efectividad.

Habilitar, adaptar casas en el aire, no castillos, para ser habitados por la gente que en la vida de todos los días, que en la memoria del pasado y en la del anhelo de futuro, recuerda y se entusiasma de poder seguirlo haciendo.

Hacia delante.


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Obligan repuntes en contagios aumentar capacidad hospitalaria en el Valle de México

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Las instituciones del sector público de salud están incrementando de forma rápida la capacidad hospitalaria en las entidades federativas que registran aumento de contagios de SARS-CoV-2, sobre todo en la Ciudad de México y en el Estado de México, para que ninguna persona con COVID-19 se quede sin atención, afirmó el director general del Centro Nacional d Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), Ruy López Ridaura.

También se trabaja para incrementar la contratación de profesionales de la salud y reforzar la atención con personal médico y de enfermería de otras entidades federativas.

“Este domingo la ocupación hospitalaria en la Ciudad de México se ubicó en 83 por ciento en camas generales y en 71 por ciento en camas con ventilador, mientras que en el Estado de México la ocupación es de 71 por ciento y de 53 por ciento, respectivamente. En ambas entidades se realizan esfuerzos para contar nuevamente con la máxima disponibilidad, que implica además de las camas, contar con personal médico y de enfermería, así como insumos para atender a las y los pacientes”, dijo López Ridaura.

Durante la conferencia de prensa acerca del informe diario sobre coronavirus, el funcionario presentó un análisis sobre el tiempo en oportunidad de atención médica por COVID-19 a partir del inicio de síntomas. En la semana epidemiológica 50, a nivel nacional, las personas acudieron 5.1 días después, en promedio, a partir de que iniciaron síntomas. 

El riesgo de fallecer según los días transcurridos desde el inicio de síntomas hasta su ingreso hospitalario, en comparación con aquellas personas que se atendieron de forma temprana, es de 50 por ciento en quienes acuden después de dos días y de 80 por ciento para quienes asisten a los cuatro o cinco días. Es decir, entre más tarde se busque ayuda, más crece la posibilidad de fallecimiento.

El análisis se realizó con el apoyo de expertos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en tres grupos de pacientes: quienes acudieron en los primeros dos a tres días, quienes lo hicieron entre cuatro y cinco, y aquellas personas que lo hicieron seis días después.

El director general del Cenaprece resaltó que en las entidades federativas brigadas de salud hacen visitas casa por casa para detectar a las personas con síntomas y sensibilizarlas sobre la necesidad de que acudan a atención médica, principalmente mayores de 60 años, quienes viven con diabetes, obesidad, enfermedad pulmonar obstructiva crónica u otra. 

López Ridaura reiteró el llamado a la población a seguir las indicaciones de las autoridades para bajar los contagios de COVID-19 a través de cinco acciones puntuales:

·         Quédate en casa; si no tienes a que salir, no salgas. Es un acto de solidaridad hacia los demás.

·         Si es indispensable que salgas, usa cubrebocas de forma correcta y mantén sana distancia siempre.

·         No acudas ni organices fiestas, posadas o reuniones con amigas, amigos y familiares. Son espacios de riesgo de contagio de COVID-19.

·         Las compras de artículos prioritarios las debe realizar solamente una persona de la familia.

·         Las personas con resultado positivo a COVID-19 asintomáticas deberán aislarse durante 15 días. En caso de síntomas, llamar a Locatel 55565811 para seguimiento médico o acudir a atención médica. También se les solicita informar a otras personas con las que tuvo contacto los últimos 14 días para que se resguarden de forma estricta o acudan a la unidad médica ante síntomas. 

El comunicado técnico diario sobre coronavirus COVID-19 está disponible en www.coronavirus.gob.mx