innovación tecnológica

Internet física, un mundo donde la logística lo es todo

Lectura: 4 minutos

El principio es sencillo. Se trata de hacer una equivalencia. En la forma de razonar. En la manera de resolver el problema. En la concepción del procedimiento.

Parece sencillo hacer llegar un objeto de un punto a otro. Alguien envía. Alguien Transporta. Alguien recibe.

Controlar las rutas. Calcular el tiempo. Controlar cómo pasa de unas manos a otras, requiere, sin embargo, más que buena intención, e incluso, más que lápiz, papel y la versión más reciente del Excel.

En lo que se ha dado en llamar la “Internet física” se lleva a cabo un proyecto de investigación que pretende hacer converger eficiencia y sustentabilidad en la manera cómo las cosas son llevadas de un lugar a otro.

La pandemia ha venido a acelerar lo que era ya una tendencia acelerada de movimiento de paquetes, mercancías y toda clase de objetos de un punto a otro del planeta.

Las cantidades de cajas, sobres, envíos, que a diario se desplazan en el mundo globalizado son simplemente estratosféricas.

internet fisica
Imagen: Mary.

A lo largo de 2019, por ejemplo, sólo por lo que toca a Amazon, la empresa de Jeff Bezos reportó haber entregado tres mil quinientos millones de paquetes.

Ocho años antes, en 2011, la misma Amazon, había reportado, en todo el año, un total de 680 millones de paquetes entregados; el crecimiento en el periodo fue notable.

Y si ya el panorama pintaba para seguir creciendo, la pandemia simplemente volvió exponencial los servicios de Courier, como también se les denomina.

En julio de 2020, Amazon informó haber hecho llegar, solo en ese mes, 480 millones de paquetes. Es decir, en 30 días movió el 42% de todo cuanto reportó en 2011.

Aun antes de que el coronavirus recluyera a las personas en sus casas e impulsara el comercio digital como nunca antes, las predicciones eran ya astronómicas.

En 2019, el cálculo era que para 2022 Amazon entregaría, a través de su propia empresa, además, la friolera de 6 mil millones de paquetes, seguida de los 5 mil que estaría moviendo UPS y los 3,400 de FedEx.

Los 6 mil millones que se esperaban para 2022 fueron alcanzados por UPS en 2020, dos años antes. Cuando el gigante logístico entregó un promedio de 21 millones de paquetes al día.

Se llama logística y es para nuestro tiempo, al modo que Pascal gustaba en proclamar, la palanca que mueve al mundo.

internet fisica
Imagen: GettyImages.

El desarrollo de la logística implica, por tanto, más que la simple cadena que traslada mercancías o de un punto a otro.

Las conexiones que una adecuada logística tiene con el medio ambiente, las formas de organización del trabajo, la evolución de los combustibles, entre otras cosas, constituyen un vasto y complejo entramado.

Sorprendería, por ejemplo, saber que en un número muy alto, los camiones que parten con mercancía no van llenos o retornan vacíos.

El responsable del proyecto Internet física, el Dr. Kostas Zavitsas, del Imperial College Business of London, señala categórico: “Una tasa de llenado más alta tendría un impacto en los costos y las emisiones y crearía un sistema mucho más sostenible”.

El principio de la investigación, cuenta Zavitsas, fue relativamente simple. “Comenzó con la idea de que podemos mover la carga de la misma manera que los datos se mueven en Internet”.

En ese sentido, el paso decisivo será, en este como en muchos otros casos, la capacidad que el mundo tenga para digitalizar la información disponible.

El análisis de datos, de nueva cuenta, como en tantos otros ámbitos del presente digital, se impone sobre decisiones que aun a estas alturas se toman de manera intuitiva, inercial o personal.

internet fisica
Imagen: Mía Ditmason.

Al explicar el proyecto, Zavitsas dice: “La idea es que cada elemento de la red cuente con un gemelo digital que se pueda actualizar con detalles relevantes, como cuánto espacio hay disponible en un almacén o los horarios de los diferentes modos de transporte”. 

Instalar sensores, estandarizar formas de identificar productos, homogenizar las dimensiones de empaque, entre otros pasos, conforman la cadena de cuestiones a tomar en consideración hacia la Internet física.

La información que las compañías sean capaces de generar, procesar y compartir, serían la base, enumera el académico, para tomar esos datos y que “un algoritmo centralizado enrute un contenedor de manera óptima”.

Dos elementos, prototípicos del mundo contemporáneo sobresalen: el peso de la descentralización y el valor de una cultura colaborativa.

Actualmente, por ejemplo, un producto sale de un punto de distribución primario hacia el punto de venta. La Internet física posibilitaría descentralizar el almacenaje y, con ello, acercar los productos al consumidor.

“Al final, es una actividad colaborativa y también una situación de ingresos colaborativos que es nueva para muchos operadores comerciales”, subraya Marcel Huschebeck, que forma parte del PTV Group, de Alemania, participante de la investigación.

En la capacidad para pensar de modo complejo problemas que son a su vez complejos, estriba una parte cada vez mayor del éxito de cada operación. Incluso cuando, como en Caperucita roja, lo que hay que hacer llegar de un punto a otro parece cualquier cosa.

Incluso.


También te puede interesar: Cerebro y simultaneidad en la Babel digital: traducir es comprender.

Cerebro y simultaneidad en la Babel digital: traducir es comprender

Lectura: 4 minutos

Fue San Jerónimo quien tradujo la Biblia al latín. Prefigurando así, de alguna manera, la luminosa idea con que Steiner definiría, muchos siglos después, la trascendencia de llevar un texto de una lengua a otra: habitar lo extranjero.

En su sentido contrario, de no poder traducir estaríamos condenarnos al ensordecedor mutismo de sólo escucharnos a nosotros mismos. “Sin traducción, sentenció alguna vez Steiner, habitaríamos provincias lindantes con el silencio”.

La mítica imagen de la Babel consignada en la Biblia, la torre derruida por la multitud de lenguas incomprensibles entre sí, habría entonces caído no por el estruendo, sino por el silencio que implica el sólo poder comprender lo propio y con los propios.

En el mundo se hablan unas 7 mil lenguas. Algunas de ellas estrechamente emparentadas entre sí. Pero otras, por supuesto, con lejanías considerables y hasta hace poco casi insalvables para los sistemas de traducción automatizada.

La digitalización de contenidos, a la par de productores y consumidores, prosumidores, para decirlo mejor, que no están dispuestos a limitarse a la lengua propia, ha disparado las posibilidades y retos de la traducción asistida por computadoras.

simultaneidad traduccion
Imagen: Mark Long.

Los sistemas contemporáneos de traducción, conocidos como “neuronales”, reciben, por cierto, este apelativo pues funciona de manera análoga a como lo hacen las redes del cerebro, según explica Antoni Oliver, director del máster universitario de Traducción y Tecnologías Online de la Universitat Oberta de Catalunya.

Hasta hace poco, la calidad de los traductores automatizados era tan deficiente que era más sencillo, a todo nivel, hacer la traducción desde cero. Esto es lo que ha cambiado radicalmente, señala Oliver, los sistemas neuronales actuales consiguen suficiente calidad como para que sea factible post-editar los resultados.

Los sistemas están aprendiendo y sus fallas son cada menos perceptibles, desmenuza el catedrático, aunque siguen implicando la posibilidad de que un error de la máquina sea capaz de cambiar todo el sentido.

Así, lejos de desplazar a las personas, la demanda de una mayor atención y mayor dominio. El reto está ahí. No es que la traducción automatizada vaya a suplantar a la tarea humana.

Dicho de otro modo, la valía del traductor no se cifrará en el grueso del documento, sino en los pequeños detalles que hacen sentido.

En lo central, la traducción seguirá siendo lo que en su sentido más hondo ha sido siempre, un ejercicio de la cultura, consciente e intencional, donde la sutileza reina.

traduccion y cerebro
Imagen: Katie Edwards.

Quién diría, sin embargo, que parte del origen de lo que hoy observamos en el mundo de la traducción, tuviera en la necesidad de juzgar con celeridad crímenes aborrecibles, su punto de inflexión.

Entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1º de octubre de 1946, durante los juicios de Núremberg, la traducción, la idea que se tenía de ella y sus alcances, nunca más volverían a ser lo habían sido.

Presente en todos los congresos y convenciones del mundo, parte de la vida cotidiana de los organismos multilaterales, no fue sino en Núremberg que el desarrollo del ingeniero León Dostert, la traducción simultánea, probó su alcance y efectividad.

Aliado con IBM, quien desarrolló la idea, Dostert debemos la imagen de las cabinas y de los que en un principio fueron los cascos en los que se escuchaba de manera prácticamente simultánea lo que el orador en turno decía.

No es necesario, aunque tampoco está de más, retraerse hasta El Aleph, de Borges, para resaltar la fascinación que en lo humano es capaz de suscitar la idea misma de lo simultáneo como algo posible y, aún más, aprehensible.

Hoy, el panorama es más complejo que las cuatro lenguas en las que se desarrolló Núremberg, e incluso de las “lenguas oficiales” de Naciones Unidas. El reconocimiento del valor de las lenguas, de cada una, es parte de la globalización del orbe.

Era de los procesos veloces al extremo, lo digital vive la extraña dualidad de tener una lengua dominante: el inglés, al tiempo de ofrecer con cada vez más precisión herramientas de traducción.

herramientas
Imagen: Pinterest.

Herramientas nacidas de las necesidades prácticas y cuya tarea habrá que dejarlo en claro de una vez, en nada se parece a la traslación cultural que significa el trabajo de traducción literaria. Labor de lo humano, ajena a lo programable y aun lo repetible.

La posibilidad de que se lea un diario editado digitalmente en Macedonia, en Indonesia o en Rotterdam, y cuya lengua no sea de origen el inglés, es un territorio de acercamiento a esas realidad, impensable antes de la evolución de los traductores digitales automatizados.

Fallidas aún en algunas de sus traslaciones, sin duda. Inoperantes para rescatar las sutilezas con las que está hecha cada lengua, desde luego. Experiencia inédita que lo digital ha traído consigo, lo destacable.

Nunca antes las máquinas habían podido traducir tanto y tan rápido. Nunca como ahora, en la sutileza de la comprensión la tarea y dimensión humana del traducir es tan indispensable.

Enriquecer el horizonte de lo propio con lo que no lo es. Ir al encuentro del otro. Habitar lo ajeno. No hay, quizá, acto cultural más radical.

Traducir, comprender.


También te puede interesar: Jóvenes, economía digital e inclusión: 4 condiciones.

La revolución del reclutamiento a través de la Inteligencia Artificial

Lectura: 4 minutos

Hace algunos meses me encontré con una persona que estaba en la búsqueda activa de una oportunidad laboral, ante mi pregunta acerca de su formación, me comentó que había concluido con una maestría en una institución reconocida internacionalmente, con experiencia laboral en bancos, consultoras, etc., manejaba perfectamente un segundo idioma, era joven, educado, etc. Me comentaba que, aunque ya había pasado por varias entrevistas y procesos de selección, algunos reclutadores le comentaban que estaba sobre calificado, otros no le dieron respuesta, otros cancelaron las entrevistas, entre otras muchas cosas que pueden suceder en este proceso. Y la cuestión es que, muchas veces, el proceso de contratación tiene que ver con las personas que entrevistan, no necesariamente con el candidato, pues éste puede ser muy bueno y tener los conocimientos suficientes, la edad adecuada, incluso la experiencia, pero, la subjetividad del reclutador puede detener el proceso, ¿por qué?, la respuesta de algunos reclutadores es que muchas veces el candidato es poco serio en la entrevista, se nota que no se conoce bien, no tiene una proyección a futuro, es poco formal, entre otras muchas cosas.

¿Qué pasaría si este proceso de reclutamiento fuera objetivo, sin los prejuicios del reclutador, sin las ideas equivocadas que se pueden tener del prospecto? Hoy en día ya es posible reclutar a través de plataformas que te ofrecen el apoyo de la Inteligencia Artificial (AI) para evitar cuestiones subjetivas en la elección del mejor candidato; algunas de ellas son Talview, Ideal, Retorio, entre otras. En particular, Retorio busca integrar la psicología en el proceso de reclutamiento, con base en The Big 5 Personality Model, a través del cual, se califican los siguientes elementos: Extraversión (sociable-reservado), Conciencia (eficiente-reservado), Amabilidad (amigable-insensible), Neuroticismo (nervioso-seguro) y Apertura a la experiencia (curioso-cauteloso):

ia reclutamiento
Imagen: Retorio.

Asimismo, dicha plataforma, asegura un 90% de precisión en la afinidad del candidato para el puesto, interesante, ¿verdad?, podría ser que la tecnología nos haya dado las herramientas necesarias para no fallar en la contratación del perfecto candidato para nuestra empresa, pero ¿será realmente objetivo? La empresa German Public Broadcasting realizó un experimento para analizar la manera en la que operan estas plataformas y evaluar su objetividad. Es importante destacar que la Inteligencia Artificial que utilizan estas plataformas, analiza el tono de voz, el lenguaje que se usa, los gestos y las expresiones faciales, para con ello, crear un perfil de personalidad conductual.

Dicho perfil, no sólo ofrece un porcentaje muy alto en eficacia, sino que es objetivo y más rápido que cualquier proceso de reclutamiento tradicional. El proceso es el siguiente: se pide al candidato grabar un video en el que se responden ciertas preguntas básicas, con base en ello se realiza el análisis del sujeto y se obtiene una calificación de los 5 grandes aspectos de la personalidad (Big 5 Personality Model). La empresa alemana contrató a una persona para este estudio (sujeto 1) para que respondiera las preguntas que se le indicaron.

Los resultados fueron los siguientes:

Para la siguiente muestra, la misma persona usó lentes al grabar el video (sujeto 2), los resultados se mostraron similares en casi todos los elementos excepto en la conciencia, donde el resultado bajó a nivel medio. Posteriormente, el mismo sujeto (sujeto 3) se quitó los lentes y se cubrió la cabeza con una bufanda, aquí los resultados cambiaron dramáticamente, colocando la amabilidad, extraversión y apertura en un nivel alto, la conciencia en un nivel extremadamente alto y el neuroticismo en un nivel extremadamente bajo.

Se le pidió al candidato realizar nuevamente el video con cambios de ropa mínimos como color de blusa, cambio en el peinado, etc., los resultados siguieron cambiando. Finalmente, se pidió al sujeto que repitiera el video con las mismas prendas y el resultado en este caso no cambió. En otra prueba, se mantuvo la vestimenta, pero se cambió el fondo, añadiendo un cuadro en la parte de atrás, repisas con libros, etc., en este caso, también hubo cambios considerables en los 5 puntos señalados en la tabla. Finalmente, se hicieron pruebas con filtros y los resultados también fueron distintos.

A partir de estos resultados podemos observar que aún la tecnología existente no provee de resultados objetivos en un porcentaje amplio, sino que, por el contrario, intervienen elementos mínimos para obtener un resultado u otro, incluso variaciones importantes. Habría que preguntarse si incluso así se obtiene la afinidad del 90% en la elección del candidato, aunque, si se saben estos datos, sería útil para el candidato vestirse de una manera determinada, o bien, colocar ciertos objetos atrás de él para que el software arroje datos favorables y sea el candidato idóneo para el puesto. Lo más interesante aquí, es que la subjetividad de las personas también tiene que ver con el proceso, pues son los seres humanos quienes desarrollan la tecnología y, con ello, dejan una parte de subjetividad en ésta.

Hoy en día, empresas de alto nivel ya utilizan este tipo de software. Si te piden un video para tu postulación recuerda que, al igual que con los reclutadores, todos los elementos cuentan, a tu favor o en contra, así que, suerte con tu proceso.


También te puede interesar: Libertad en las redes: el caso de Donald Trump.

Acceso a Conectividad en el #Censo2020MX

Lectura: 5 minutos

El #Censo2020MX más allá de ser un ejercicio estadístico de conteo poblacional y perfilamiento sociodemográfico, se constituye como un diagnóstico y medición de los avances en la satisfacción de derechos fundamentales como lo es la educación, salud y por supuesto, la conectividad y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

En estos tiempos pandémicos, el acceso y uso de dispositivos y servicios de conectividad ha sido esencial para continuar con la operación económica, social, cultural, informativa, lúdica, entre otras. Desde marzo de 2020, se ha intensificado la necesidad de disponer con equipamiento y banda ancha en los hogares, tal que empresas de tecnología y telecomunicaciones han registrado un alza en sus ventas, contrataciones y adiciones de servicios (e.g. mayor ancho de banda), a pesar de la crisis económica y el consecuente menor poder adquisitivo de la población.

Hoy con la publicación de resultados del #Censo2020MX realizado por el INEGI, contamos con un punto de partida (al tener un periodo de levantamiento del 2-27 de marzo de 2020) para comenzar a dimensionar lo que hemos denominado ‘empujón digital’ durante la pandemia. A partir del cual se ha acelerado y profundizado la adopción de la conectividad y se ha precipitado una transformación digital en todos los niveles, individual, hogares, unidades económicas e instituciones gubernamentales.

Este análisis se centrará en conocer e identificar segmentaciones relevantes respecto a los niveles de acceso a dispositivos (TV, celular, radio computadora y consolas de videojuegos) y servicios (internet, TV de paga, telefonía fija y servicios de video bajo demanda por internet) entre las viviendas particulares habitadas en nuestro país, de acuerdo con los datos obtenidos en el #Censo2020MX.[1]

Acceso a Dispositivos

De acuerdo con los resultados obtenidos por el INEGI, el dispositivo con mayor disponibilidad en las viviendas mexicanas es el televisor con una razón de 91.1% total, considerado como el principal medio de acceso a una diversidad de contenidos y que incluso ha fungido como eslabón fundamental para continuar con la educación en su modalidad a distancia durante la pandemia.

En segundo lugar, se registra que 87.5% de las viviendas disponen de un teléfono celular como dispositivo para la transmisión de comunicaciones de voz y datos. Para una proporción significativa de estas incluso podría ser la principal vía para la realización de llamadas, puesto que 38.6% de éstas no cuentan con otro servicio de conectividad (i.e. telefonía fija y/o internet).

Otro de los principales medios de acceso a contenidos informativos, culturales, de entretenimiento, entre otros, es la radio, tal que 67.6% de los hogares cuentan con este dispositivo que ha logrado mantenerse vigente en los hogares, a pesar de que una gran diversidad de estos contenidos ya viaja y llega a los mexicanos a través de redes y dispositivos digitales.

Los dispositivos que ya comienzan a revelar cifras de crecimiento significativo durante 2020 son las computadoras personales (escritorio o laptop) y tabletas, tal que se han registrado agotamientos de inventarios en principales puntos de venta de este equipamiento, tanto físicos como digitales durante la pandemia. De acuerdo con el #Censo2020MX, una proporción de 37.6% de las viviendas dispone de al menos alguno de estos equipos, sin embargo, 12.5% de estos enfrenta barreras para su pleno aprovechamiento al carecer de acceso a internet, circunstancias sobre las que es menester incidir para poder democratizar la educación digital.

Por su parte, otro de los dispositivos de conectividad que registró una trayectoria al alza en ventas, especialmente al cierre del año pasado fueron las consolas de videojuegos, ante el lanzamiento de la nueva generación de Xbox y PlayStation y la mayor disponibilidad de tiempo para actividades lúdicas en el hogar. No obstante, tan sólo 11.5% de las viviendas en México cuentan con una consola de videojuegos y prácticamente todas ellas (92.1% total) disponen de una conexión a internet para jugar en línea. 

Adopción de Servicios

La disponibilidad de internet entre la población en México registra una rampa ascendente hacia su plena democratización en años recientes y se proyecta que, a casi un año del inicio de la pandemia, el ritmo de crecimiento revele una aceleración durante 2020. Las cifras resultantes del #Censo2020MX indican que 52.1% de las viviendas cuenta con conexión a internet, servicio que ya ostenta el segundo lugar de adopción entre aquellos de conectividad, tras la comunicación celular (87.5% del total).

Por su parte, la TV de paga ostenta un nivel de adopción de 43.3% entre el total de viviendas en México. Si bien este servicio se enfrenta a una creciente competencia con otras alternativas de acceso a contenidos audiovisuales, especialmente a la diversidad de las denominadas plataformas de video bajo demanda por internet (SVOD por sus siglas en inglés), éstas apenas alcanzan una razón de adopción de 18.8% entre el total de las viviendas.

No obstante, estos servicios registraron en 2020, una dinámica acelerada de crecimiento que impulsará significativamente su acceso en futuras mediciones. ¿Estos servicios son sustitutos o complementos de la TV de paga? Es una pregunta recurrente al analizar el mercado de contenidos audiovisuales, los resultados del #Censo2020MX revelan que una gran mayoría de las viviendas (68.7%) que cuentan con el servicio de TV de paga no tienen adicionalmente, suscripción de películas, música o videos de paga por internet.

En otras palabras, para 13.6% de las viviendas en México, las plataformas SVOD son complementarias a la TV de paga. Mientras que, para una razón de 5.3%, podrían haber encontrado un sustituto en la creciente pluralidad de alternativas de acceso por internet bajo suscripción para acceder una diversidad de contenidos locales e internacionales.

#Censo2020MX: Diagnóstico de Conectividad en Tiempos Pandémicos

La numeralia obtenida en el #Censo2020MX provee un panorama del alcance que ya ostentan las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en México. Asimismo, da cuenta de los avances en torno a alcanzar el acceso universal de estas, en línea con el mandato constitucional definido a partir de la Reforma en Telecomunicaciones.

No obstante, tan sólo puede considerarse como la radiografía y diagnóstico para la aceleración en el acceso y aprovechamiento que ha tenido lugar en tiempos pandémicos. Es por tanto necesario, continuar dando seguimiento puntual y oportuno a las tendencias y niveles de adopción reportados trimestre a trimestre, tras la emisión de los reportes financieros de los operadores de telecomunicaciones y fabricantes de equipamiento a sus inversionistas.

Al respecto, los primeros reportes dados a conocer a la fecha sobre la dinámica de 2020 en su conjunto, precisamente, dimensionan el ‘empujón digital’ que hemos manifestado y atestiguado en el transcurso de la pandemia y que, sin duda, se puntualizarán en análisis próximos.


Notas:
[1] De acuerdo con el INEGI, una vivienda particular habitada es aquella que “en el momento de la entrevista tiene residentes habituales. Incluye cualquier recinto, local, refugio, instalación móvil o improvisada, que esté habitado”. Se contabilizan 35.2 millones viviendas particulares habitadas en el #Censo2020MX.


También te puede interesar: Dinámica de las Telecom en el Pandémico 2020.

Fusiones y confusiones digitales, ir al futuro en automóvil

Lectura: 4 minutos

Tres años tardaron en darse cuenta. Sucede. Más frecuentemente de lo que uno pensaría. Elementos que pasan desapercibidos, cobran de pronto relevancia inusitada.

Todo cambia entonces. Lo que antes era una señal mínima, acaso incidental, se torna en una pieza central del entramado. Y de ahí para delante.

Entre 1962, año de la primera entrega, y 1965, en que se estrenó la tercera película de la saga, los autos de James Bond eran, por decirlo así, una parte más entre muchas.

Ni el razonablemente sencillo Sunbeam Alpine MkV de 1961, que aparece en “007 contra el Dr. No”, ni tampoco el resabio de aristocracia que significaba el Bentley 4.5 Sport Tourer, que se mira en “Desde Rusia con amor”, estaban pensados para ocupar un lugar central en el imaginario de los espectadores de la época.

Y si bien para el año siguiente, 1964, “Goldfinger” presentaría, gracias a un auto con aditamentos especiales, un adelanto de lo que en la siguiente entrega sería el vuelco definitivo.

automovil 007
Imagen: Taringa.

Es a partir de 1965, que nada volvió a ser igual. Los autos de Bond marcarían cada una de sus cintas. Defensas que se extendían, navajas que salían de las tuercas de las ruedas, ametralladoras escondidas.

A partir de “Thunderball”, los autos de 007 significarían, además, en el imaginario del gran público, muestras fehacientes de los portentos de la tecnología, los aditamentos, puesta al servicio de la tecnología (el automóvil en sí), puesto al servicio del bien (Bond).

Es posible que caminar sea mitológicamente el gesto más trivial y por lo tanto el más humano, escribe Roland Barthes, unos años antes de que comenzaran a aparecer las películas de Bond.

Con una preclara idea del lugar icónico que el automóvil tendría para el espíritu moderno del siglo XX, asevera Barthes en su Mitologías: “Todo ensueño, toda imagen ideal, toda promoción social, suprime en primer lugar las piernas…por el automóvil”.

Máquina entre las máquinas, el automóvil reaparece —es un decir, nunca se ha ido— desde la modernidad hasta el siglo digital, el nuestro, con una promesa que, siguiendo la metáfora de Barthes, promete ahora ya no sólo suprimir las piernas, sino brazos y manos, también.

Vehículos autónomos los llama la nueva era. Coches que no requieren de conductor. O liberan a este, se apunta, de la molesta tarea de ir concentrando, tener alguna destreza o conocimiento de las reglas básicas de tránsito.

automovil tesla
Imagen: Tesla.

De los autos eléctricos, ambientalmente amigables, cuya multiplicación exponencial puede darse por un hecho a consumarse en menos de una década, a los vehículos autónomos, hay sin embargo un salto cualitativo adicional.

No se trata sólo de un asunto que concierna a la muy poderosa aún y globalmente omnipresente industria automotriz y sus interminables reacomodos y fusiones, lo que hoy está en juego representa más que la simple entrada de nuevos jugadores.

Ya de algún modo, o muchos, el perfil poco convencional de las apuestas de Elon Musk y sus incursiones inusitadas, lo mismo en patrocinar viajes al espacio que en comprar miles de millones en bitcoins, había removido la representación del “fabricante de automóviles”.

¿Cómo será el coche del futuro?, se preguntaba hace poco Marc Hijink. Pregunta que bien podría invertirse, ¿Cuál es futuro del coche?, para seguir el curso de lo que plantea este conocido analista de tecnologías neerlandés.

Entre juego, y no, Hijink lanza: “¿Será un iPhone sobre ruedas?”, escribe a propósito de los rumores de negociaciones entre Apple y la coreana Hynduai, para completar la chanza cuestionando: “¿O será que podremos pagar nuestro Tesla autónomo con bitcoins?”.

El sólo dato de que para 2030, la industria automotriz gastará 221 mil millones de dólares, el doble de lo que gastó en 2018, sólo en chips para sus unidades, da una idea clara de la manera en que se halla entrelazada la producción de automóviles y el sector tecnológico digital.

automovil del futuro
Imagen: Shutterstock.

Pantallas táctiles, sensores, softwares, los multicitados chips o semiconductores, constituyen hoy el núcleo central de aquello que alguna vez entendimos como una máquina movida por un motor de combustión interna.

No está claro si Apple finalmente concretara su I-Car o no. Pero de lo que no cabe duda, es que el emporio fundado por Jobs está más cerca de lanzar un auto que Ford un teléfono inteligente.

Resulta por demás curioso recordar, en ese sentido, que de los muchos implementos que se idearon para aquel legendario Aston Martin DB5 1964 que Sean Connery, inigualable James Bond, conducía en “Thunderball”, pocos funcionaban realmente.

Lo importante entonces, empero, no era que, por ejemplo, el dispositivo de rastreo, ancestro de nuestros geolocalizadores actuales, funcionase, sino la idea misma de que aquello era posible.

Cuarenta años, y poco más, en 2006, Bond recupera y vuelve a manejar aquel (ahora) viejo DB5 en “Casino Royale”. Es el futuro reinventando al pasado. O, si se prefiere, el pasado llegando al futuro en automóvil.    

Porque ni duda cabe que los prometidos autos voladores que poblarían las décadas del siglo XXI, según los visionarios del XX, se van tornando, cada vez más, en el gadget digital más caro del mercado.

Siri maneja.


También te puede interesar: Curiosidad, perseverancia, creatividad; navegar un siglo incierto.

Marco Normativo para los Medios Digitales: Definición y Revisión

Lectura: 3 minutos

La Comisión Europea ha afirmado ya que lo que resulta legal/ilegal off-line, debería ser legal/ilegal on-line a través de dos iniciativas presentadas en diciembre pasado. Ésa es en buena proporción la asignatura que toca abordar en esta evolución hacia el mundo crecientemente digital en lo comunicacional, transaccional, educativo, cultural, en fin, en prácticamente todos los campos de nuestra vida y evolución.

Indudablemente, los medios digitales, principalmente las redes sociales, se han convertido en entornos propicios para la satisfacción de una pluralidad de derechos, por ejemplo, la libertad de expresión, la libertad ideológica y religiosa, derecho a la información, a la comunicación libre, a la educación, entre otros.

El mundo físico y el digital comienzan a converger a ser amparados, pero al mismo tiempo, supervisados por marcos normativos tan convergentes como la tecnología que les da origen. Siguiendo con las asignaturas por solventar, está la revisión del marco básico legal para las redes sociales con notoria preocupación por la privacidad y el acceso amplio a la información, pero sobre todo y comprensiblemente, por la libertad de expresión.

parchar medios
Imagen: Brian Stauffer.

Libertad de Expresión en Iniciativas sobre Regulación de Plataformas Digitales

Efectivamente, garantizar la libertad de expresión se colocado hoy en el centro de las iniciativas para regular los principios y buenas prácticas que deben prevalecer en las plataformas digitales. En la Unión Europea lidera la discusión hacia crear un espacio digital más seguro, transparente y que proteja los derechos fundamentales de los usuarios.

En Estados Unidos, el Congreso se ha dispuesto reformar la Ley de Decencia de las Comunicaciones (Communications Decency Act, en inglés) en su sección 230 que exime de responsabilidad a las plataformas digitales del contenido publicado por sus usuarios, lo que deriva en prácticas perniciosas que hoy es menester atender.

Ni de chiste un tema menor en México, en donde existimos ya 76.9 millones de mexicanos usuarios regulares y hasta intensivos de las redes sociales, esto es, 61.0% de la población u 87.3% del universo internauta.

No es de extrañar entonces que la iniciativa recientemente publicada por el Senador Ricardo Monreal despertara pasiones, fundadas e infundadas. También inaugura una oportunidad, muy delicada, por cierto, para analizar, discutir y decidir sobre las reglas básicas para proteger estos derechos.

Iniciativas para Repasar los Principios Básicos Rectores en Internet

La contabilidad creciente y acelerada expansión en la relevancia de estos medios para ejercer estos derechos y libertades, hace clara la necesidad de repasar los principios básicos rectores en las plataformas digitales. Ello se sustenta en las experiencias recientes que evidencian los daños por la difusión de mensajes de odio, noticias falsas, ataques a la moral y al orden público, así como las agresiones y vulneraciones a la vida privada y los derechos de terceros.

derechos digitales y medios
Imagen: APA.

Vaya extensa lista de temas cruciales por analizar, para lo cual se antoja poco la sentencia temporal de tan solo un puñado de semanas.

A partir de esta iniciativa, la discusión debe ser amplia y abierta a todos los agentes involucrados (usuarios, empresas, organizaciones de la sociedad civil y gobierno) para definir mecanismos óptimos, transparentes y legítimos en torno a proteger la libertad de expresión en medios digitales.

Así como la propuesta homóloga de Ley de Servicios Digitales (DSA por sus siglas en inglés) de la Unión Europea, el debate debe ser abierto para asegurar la protección de los derechos fundamentales, preservar los principios democráticos y erradicar los riesgos sistémicos como la manipulación, la desinformación y los ataques al orden y bienestar público.

Y mejor acostumbrémonos a que esta deberá ser una discusión continua y perfectible, tanto como la tecnología y su adopción continúen cambiando y, que no será solventada con una o dos iniciativas legislativas.

Podemos entonces aprovechar esta iniciativa como el punto de partida para establecer salvaguardas necesarias para garantizar los derechos de los usuarios y el sano comportamiento de los servicios y plataformas digitales.


También te puede interesar: IFT: Agenda Regulatoria para las Telecom en 2021.

Curiosidad, perseverancia, creatividad; navegar un siglo incierto

Lectura: 4 minutos

Tan pequeñas como su propio país. Manzanas. Diminutas manzanas brotando de un árbol nacido en un tubo de ensayo. Un manzano en flor en miniatura.

Ésa fue la idea que a sus escasos 18 años llevó hace unos años al lituano Mata Navickas a ganar el premio europeo para jóvenes promesas de la ciencia.

El experimento, exitoso, consistió en hacer germinar, en un tubo de ensayo, un manzano capaz de producir rojas manzanas de más o menos un centímetro de diámetro.

Era el mundo de antes de la pandemia. Aquel en el que no solo nadie hablaba de enfermedades contagiosas que podían expandirse por todo el orbe, sino en el que nadie imaginaba siquiera que una cosa fuera posible.

Claro que en ningún momento el joven Navickas habla de la correlación, sutil y quizá solo figurada, entre su fascinación por lo pequeño y la trágica disparidad de tamaños entre Lituania, una de las tres repúblicas bálticas, su país, y el vecino siempre acechante, la Rusia de afanes imperiales.

Pero la curiosidad, al igual que los árboles minúsculos del lituano, encuentra su propio modo de germinar y rendir sus frutos.

ciencia y curiosidad
Imagen: Andrew Kolb.

El propio joven aspirante a científico, investido del optimismo de sus 18 años, se lanza a proponer a la curiosidad como la semilla de todo lo demás.

En el siglo en donde todo por hacerse de nuevo, y qué bueno, como gustaba de pregonar el gran filósofo francés, Michel Serres, el joven lituano da en el clavo.

La curiosidad es la estrella del norte en el mar de lo incierto que se cierne sobre lo que resta de esta centuria. La historia, empero, no siempre ha estado del lado de la curiosidad como un valor a enaltecer.

Por el contrario, por largo tiempo, ser (demasiado) curioso mató al gato, para recuperar el adagio que quiere advertir, con toda su carga didáctico moralizante, la curiosidad como un signo contrario a la fortaleza de carácter.

El muy brillante divulgador de la ciencia británico, Phlip Ball dedica las páginas de su libro Curiosidad: por qué todo nos interesa, justamente a analizar cómo ha ocurrido ese tránsito entre el denuesto y la exaltación.

En ese camino, Ball traza una ruta que toca el corazón mismo de la manera cómo esta época se mira a sí misma. Un tiempo en el que la competencia tiene como motor de éxito a la innovación, según se sostiene ampliamente.

innovacion
Imagen: Lea Vervoort.

No obstante, muchos de los adelantos de los que la sociedad goza, dirá siguiendo a Stephen Hawking, se basan en realizaciones científicas cuyos resultados prácticos no estaban previstos, y cuyo impulso antes que al lucro se debió al aliento creativo de una curiosidad ilimitada.

A contracorriente de todo dogma, ya fuese religioso o ideológico, Michel Foucault se sumará pronto a este sumario de elogios a la curiosidad que Ball recoge.

Me gusta pensar en la curiosidad, asevera Foucault (porque) “evoca intranquilidad; la preocupación que se tiene por lo que existe y por lo que podría existir; la disposición a encontrar extraño y singular lo que nos rodea; una cierta ansiedad por desligarnos de nuestras familiaridades y ver los objetos cotidianos bajo otra luz…”

Una fuerza radical, un impulso por entender, la nombra Ball, él mismo físico y químico formado en las universidades más prestigiadas de Gran Bretaña. Y al centro de esa fuerza radical, la capacidad para preguntarse por el mundo, escribe.

El estudio de Ball es tan fascinante como extenso. Va de Hobbes a Leonardo da Vinci y de este a la Revolución industrial pasando por el Acelerador de partículas. Un tour de forcé por la historia misma de nuestra relación con esa extraña pasión (Hobbes, dixit) que es tratar de comprender.

Acepción ambigua y acaso hasta contradictoria en autores claves en la historia del pensamiento, reconoce Ball, la curiosidad se avala en algunos casos, pero en otros, cuando se ha de cuestionar las visiones únicas, se condena o francamente se proscribe.

curioso
Imagen: Sébastien Thibault.

Si bien el punto de inflexión se puede ubicar en el boyante siglo de la “revolución científica” del XVII, Ball admite que la fisura es más profunda que el simple recuento de las muchas realizaciones científicas de una época en particular.

Galileo, Newton, Boyle, Hooke, Van Leeuwenhoek, y el sistema heliocéntrico, la teoría de la gravedad, el fin de la alquimia, la invención del microscopio, y la indagación de los microbios, acompasados por “la innovación fundamental de la época: el método científico”, dice Ball, es apenas el síntoma.

“El puntal de todo ello fue el cambio profundo que experimentaron las preguntas que cabía formular. Nada era demasiado insignificante ni banal para ser tomado en cuenta…”.

Nada que no pueda ser indagado, puesto en duda, que no merezca la atención, tomarse el cuidado de preguntarse por su fundamento.

Nada es suficientemente pequeño ni pueril, nada escapa a quien esté dispuesto a formular preguntas, como el joven Navickas, bajo el impulso vital de la atención y el cuidado, de la puesta en duda del pensamiento o camino único.

En ello, la innovación se rehace, autoregenera; se renueva y vuelve a ser.

Curiosidad.


También te puede interesar: Moverse entre riesgos que se mueven, la nueva vulnerabilidad global.

La pandemia y los nuevos límites del consumo cultural

Lectura: 4 minutos

¿A usted le parece que el consumo digital es democrático? Podemos conservar la pregunta sobre la mesa para plantear una serie de cuestiones. Recientemente se presentaron los resultados de la encuesta de consumo cultural que realizó la UNAM y que fue respondida por 8,780 personas. Si bien, el sesgo es claro (principalmente jóvenes, consumidores habituales de contenidos culturales), los resultados permiten reflexionar en las posibles orientaciones de los productos que los miembros del sector podrán tomar, de cara a una recuperación económica de la industria. Ahora bien, ¿cómo plantear la recuperación de un sector cuyos productos se consumen, en mayor medida, si son gratuitos?

La encuesta de consumo cultural durante la pandemia sugiere la posibilidad de diseñar nuevos estudios, más específicos, que arrojen resultados para orientar la toma de decisiones, tanto por parte de los productores que ofrecen contenidos gratuitos, como la propia UNAM o los museos públicos, como por parte de quienes viven de esa producción (artistas en general). El desarrollo de la plataforma Contigo en la distancia permitió la captación de varios usuarios, quienes se buscaron el tiempo para participar en conferencias o cursos en línea, cuando normalmente no lo hubieran podido hacer si se hubieran tenido que desplazar hasta una sede. Algo que debe llamar la atención de los desarrolladores de contenidos es, por un lado, lo que ya sabemos todos: que el Zoom llegó para quedarse y que la producción de videos, recorridos o podcasts que se pueden ver en forma asincrónica permite ampliar el rango de consumidores; por otro lado, que el dispositivo favorito para el consumo cultural en la pandemia es el smartphone. Esto implica desafíos de diseño (engagement, formato, atención) que eventualmente, todos los que nos dedicamos a la producción de contenidos vamos a tener que afrontar.

consumo digital de la cultura
Imagen: Ana Galvañ.

Los retos no son menores: vivimos en un país que ha recortado en grado extremo el presupuesto para el sector cultura. Los recintos públicos se encuentran cada vez más limitados para llevar a cabo producciones ciertamente costosas, como exposiciones internacionales, si no tienen un patronato o asociación civil que los respalde. Estas asociaciones normalmente no acometen con sus donativos los gastos operativos de los recintos, ni tampoco el pago, en forma consuetudinaria, de los colaboradores especializados.

La encuesta de consumo cultural arroja que la mayoría de los participantes no se muestra tan entusiasmada por los recorridos virtuales a museos o a exposiciones en específico, pero sí espera la apertura de actividades para volver a los recintos. La experiencia de visitar una muestra o un sitio arqueológico es insustituible y, pese a que los museos mexicanos no desarrollaron esfuerzos de particular monta para no perder la fidelidad de sus públicos durante la pandemia (los esfuerzos se concentraron en charlas y cursos en línea, como ya dije), el público que habitualmente visitaba museos está ansioso de volver a hacerlo. Hay recintos privados en peligro de desaparición, como Papalote Museo del Niño, quien tuvo que lanzar una campaña desde su sitio web para recaudar 50 millones de pesos, suma que destinará al pago a colaboradores y a los gastos derivados del mantenimiento del museo. No obstante, la producción de contenidos digitales es mucho menos costosa que la de una exposición internacional, por ejemplo, el presupuesto siempre es requerido y resulta muy incómodo operar con los mínimos.

Aunque los recintos permanezcan cerrados, a causa de la crisis de salud que ha dejado la pandemia, los gastos no se interrumpen, como en el caso de las oficinas: las colecciones y los inmuebles siguen ahí y requieren de mantenimiento, limpieza, rotación, procedimientos de conservación preventiva, restauración. Esto quiere decir que hay que seguir operando a pesar del cierre y de la distancia de los públicos, y que el salario de los empleados especializados que se ocupan de las colecciones y recintos sigue y seguirá siendo necesario.

consumo digital
Imagen: The Objective.

Ahora, retomemos la pregunta de inicio: ¿es más democrático el consumo cultural digital? Si bien, sabemos que la oferta asincrónica en diversas plataformas permite un mayor número de visitas, también sabemos que un gran porcentaje de la población no cuenta con internet estable o plan de datos que le permita tener acceso a actividades culturales. También sabemos que hay quienes tienen un smartphone pero no por ello consumirán contenidos culturales, sino comerciales. Ahora bien, hay otro factor a considerar: la oferta gratuita ciertamente es un beneficio para muchos, pero no por eso se debe generalizar la idea de que la cultura “no cuesta”. La producción de lo que se ofrece, la preparación de los conferencistas, los derechos de reproducción de las imágenes, requieren dinero. La única manera de reactivar las industrias culturales es generando derrama económica y haciéndole entender al gobierno federal que, sin impulso presupuestal a la creación, a los espectáculos y a los recintos museísticos, este país está en riesgo de demeritar -hasta perder- sus instituciones culturales.

Más allá de la pregunta por la democratización, lo cierto es que los resultados de la encuesta de consumo cultural permiten detenerse a pensar en cómo será la oferta que preparemos en el futuro. Partiendo de la premisa de que hay experiencias presenciales insustituibles, los museos, por ejemplo, tendrán que comenzar a problematizar sus vocaciones y a abrir el panorama para incluir contenidos para comunidades remotas. Si se le da la vuelta mediante distintos discursos a las mismas piezas, lo más seguro es que la oferta presencial termine por gastarse, ante la imposibilidad de contar con obras u objetos procedentes de otras colecciones que despierten de nuevo el interés. Y aquellos recintos que no poseen piezas en custodia la tienen todavía más difícil.

¿Por qué íbamos al museo o a un espectáculo de danza o teatro? No era solamente para matar el tiempo: estábamos dispuestos a pagar por una experiencia transformadora, trascendente. Quizá el confinamiento le puso a muchos la alternativa de vincularse con la cultura como una manera de pasar los días, pero quizá también les hizo ver que puede ser una experiencia que salva. ¿Tiene el formato digital esa posibilidad de apelar a lo más profundo de la emoción y de la psique de un espectador? El reto está interesante, sobre todo, si se piensa que la vuelta a las actividades presenciales no está a la vuelta de la esquina ni será como antes de los confinamientos.


También te puede interesar: Epifanías callejeras. Inverosímiles ficciones alimentarias.