Circo Volador

Las Paredes Gritan: Somos iguales porque somos diferentes

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Pilares y Circo Volador

El pasado 25 de febrero, en la inauguración de la Galería de Arte en la fachada externa de Circo Volador, estuvieron con nosotros varios funcionarios públicos. Una de ellas fue Brisa Solís Ventura, directora Ejecutiva de Promoción y Agendas en Derechos Humanos. Ricardo González Jiménez, del área de Cultura en la Alcaldía Venustiano Carranza. Y Ofelia Angulo Guerrero, Subsecretaria de Ciencia Tecnología e Innovación del Gobierno de la Ciudad.

De entrada, no hay más que agradecerles sus palabras y su asistencia. “Circo Volador representa un espacio de resistencia”, dijo Brisa Solís. “La atención de las juventudes tiene diversos formatos”, mencionó Ofelia Angulo. “Somos diferentes porque somos iguales, nos invita a conformarnos como una comunidad”, señaló Ricardo González Jiménez.

Había consenso. Había gusto. Había voluntad… Había ganas de celebrar la Galería. Es un hecho que la construcción de políticas públicas trata (o debe tratar) de acortar la distancia entre el gobierno y los ciudadanos.

Cuando inició el gobierno actual de la 4T con Claudia Sheinbaum, varios colegas investigadores fuimos convocados a conocer y dar ideas a un proyecto central en la ciudad: Los PILARES (Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes).

Se trataba de construir 300 Pilares en 2 años. En todas las Alcaldías de la CDMX. Sobre todo, en colonias y barrios marginales. Para 2021 (en teoría) deberían estar todos terminados. Pero llegó la pandemia de la COVID-19.

Sheinbaum pilares
Claudia Sheinbaum acude a la inauguración del parque Lago Alberto así como al Faro del Saber (Imagen: Cuartoscuro).

La visión de los PILARES tiene un sentido muy positivo para la comunidad: “Tener todas las actividades en un mismo lugar”. Además, como eje de gobierno, ofrece establecer una “igualdad de derechos para todos”.

No es frecuente encontrar estas políticas públicas con esa dimensión y con una cuantiosa inversión. Es obvio que, para la clase media y clases acomodadas, los PILARES no les son de utilidad. Ellos asisten a sus propios clubes deportivos o escuelas y esta política no los beneficia directamente.

Se trata de una política de izquierda. Orientada a garantizar el derecho a la educación. Que aprendan: “Que no están solos”. Es una gran política social. Cuando conocí el proyecto, me pareció vital para que la gente que ha abandonado sus estudios encuentre una forma de recuperarlos.

Pensemos que, en los últimos 40 años, la deserción escolar más fuerte (entre los jóvenes) se da a los 15 años. En esa edad, aproximadamente el 50 por ciento de los chavos (hombres y mujeres) abandonan la escuela.

¿Por qué? Hay muchos motivos. A muchos no les gusta, para otros, las cosas que les enseñan son inútiles. Otros, ya tienen que empezar a trabajar. Y muchas chavitas, atienden a sus familias.

No hay una razón para el abandono escolar, pero existe. Si no estudias, se te estigmatiza y tus trabajos serán malos y mal pagados.

En los PILARES (con sus “Ciberescuelas”), se puede terminar la primaria, la secundaria, la preparatoria, e incluso una licenciatura, con la ayuda de tutores. Ahí también hay talleres sobre ciencias, computación, educación emocional y música.

pilares
Imagen: CDMX.

En los PILARES hay maestros, hay computadoras. Y todo es gratuito. Además, a los estudiantes de preparatoria que tengan entre 15 y 29 años se les otorgará una beca de 800 pesos mensuales.

Hay muchas otras capacitaciones. Hay áreas dedicadas a fortalecer el empleo. Existen otras áreas de instrucción: Carpintería, Plomería, Joyería, Diseño de Imagen y Cosmetología, Gastronomía, Panadería y Banquetes. Hay actividades de cultura, clubes de libros, cine, talleres de percusiones, pintura y deportes.

Es una política muy amplia. Muy necesaria e indispensable en la vida de una ciudad como la nuestra. El costo aproximado de este programa (a principios de 2019) era de más o menos 6 mil millones de pesos. Más su mantenimiento posterior.

Con la pandemia no han parado. Tuvieron que cambiar muchos de sus programas y objetivos al modo virtual. Esperemos que cuando disminuya la pandemia retomen sus actividades.

De regreso a la Galería

Los discursos sobre Circo Volador fueron buenos. Tenemos 33 años de historia como proyecto. Recibimos el viejo Cine Francisco Villa en 1994, en completo estado de abandono. Un grupo de “teporochos” vivía adentro.

Y desde ese día hasta hoy, con la pandemia, no hemos recibido ningún apoyo económico del gobierno. No tenemos una Fundación. No recibimos aportaciones externas. Todo se ha construido con nuestras ideas y nuestro trabajo.

Cuando el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ganó la Jefatura de Gobierno en la capital en 1997, me comentó: “Volvamos tu Circo Volador una política pública”.

Le respondí: “Ingeniero, lo va a matar. Las políticas públicas sólo sirven tres o seis años. En el gobierno no hay continuidad para estos proyectos”.

galeria circo volador
Imagen: @Circovolador.

Sin embargo, con Alejandro Aura, que estaba en Cultura y varios otros compañeros, diseñamos los Faros (Fábricas de Artes y Oficios) que sí son una política pública. A veces les va bien… A veces les va mal.

La idea era tener una agrupación auto sostenible económicamente, que fuera independiente y que sobreviviera a los cambios de gobierno. Lo hemos logrado por 33 años… O sea, ¡Más de cinco sexenios!

Pero llegó la pandemia y tendremos que repensar varias veces lo que podemos hacer.

Se aceptan ideas.

¿Todo gratuito?

Entiendo la visión del gobierno. Quiere que todo sea gratuito para favorecer a los grupos que menos tienen. Está bien. Pero sería ideal que las dos o tres mil máquinas de coser que tendrán los PILARES se convirtieran en una unidad productiva.

Hay suficientes diseñadores y creadores de ropa que venden sus productos en el extranjero. También están las Costureras del terremoto de 1985 que saben trabajar. ¿Podríamos reunirlos? ¿No sería otra forma de hacer políticas públicas?

Ojalá y se entienda este mensaje… ¡No pararemos!

La Cueva Del Delfín 

¿Cuántas Galerías Callejeras podremos montar? Todas las que sean necesarias. ¡Hay conocimiento y capacidad para lograrlo!

¡Vientos huracanados!, si no me ponen de Pilar en el Circo nos veremos por acá la próxima semana


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Comunidad y arte

“Comunidad”. Eso fue lo que me vino a la cabeza para titular la apertura de una Galería de Arte en la pared externa de Circo Volador. Después de un año de estar cerrados, realizamos este trabajo.

Circo Volador es un espacio para jóvenes. Desde 1997 trabajamos en este lugar con un sentido de inclusión, de participación, de apertura y de trabajo con los jóvenes y su realidad.

En 2021, con el apoyo de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX (CDHCDMX), instalamos en la pared externa del espacio una “Galería de Arte”, la cual inauguramos el jueves pasado.

¿Cuál es la realidad de los jóvenes y la pandemia? ¿Cuál es el arte que están creando?

Esta pared está abierta. No es un espacio cerrado. Es un pedazo significativo de Circo Volador que busca un lugar común de expresión.

Es un lugar libre. Que se renueva por todos y entre todos. Se trata de fotos de jóvenes durante la pandemia: ¿Qué reflejan?

La pared es de todos, por eso debemos valorarla… Su utilidad será igual para todos.

Exhibimos una muestra de fotos del Taller de Fotografía de Circo Volador para abrir sus puertas a otros artistas urbanos. La Galería es resultado de la alianza de la CDHCDMX y el Circo Volador.

galeria de arte circo volador
Imagen: @circovolador.

Es un espacio abierto, ubicado en la fachada principal, que presenta estas fotos de los alumnos realizadas durante la pandemia.

Son nueve fotos tomadas con técnica “Estenopeica”. Con ella, los propios alumnos construyen su cámara con un bote de avena y así, sin tener una cámara profesional, tienen acceso al mundo de los secretos de la fotografía.

Las cámaras estenopeicas, son las cámaras más sencillas que existen. La gente aprende a construirlas. Se trata de un bote de avena, con un pequeño orificio que permite la entrada de la luz. Y con ese trabajo se aprende la maravilla de la fotografía. Ellos realizan todo el proceso.

Después quedará abierta… Pero vale la pena comentar algo.

Dadas las características de la pared, la zona del Mercado de Jamaica y la presencia de numerosos grafiteros locales, esta pared es frecuentemente “chacaleada” (para utilizar el término que define la intervención de otros chavos).

O sea, se trata de una pared normalmente “intervenida”. Hay de todo: los que “manchan la pared”. Los que colocan enormes “tags” con sus identidades, etcétera.

Pero también hay otras intervenciones artísticas, como las del Colectivo Calpulli del Mercado de Jamaica. Por eso, en ese todo, se necesita tener un sentido comunitario.

Después de este pésimo año de pandemia y con el apoyo de Derechos Humanos logramos realizar este proyecto.

No era sólo intervenir un muro. Había que iluminarlo. En una zona que, a pesar de su mejoría, por las noches parece insegura.

Mucha gente camina por esa calle para llegar al Metro La Viga (que está frente al Circo Volador).

Desde que obtuvimos el comodato del espacio (1994) hasta la fecha, sabíamos que se instalaría en el futuro una estación del Metro y que el ámbito comunitario cambiaría con los años. Así ha sido.

Pero es indispensable reunir a la gente de esa comunidad: los vecinos, los comerciantes del mercado, los grafiteros, las autoridades locales y los talleristas de Circo Volador, para abrir un “nuevo espacio”.

galeria de arte circo volado
Imagen: @circovolador.

De eso se trató la inauguración. Se trató de encontrarnos, para rediseñar el uso de esa pared, de su iluminación y del sentido de colaboración colectiva que podría surgir si aprendemos a darle vida nuevamente a ese espacio.

La idea de Circo Volador es abrirlo. Ese lugar debemos ofrecerlo para muchas otras manifestaciones artísticas. Debemos incentivar a muchos otros artistas locales a expresarse.

Más allá del simbolismo de la Galería, se trata de sacar sus creaciones a la calle. Que le sea útil a más gente. A los que ven la obra, o a los que caminan por la noche en un lugar iluminado.

Esa conjunción de esfuerzos es uno de los cambios dentro de la “nueva normalidad” que enfrentaremos. Debemos pensar en el futuro.

Abrirnos. Abrirle la puerta a la comunidad. Como dice nuestro slogan: “Somos iguales, porque somos diferentes”.

La comunidad de Circo

Es obvio que los jóvenes reaccionan frente a la pandemia. Pero ¿qué hacen en este tiempo? Nuestro objetivo en 2020 fue darles visibilidad sobre cómo viven este proceso de transición.

Y nos preguntamos: ¿cuáles son sus preocupaciones?, ¿sus reflexiones?, ¿cuáles son sus reclamos en este proceso de transformación social?

Esto obliga a verlos de la mano con su propia transformación, como individuos, en una sociedad que camina hacia la decadencia.

Por ejemplo, con el arte. El arte es una herramienta fundamental para comprendernos y ayudarnos a superar las crisis sociales, personales y de identidad cultural.

Pero el arte independiente y contestatario, tiene poca atención por el sistema capitalista imperante, que se interesa más en la “estética” sólo cuando necesita vender cosas.

Por eso, apoyaremos a estos artistas.

O con el feminismo. Que tuvo en el inicio de la pandemia en 2020 un enorme despertar social. Una denuncia de la violencia contra la mujer. Y que por la misma reacción (Quédate en Casa), quedaron encerradas con sus violentadores.

Con ellas debemos trabajar en un plan de corto, mediano y largo plazo. Es vital para la sociedad.

galeria de arte circo volado
Imagen: @circovolador.

¿Qué haremos?

Crear en redes sociales la Comunidad Circo Volador, de acuerdo con los valores que dan identidad y guían las acciones del proyecto.

Difundir y realizar acciones que contribuyan a la Salud y el Bienestar, la Igualdad de Género y la Producción y Consumo Responsables.

Debemos reconfigurar los contenidos para trabajar en: Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y Vimeo. A este espacio virtual agregaremos la radio que es una herramienta muy importante de comunicación.

Los Jóvenes y el COVID-19 y El Arte y COVID-19, son nuestras áreas centrales de trabajo.

¿Funcionará?… NPI.

Lo que no podemos hacer… ¡Es callarnos!

La Cueva Del Delfín

Si los productores de teatro, con las autoridades de la CDMX quieren reabrir en abril próximo, ¿cuándo lo haremos en Circo Volador?

¡Vientos huracanados!, si no me mandan a pintar Jamaica nos veremos por acá la próxima semana.


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Circo Volador y COVID-19

Circo Volador surgió hace treinta y tres años (1987) como un proyecto de investigación social específico sobre Jóvenes y Violencia. Teníamos cinco hipótesis de los problemas que tenían los jóvenes en diferentes áreas (escuela, trabajo, familia, valores y autoridad) y buscamos sus respuestas.

Al hacerlo decidimos partir de las habilidades de los jóvenes: “Tomemos las habilidades y las potencialidades de los jóvenes, en vez de partir de sus problemas, que son siempre los más obvios para estigmatizarlos”.

Cuando iniciamos el proyecto aparecieron muchas más respuestas de las que esperábamos. De eso nació la idea de agruparnos como Circo Volador. Éramos un grupo de ocho chavos y yo. Todos teníamos apodos de animales (perro, gato, piojo, pulga, pavo, etc.) y viajábamos en una Combi, de un barrio a otro.

No éramos un zoológico. Éramos más bien como un circo que volaba entre las colonias populares arriba de una camioneta. Empezamos trabajando en las calles y en los barrios. Después en sus espacios y en parques.

El programa de radio “Sólo para Bandas” que transmitíamos los sábados a las 10:00 de la noche en Estéreo Joven (105.7 de FM), tuvo un fuerte impacto y después de cuatro años llegamos a juntar a varios miles de jóvenes en festivales y tocadas populares. Sin quererlo, nos habíamos convertido en un nuevo problema de seguridad pública: “¿Para qué quieren juntar a tantos chavos?”, me preguntaban.

Por eso decidimos empezar a trabajar con talleres y realizar otras actividades. En 1994, el gobierno de la Ciudad de México (CDMX) nos ofreció el viejo cine Francisco Villa (que tenía 12 años de abandono) para utilizarlo como foro para el Circo Volador.

Pero en ese año se dio la devaluación conocida como “el error de diciembre” y se terminaron los recursos del gobierno. Por eso nos convertimos en un proyecto autosustentable, que genera sus propios ingresos. Nos transformamos en promotores culturales. En 1997 (diez años después de su inicio), inauguramos oficialmente el Circo Volador.

En ese año, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas ganó la Jefatura de Gobierno en la Ciudad. Se trataba del primer gobierno de izquierda en la CDMX. Al tomar posesión me comentó: “Vamos a volver el Circo Volador una política pública. Necesitamos un proyecto para jóvenes”.

Yo le contesté: “Ingeniero, si lo convierte en política pública lo va a matar. Hemos luchado por crear un proyecto autosustentable que no dependa de los fondos públicos. Usted nos ayudará ahora. Pero después dependeremos de quien entre en el gobierno”.

Cine Francisco Villa, Circo Volador
Cine Francisco Villa (fotografía tomada de la web del Circo Volador).

Me pidió reunirme con Alejandro Aura, director del Instituto de Cultura de la capital. Con él y su equipo de trabajo diseñamos el proyecto FAROS (Fábricas de Artes y Oficios) que son una de las políticas públicas para jóvenes en la CDMX. Y a partir de ese momento, Circo Volador desarrolló muy distintos talleres para atender a los jóvenes.

En términos generales, en el Circo se tienen un promedio de 32 a 34 talleres semestrales (enero-junio y julio-diciembre), con un promedio de 800 alumnos en cada semestre.

Cada año realizábamos cerca de 20 o 22 conciertos internacionales y unos 50 nacionales que permitían generar los recursos para mantener abierto el espacio.

Paralelamente, desde Circo se desarrollaron numerosas metodologías de Intervención Social para atender los problemas de violencia en el país.

Con esas estrategias, participamos en los Programas de Prevención de la Violencia entre 2006 y 2014, que nos llevó a desarrollar proyectos en 25 estados de la República.

Foro Circo Volador
Foro El Circo Volador (fotografía: Wegow).

De la misma forma, trabajamos en otros países, como El Salvador, Argentina y Brasil con el proyecto PRONASCI (Programa Nacional de Seguridad con Ciudadanía) y ampliamos muchos nuestras actividades originales.

En 2004 el programa Hábitat de las Naciones Unidas, nos dio un reconocimiento de ser una de las mejores 10 prácticas sociales en el mundo para enfrentar la Violencia con los Jóvenes.

En 2005 el Banco Mundial (BM) nos dio un premio como ganadores de su concurso “Un mundo sin Pobreza”. Eso hizo que en 2006 Bono y su banda U2 decidiera visitarnos para conocer qué había podido realizar un proyecto con una esencia de Rock.

“Habíamos logrado hacer real una utopía” …). Al menos eso decíamos.

Pero esa historia terminó en la segunda semana de marzo de 2020.

Llegó la pandemia

Nuestro “espacio físico” se cerró y debe transformarse en un “espacio virtual”.

Debe emerger con nuestra historia para albergar a la nueva Comunidad de Circo Volador (con los maestros, con los alumnos y con los nuevos participantes que podamos incluir virtualmente).

Los tiempos del COVID-19 nos demandan una nueva reflexión sobre las hipótesis iniciales y sobre las futuras respuestas que encontraremos con los jóvenes frente a la pandemia.

Hoy permanecemos más tiempo en casa. Hoy queremos mantenernos juntos llegando a la gente de nuestra comunidad, con nuevas actividades.

Hoy más que nunca, el virus nos hace tomar conciencia de que cualquier acción que tomemos debe servir para el crecimiento y un cambio de forma sostenible.

Grafittis del Circo Volador (
Grafittis del Circo Volador (fotografía: Rodolfo Durán, tomada de Flickr).

¿Qué haremos?

Crear en redes sociales la Comunidad Circo Volador, de acuerdo a los valores que dan identidad y guían las acciones del proyecto.

Difundir y realizar acciones que contribuyan a la Salud y el Bienestar, la Igualdad de Género y la Producción y Consumo Responsables.

Debemos reconfigurar los contenidos para trabajar en: Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y Vimeo.

A este espacio virtual agregaremos la radio que es una herramienta muy importante de comunicación.

Los Jóvenes y el COVID-19 y El Arte y el COVID-19, serán nuestras áreas centrales de trabajo.

Héctor Castillo Berthier
Héctor Castillo Berthier, director y fundador del Circo Volador (fotografía tomada de la página del CV).

¿Funcionará?

¿Logrará sus objetivos?… NPI.

Lo que no podemos hacer: ¡Es darnos por vencidos!

La Cueva del Delfín

En Twitter: “Las personas buscan ser escuchadas” (…). En Instagram: “Las personas buscan ser vistas” (…). En Facebook: “Las personas buscan pertenecer” (…). En YouTube y Vimeo: “A la gente le gusta que la vean” (…). Esto lo iniciamos ya el 15 de septiembre.

¡Vientos huracanados!, si no me mandan a Centroamérica nos veremos por acá la próxima semana.


Comentarios, quejas y lamentaciones: Facebook Héctor Castillo Berthier / Email berthier@unam.mx / Página de Circo Volador.