CNDH

Jurista universitaria recibirá Premio Nacional de Derechos Humanos

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Por su labor como promotora de la defensa de los derechos de las mujeres y las garantías fundamentales en general, Rosa María Álvarez González, académica del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), recibirá el Premio Nacional de Derechos Humanos 2020.

“Me siento orgullosísima, mis hijos también; no esperaba el premio, por supuesto”, expresó González en un comunicado de la UNAM, sobre este reconocimiento otorgado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. “Siempre he pensado que todos debemos actuar conforme nos dictan las normas y las instituciones en las que colaboramos, y que nos debe impulsar la satisfacción de cumplir cabalmente con nuestras obligaciones”.

Álvarez González es especialista en derecho de familia, violencia contra las mujeres, género y derechos humanos y expresó que la desigualdad de género es uno de los grandes males de la sociedad actual. “La idea de que las mujeres somos inferiores a los varones ha subsistido a través del tiempo. Por ello es muy difícil contender contra estas ideas, mismas que han sido combatidas justo por las propias mujeres”, dijo.

La académica señaló que los avances que se han logrado a favor de los derechos de las mujeres, se dieron gracias a los movimientos feministas en el mundo. Sin embargo, añadió que los derechos, por su cuenta, no pueden resolver la violencia de género, pues son algo que no sólo debemos exigir se cumpla, sino que implica cambiar nuestra forma de pensar como sociedad.

“En mi caso lo que puedo hacer y he venido haciendo siempre es la academia, tratar de modificar desde esa perspectiva lo que es necesario, porque creo que la única posibilidad que tenemos de mejorar la situación de los mexicanos, no solo de las mujeres, es mediante la educación, ésta es el punto básico, el elemento fundamental para cualquier sociedad”, aseguró González.

Comisiones de Derechos Humanos Inútiles

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Bien sabemos que Carlos Salinas de Gortari no ganó las elecciones presidenciales en 1988; en un acto vergonzante, de “agandalle” político, él mismo se alzó la mano en lo que fue un descarado fraude electoral. Es un hombre perverso, lleno de maldad, usurpó la máxima magistratura del país. El triunfador indiscutible fue Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, un líder decente, humanista y con cualidades ejemplares. Nuestro país hubiese sido distinto, sin duda ajeno a los innumerables actos de corrupción.

Salinas, con una presidencia “robada”, realizó cualquier cantidad de maniobras políticas para intentar legitimarse. “El usurpador” contó con un sinnúmero de aliados, entre ellos de los más activos fue Jorge Carpizo McGregor, astuto, experto en la “grilla”; acostumbrado siempre a explotar a destacados académicos, cuyas obras las hacía pasar como suyas, sus amenazas para sus opositores no tenían límite, por el contrario, se volvían diabólicas.

Durante el sexenio de su “compinche”, Jorge Carpizo ocupó todos los cargos que se puedan imaginar: Rector de la UNAM, Procurador General de la República, Secretario de Gobernación, Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Embajador de México en Francia; ello sin contar que se “autodesignó” primer Presidente de la parafernálica Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

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Imagen: Alternos.la.

Aquello fue una auténtica “mafufada”, un vodevil, ya que tal organismo se creó para justificar las perversidades de Salinas. Así, la CNDH no tocaba a los funcionarios encumbrados, por el contrario, formulaba “sugerencias” para empleados menores.

Por la presidencia de dicha Comisión pasaron, casi siempre, incondicionales de Carpizo, era evidente, el propietario de dicho organismo era el “truculento” personaje quien, insistimos, para la maldad se pintaba solo; sabía intrigar, golpear y, por supuesto, perseguir a sus adversarios. Varios destacados personajes fueron sus víctimas, en especial, recordamos el caso del famoso periodista Mario Munguía “Matarili”, quien sólo por haber publicado que Carpizo McGregor formaba parte de “la jaula de las locas”, lo llevó a prisión, mostrando de manera cobarde su sed de venganza y sus malas hechuras.

Con estos antecedentes, la CNDH nació viciada, prácticamente ha sido ineficaz y, en la actualidad, es un elefante blanco, lleno de burócratas, quienes cobran elevados sueldos, ínfimos son los casos que atiende y sus recomendaciones son siempre tardías, sin fuerza para su cumplimiento.

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Imagen: Territorio.

Con estos antecedentes, la CNDH nació viciada, prácticamente ha sido ineficaz y, en la actualidad, es un elefante blanco, lleno de burócratas, quienes cobran elevados sueldos, ínfimos son los casos que atiende y sus recomendaciones o compadre para presidirlo, ratificando su nula credibilidad y falta de respetabilidad.

Recientemente varias oficinas de las Comisiones de Derechos Humanos, tanto federales como locales, fueron tomadas por personas, en su mayoría mujeres, laceradas y torturadas por los abusos de poder, señalando que sus demandas como víctimas no han sido atendidas. Tales “ocupas” son maltratadas, discriminadas y calumniadas.

Urge una revisión a fondo de estas instituciones apócrifas donde además de incurrir en evidentes dispendios, causan decepción social, por su inoperancia e ineficiencia.

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Imagen: Aluna Psicosocial.org.

La designación de la señora Rosario Piedra Ibarra, causó molestia al aún “poderoso” grupo Carpizo. Lamentablemente doña Rosario carece de experiencia y quienes protestan piden su remoción.

Es momento de poner punto final y, como lo ha dicho el Jefe del Ejecutivo, abundan organismos espurios e inútiles y entre ellas debe ubicarse a las Comisiones OFICIALES de Derechos Humanos. Mantenerlas es un error, resulta imposible que actúen con imparcialidad cuando dependen del gobierno, el cual es sin duda el máximo violador de los Derechos Humanos.

Es momento de dar paso a organizaciones no gubernamentales que, si bien es cierto algunas no son confiables, otras son valiosas y respetables. La Comisión de los Derechos Humanos debe estar al margen de los hombres del poder para poder juzgarlos, donde no haya compromisos y menos intereses creados.


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A las niñas y niños no se les toca, ni se les lastima; se les cuida

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Hay realidades de tal crudeza que quisiéramos que fueran ficción, que persisten aunque las ignoremos, que siguen ahí aunque cerremos los ojos creyendo ilusamente que al abrirlos se habrán esfumado, que existen a pesar de que anhelemos con todas nuestras fuerzas que desaparezcan.

Una de esas brutales realidades, extendida y habitual en el mundo por lo redituable que resulta, es la explotación sexual y el tráfico de personas, en especial la que sufren las mujeres, niñas y niños.

Conforme al Protocolo de Palermo, la trata de personas consiste en la captación, traslado o recepción de seres humanos, valiéndose de amenazas, el uso de la fuerza u otras formas de coacción, del rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o de la recepción de pagos o beneficios para lograr el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación, en cualquiera de sus vertientes, como la sexual, los trabajos forzados, la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.

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Imagen: Connectas.

El Informe mundial de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) sobre la trata de personas de 2018, revela que, de 2003 a ese año, se recopiló información de 225,000 víctimas detectadas. En 2016, se alcanzó un pico máximo de 24,000 casos, de los cuales el 72% correspondieron a mujeres (49%) y niñas (23%), el 21% a hombres y el 7% a niños.

En el informe también se da cuenta de que el comercio de seres humanos con fines de explotación sexual ocupó el 59% de los casos, seguido por el trabajo forzado con el 34%. Del total de víctimas registradas, el 83% de las mujeres, el 72% de las niñas y el 27% de los niños sufrieron el primer tipo de explotación; en tanto que el 82% de los hombres y el 50% de los niños el segundo.

Por su parte, el Diagnóstico sobre la Situación de la Trata de Personas 2019 de la CNDH, señala que, entre 2012 y 2017, en México se identificaron 5,245 víctimas: 3,308 mujeres, 1,086 niñas, 492 hombres y 289 niños. El 70% de éstas fueron explotadas sexualmente (el 95% fueron mujeres y niñas), el 17% sufrió alguna forma de explotación laboral (el 53% fueron hombres y niños, y el 47% mujeres y niñas), y el 13% restante, otras modalidades de explotación.

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Imagen: Amnesty International.

La actual pandemia ha agudizado este problema al agravar las condiciones de desempleo y pobreza de millones de personas. El confinamiento social ha facilitado la invisibilidad de las víctimas; y los traficantes han continuado su actividad ilícita en la clandestinidad, sacando provecho de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).

Para reducir los efectos del COVID-19 en la trata de personas, la UNODC ha recomendado, entre otros aspectos: salvaguardar el acceso a la justicia, usando las TIC para facilitar procesos judiciales y recopilación de pruebas; combatir este ilícito considerando las nuevas realidades digitales para evitar impunidad; así como adaptar los programas sociales y de asistencia a los distintos efectos de la crisis sanitaria, entre ellos, la atención a víctimas, aun con las presiones presupuestales para tratar de reparar los daños.

Ninguna persona debe ser explotada, ni ser tratada como un objeto. Ninguna mujer debe sufrir abusos. A las niñas y niños no se tocan, ni se les lastima, se les cuida y protege.


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Los tengo en la mira

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La nueva presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra. Ciudad de México, 21 de noviembre de 2019.

Foto: Notimex

La polémica entorno a la nueva presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, sigue vive a una semana de su toma de protesta y las amenazas de desconocerla toman fuerza mientras que el líder de Morena en el Senado, Ricardo Monreal advierte juicio político contra los desobedientes.

“Todas las autoridades estamos sometidas y sujetas al principio de legalidad. Si no acatan las resoluciones o recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, incurren en responsabilidad; pueden incluso ser sometidos a juicio político, de acuerdo con los artículos 108 y 110 constitucionales, y pueden ser destituidos, si así lo determina la mayoría de las Cámaras, cuando se actúa en el análisis y en la aplicación de juicios políticos”, dijo Monreal.

Los desobedientes ahora están en la mira

Contra viento y marea Rosario Piedra dirigirá CNDH

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Su cercanía con el partido oficialista levantó oposición para que Rosario Piedra Ibarra encabezara la CNDH. A pesar de controversia, gana la presidencia.

Su estrecha relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador y su militancia en el partido Morena hicieron difícil la llegada de Rosario Piedra al máximo cargo de los Derechos Humanos en México.

La oposición principal vino por los legisladores del Partido Acción Nacional que señalaban la falta de incumplimiento a los requisitos de independencia y autonomía necesarios para presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Sin embargo, después de un consenso entre morenistas, finalmente se logró el acuerdo necesario para que saltar obstáculos para que la activista ganara la votación.

¿Quién es Rosario Piedra Ibarra?

Es psicóloga, activista e hija de la recién condecorada con la Medalla Belisario Domínguez, Rosario Ibarra de Piedra.

Piedra Ibarra cuenta con una maestría en Psicopedagogía por la Escuela de Ciencias de la Educación y una licenciatura en Psicología por la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Fue candidata a diputada para la Ciudad de México por Morena y  secretaria de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido; así como asesora técnico pedagógica de Dirección de Educación Especial en Nuevo León.

La lucha por los derechos humanos es insignia de su familia. El activismo nació en su madre que levantó la voz e inició la lucha para exigir justicia tras la desaparición forzada de su hijo, Jesús Piedra Ibarra en 1975.

Rosario Piedra Ibarra releva a Luis Raúl González Pérez, quien declinó contender para un segundo periodo al frente de la CNDH.