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Instituciones de salud piden más presupuesto para atender pandemia

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Frente al aumento de contagios, hospitalizaciones y decesos por COVID-19, varias instituciones de salud han solicitado un mayor presupuesto para atender la pandemia en México. Esto, sobre todo con lo relacionado a la adquisición de equipo médico y de protección.

Entre los organismos que pidieron más recurso, se encuentra los Institutos Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas (INER), el Mexicano del Seguro Social (IMSS), el de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) e, incluso el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).

Previo a que México rebasara las 100 mil defunciones por el virus SARS-CoV-2, el INER solicitó 64. 7 millones de pesos a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).  Dicho recurso se pidió con el objetivo de comprar equipo que permita diagnosticar, de forma temprana, a los pacientes con coronavirus  y así, controlar las fuentes de infección.

Según información a la que tuvo acceso El Universal, el IMSS en el estado de Sonora  también pidió mayor presupuesto.  A fin de adquirir una unidad de atención ambulatoria para personas con COVID-19, el instituto  gestionó 33.5 millones de pesos.

Por su parte, el ISSSTE se vio en la necesidad de realizar un proceso de compra de equipos médicos para unidades de primer y segundo nivel. La finalidad de la transacción consiste en prevenir un alargamiento de la emergencia sanitaria, así como la integral atención a derechohabientes.

En cuanto al Insabi, el organismo realizó una petición económica a Hacienda el pasado 27 de octubre. La solicitud estuvo dirigida a Jorge Nuño Lara, titular de la Unidad de Inversión de la dependencia por un monto total de 64. 7 millones de pesos. Sin embargo, no es la única demanda que ha presentado.  

Resulta que el Instituto ya había solicitado mayor recurso desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Hasta el pasado mes de septiembre, el Insabi requirió una cantidad superior a los 10 mil millones de pesos destinados a insumos médicos.

Así es como la propagación del virus, el incremento de pacientes hospitalizados y fallecimientos, han obligado a las instancias de salud a pedir mayor económico de la administración federal. Tal situación sobre todo bajo el argumento de hacer diagnósticos tempranos y brindar atención integral.

Cabe señalar que pese a los avances que ha presumido la autollamada Cuarta Transformación, la pandemia por el virus SARS-CoV-2, sigue dejando estragos. Tal es el grado de afectación, que hasta la actualización del 1 de diciembre, México registró un millón 122 mil 362 contagios acumulados de la enfermedad, así como 106 mil 765 pérdidas humanas.

Honor y aplauso a quien lo merece

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Debemos de reconocer y aplaudir cuando surge alguna buena iniciativa, por lo que considero que una que hay que destacar y poner en alto es la que propone Confianza e Impulso Ciudadano A.C. sobre la misma que nace en Israel y que se denomina “The face behain the mask” (El rostro detrás de la máscara) que representa poner la fotografía de nuestros héroes anónimos, de los doctores, enfermeras y camilleros que viven día a día en la cruzada por la pandemia. Cada día están en la línea de batalla en los hospitales y por el equipo de protección que tienen que usar, no es nada fácil poder reconocerlos. Esta iniciativa fue posible gracias a la aportación de la Unión de Litográficos Nacionales, quienes hicieron la primera entrega de 10,000 piezas para 500 profesionales del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) este martes 3 de noviembre.

Realmente conocer a la persona que está detrás de la mascarilla, que nos está atendiendo, no tan sólo le dará más tranquilidad, sino que le proporcionará confianza y que sus buenos deseos de la recuperación como paciente, que le dicen cada vez que pasan a visitarle para ver cómo avanza, será de alguien con rostro, aunque sea una foto pegatina, lo que sea, pero ya hay alguien que conocerá de esta forma, que lo más probable es que evite que caigan en depresión, ya que todos los pacientes se sienten solos. Muchas veces ni imaginamos cómo puede estar sintiéndose un paciente al estar todo el tiempo acostado, sin ninguna distracción y, además, sin ninguna persona o familiar cercano acompañándolo, puesto que no se permiten las visitas; y si fuiste de los afortunados en lograr la recuperación de la enfermedad, podrás dar las gracias a otros seres humanos, que estuvieron ahí, cuidándote, cuando más lo necesitaste, arriesgando la vida propia, para salvar la tuya.

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Imagen: David Goldman.

El personal médico ha hecho una extraordinaria labor y la verdad es poco el reconocimiento que se les ha dado de parte de toda la sociedad; por desgracia, muchos de ellos, atendiendo a pacientes, perdieron la vida y nadie los honró como se lo merecían, y lo más probable es que tampoco se les haya dado apoyo a los familiares de los mismos.

Es increíble que esta iniciativa haya tenido que venir de la unión y decisión de una organización civil sin fines de lucro y no de nuestras autoridades de salud, aunque no es de extrañar, ya que si tomamos el hecho de que a duras penas al personal médico les proporcionan lo indispensable para su protección personal (de mala calidad, por cierto), reportado en varios de los medios de comunicación (UnoTV, Imagen televisión, redes sociales, etc.), y que de viva voz hemos escuchado por las mismas vías que en ocasiones ellos tienen que comprar dichas protecciones.

Afortunadamente ésta es otra prueba más de lo que podemos hacer los mexicanos que amamos a nuestro país y, sobre todo, que respetamos la increíble labor del personal médico. No hay palabras para agradecerles su profesionalismo, entrega, los riesgos que toman y no sólo en los hospitales, sino cuando salen de los mismos, ya que llevan la posibilidad de contagiar a su propia familia.

Nos seguiremos leyendo si gustan.


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Rostros que salvan vidas

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Para quienes han librado con éxito la enfermedad COVID-19, como para los miles que la han perdido la vida durante esta pandemia, la atención del personal de salud ha sido uno de los factores que permiten hasta hoy mantener cierta esperanza sobre las posibilidades de salir lo menos golpeados posibles de una crisis sanitaria de esta magnitud.

¿Cómo agradecer a quienes se dedicaron, bajo el riesgo de contagiarse, a salvarnos la vida? ¿Cómo reconocer a quien, en el último instante que cobra esta terrible enfermedad, está a un lado de un enfermo que fallece?

Esa disyuntiva, la de una recuperación y la de la pérdida de la vida, aflige a las heroínas y a los héroes de este difícil momento, que son los profesionales de la salud. Su carga emocional no es nueva, la llevan desde que ingresan por primera vez a un hospital y se enfrentan con muchas enfermedades y padecimientos contagiosos que también pueden afectarlos.

Por eso el equipo de protección, la higiene, los protocolos de seguridad en quirófanos y en áreas de terapia intensiva. Es parte del auténtico apostolado, del noble juramento hipocrático, que es parte de la profesión médica y de la profesión del personal de salud.

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Imagen: Pat Bagley.

Pero somos humanos, con emociones y sentimientos que nos cimbran en momentos de tragedia, de pandemia, y los profesionales de la salud no son excepción. No obstante, la gran mayoría desempeñan su labor con un optimismo inusitado y una esperanza que va más allá de su propia integridad.

Esa voluntad y compromiso no es fácil de encontrar, mucho menos en un entorno donde la incertidumbre es el denominador común. Sin embargo, esta disposición ha sido crucial para que muchas personas afectadas por este tipo de coronavirus pudieran regresar con sus familias y salvar su vida.

Es una mezcla de anonimato y de sacrificio que pocas veces se reconoce y que ha generado una deuda social con cada profesional de la salud que lucha en esta emergencia mundial. Una forma de restituir esa deuda surgió a partir de una organización civil internacional llamada Faces Behind Masks, a la cual nos unimos a través de Confianza e Impulso Ciudadano, y junto con la Asociación de Litógrafos de México, otro organismo mexicano con un altruismo notable, distribuimos las primeras 10 mil fotografías para que los profesionales de la salud del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) pueden ser identificados e identificarse.

Esta acción, que se ha repetido con éxito en muchos países del mundo, recibió el apoyo del formidable director general del INER, el Dr. Jorge Salas Hernández, de su director médico, el Dr. Patricio Santillán Doherty, y del Dr. Enrique Olvera, quienes fueron auténticos promotores de esta iniciativa entre sus equipos de trabajo.

Justo hace una semana, en el auditorio de uno de los mejores hospitales de especialidad en el continente, tuvimos una breve ceremonia a sana distancia para entregar los juegos de adheribles que los participantes usarán durante su jornada laboral y desecharán para evitar que se conviertan en foco de contagio.

iner rostros que salvan vidas
Imagen: El País.

Fue un momento de extraña alegría, no sólo por el éxito del proyecto, sino por la recepción de los retratos, una herramienta que el personal necesitaba para brindar esperanza a los pacientes, al igual que para mantenerla en ellos. Incluso algunos incluyeron sus apodos para que todos puedan reconocerlos de manera mucho más familiar.

¿Quién considera un regalo el estar en turnos agotadores cuidando y salvando enfermos de un terrible mal para el que todavía no tenemos cura, ni vacuna? Sólo a un grupo privilegiado de seres humanos que en un momento de su vida tomaron la decisión de que su propia existencia tenían sentido sólo si preservaban la de alguien más.

Con cada uno de ellos estamos atravesando por esta pandemia. Los números diarios, escalofriantes desde donde se les mire, explican poco lo que representan estas mujeres y hombres que se enfundan en sus trajes de protección, en sus lentes de seguridad, en sus guantes, para sacar adelante a sus pacientes. Creemos que sus fotografías en el pecho, sonriendo, con la mirada alegre, con sus cariñosos apodos escritos, ayudarán a la recuperación de sus enfermos y a la salud emocional de ellos; lo que sí garantizo es que su fortaleza ha sido y es decisiva para superar esta emergencia.

Alguna vez escuché que no encontrar a quién agradecer puede convertirse en uno de los episodios más crueles de nuestra vida. Saber a quién darle las gracias significa tener la posibilidad de reconocer la bondad, la felicidad, de uno mismo en otros, casi como mirarse en el mejor de los espejos. 

Nuestra aportación será ésa –porque vendrán muchas más entregas de fotografías en el INER y en otros hospitales–, que muchas personas tengan la oportunidad de agradecer a quienes todo el tiempo ponen su vida en la línea por otros en las peores condiciones. No hay nada peor que la enfermedad, espero que ya lo hayamos aprendido.

Vaya nuestro reconocimiento a la directiva del INER, a todo su personal, a Faces Behind Masks, a los litógrafos de México y todos los que nos acompañan y ayudan a difundir este programa que comprueba la fortaleza de una sociedad cuando decide ponerse de acuerdo y superar hasta los momentos de mayor peligro. Mientras tanto, no olvidemos cuidarnos, esto todavía no acaba.


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